Aún durante el fin de semana, el ministro Alberto Fernández siguió pegándole a Lilita Carrió, a quien visualiza como la rival más molesta en la carrera porteña de 2005. Es que el crecimiento de la líder del ARI en la Ciudad, junto con los votos de Mauricio Macri, podría hacer peligrar el triunfo en las legislativas que la Casa Rosada tanto necesita, y el ministro K aún más.
"No tengo dudas de que Elisa Carrió tenga una gran adhesión en la Ciudad de Buenos Aires, pero no es posible iniciar un diálogo con ella porque no tiene predisposición para eso. Sólo anuncia grandes catástrofes", disparó Fernández en declaraciones radiales durante el fin de semana.
"Hacer diagnósticos es fácil; lo difícil es curar -continuó- Ya la ha errado en algunos diagnósticos, con (Fernando) De la Rúa y con (Eduardo) Duhalde. No quiero hablar de sus curas, cuando tuvo la oportunidad de organizar la Corte Suprema, fue un fracaso tremendo".
Por su parte, Lilita sueña con ganarle a Cristina Kirchner, si es que finalmente el Presidente decide poner a jugar a su dama en el tablero porteño. El triunfo sobre Cristina -imagina- podría posicionarla como la principal opositora al Gobierno nacional
"Si, incluso, Lilita hasta parece más racional que Kirchner, que se pelea con todos", evalúan los socios ibarristas al evaluar el panorama porteño. Con todo, la líder no piensa aliarse con ellos, ni tampoco con Ricardo López Murphy, según dejaron en claro en el lilismo. "No haremos alianzas con nadie, salvo con el PI", dijo una y otra vez la líder el ARI en los últimos días.
Alberto contraataca: "Hay muy mala predisposición de algunos para participar del diálogo (político con el Gobierno) o tienen muy poco para aportar. En el caso de Elisa Carrió, ha anticipado de todo, maremotos, terremotos ¿Es indicado iniciar un diálogo a partir de esto?"
A su turno, y después de haber argumentando por qué el Gobierno no recibirá a Lilita para dialogar, apuntó: "Cuando uno gobierna, no tiene mucho tiempo para andar haciendo diagnósticos caóticos; tiene que resolver el caos y sólo puede dialogar con quienes tienen representaciones, con gobernadores, intendentes, y esto no ocurre con el ARI ni con López Murphy. No es discriminación; es un dato de la realidad", concluyó Fernández.
Pero el ministro K no está solo en la cruzada contra Lilita. Lo ayudan sus seguidores en la Ciudad, el albertismo porteño que lo tiene como máximo referente.
En el lanzamiento de la "Corriente Militante porteña", una línea kirchnerista que nació para sostener el proyecto político de Alberto Fernández en la Ciudad de cara al 2007, también se sumaron para cuestionar a Carrió.
"Hay dirigentes que, desde un supuesto progresismo, terminan despejando el camino para que avancen los peores exponentes de la derecha, responsables históricos del desguace de la Nación", disparó el subsecretario de Participación Ciudadana, Maurico Tarullo, en el acto de lanzamiento de la nueva corriente K, que se realizó el viernes pasado.