"Quiero agradecer a mi familia y a todos mis amigos presentes". Eso dijo el ex secretario de Descentralización de la Ciudad, Héctor Capaccioli, cuando terminó de soplar las velitas que decoraban su torta de cumpleaños número 48. El festejo fue el miércoles 15. A partir de las 19, su familia y muchas caras conocidas en la política porteña arribaron a "El Garage" y se entretuvieron con lunch y una copa de vino o, para los más exquisitos, champán.
La fiesta la organizaron sus amigos, Carlos Fernández, jefe de Gabinete de la Secretaría de Descentralización, y Mario López Barreiro, director del COMFER. Entre los invitados, el suspendido jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, y su vice, a cargo del Ejecutivo, Jorge Telerman, quienes se mostraron muy amigables y al verse se fundieron en un abrazo interminable.
Por otro lado, un desfile de caras K: el secretario de Seguridad, el albertistal, Alberto Iribarne; el ministro de Salud, Ginés González García; el secretario de Medios, Enrique "Pepe" Albistur; Víctor Santa María, secretario general de SUTERH y una de las autoridades del PJ Capital; Vilma Ibarra, hermana del jefe comunal y senadora nacional; María Laura Leguizamón, otra de las senadoras nacionales kirchneristas y Graciela Ocaña, interventora del PAMI, entre otros.
Entre las figuritas K porteñas, asistieron los secretarios del Gobierno que responden al presidente de la Nación, Néstor Kirchner, menos Donato Spaccavento, de Salud: Diego Gorgal, de Seguridad; y Roberto Feletti, de Infraestructura y Planeamiento. También, los que responden al ibarrismo, como Gustavo López, de Cultura; y Eduardo Epzstein, de Producción, Turismo y Desarrollo Sustentable.
Además, también fueron a festejar los 48 de Capaccioli, Sergio Beros, flamante secretario de Desarrollo Soicial capitalino; y gran parte del bloque kirchnerista en la Legislatura porteña: Diego Kravetz, su presidente, Silvia La Ruffa, Juan Manuel Olmos, Inés Urdapilleta, Sebastián Gramajo e Ivana Centanaro, entre otros.
Y la lista continúa, con deportistas y personalidades de la cultura, como Antonio Carrizo. Pero después de cortar la torta y de agradecer a los asistentes, el homenajeado y cada uno de los invitados se fueron yendo por donde vinieron. Después de todo, al otro día había que levantarse temprano para trabajar.
