En el taller Rancagua del subterráneo los ánimos están caldeados. Los trabajadores de mantenimiento han firmado y presentado recientemente ante la empresa concesionaria del servicio, Metrovías S. A., un petitorio rechazando la posibilidad de la instalación de cámaras de vigilancia en su lugar de trabajo. A su vez, exigen el retiro inmediato del personal policial que toma servicio en dichas instalaciones, el cual genera malestar y preocupación a los trabajadores.
La carta elevada a la empresa dice que sea generado conflicto "en nuestra actividad laboral por las circunstancias que a continuación detallamos: Repudiamos la constante y amenazante presencia de efectivos policiales en las instalaciones del taller, algo jamás ocurrido, desconociendo los motivos, ya que permanentemente genera malestar y preocupación entre los trabajadores. Exigimos el inmediato retiro de este personal, el cual intimida y condiciona el normal desempeño de nuestras tareas a través de su constante presencia, ya que dicha fuerza de seguridad con el supuesto fin de prevenir y reprimir el delito nos coloca en el lugar de delincuentes, desvirtuando nuestra naturaleza como trabajadores".
La carta fue publicada en la página web de los trabajadores del subte que manifestaron "preservar la paz social y procurar el normal desempeño de la actividad". Por ello consideran que "es inaceptable implementar medidas que tiendan a regimentar y condicionar nuestro habitual desempeño como trabajadores responsables del mantenimiento del material rodante de la línea B".