Ayer por la noche, el Senado de la Nación votó la polémica derogación de la ley de subversión económica. La medida se aprobó entre gritos y reproches. La vicepresidenta del Fondo Monetario Internacional (FMI), Anne Krueger, habría pedido que la ley se derogue y no que se le realicen modificaciones, posición que habría primado en un primer momento. El líder de Nueva Dirigencia, Gustavo Béliz cuestionó duramente la actitud de los senadores pero no realizó ninguna expresión acerca de los requerimientos del FMI.
"El Senado acaba de escribir -dijo el ex compañero de formula de Domingo Cavallo- una de las páginas mas vergonzosas de la historia Argentina, de cuya concreción se avergonzaran las futuras generaciones. La derogación de la ley de subversión económica consagra la impunidad frente a los latrocinios financieros y constituye una sumisión del país a los pedidos de los organismos financieros internacionales".
Beliz, quien todavía disputa en la Corte Sprema con Alfredo Bravo (ARI) una banca en el Senado, también argumentó que "es un golpe de Estado jurídico, votado a medianoche, no producido con tanquetas ni soldados sino con aláteres de la impunidad y la política entendida como corporación al servicio de si misma. La ausencia de un proyecto de país hace que toda la dirigencia gobernante (algunos por acción descarada votando las leyes, otros por omisión hipócrita posibilitando el quórum y su tratamiento) delegue en el Fondo Monetario el dictado de leyes y la determinación de quienes van a la cárcel y quienes salen en libertad".
"El mismo Senado que ayer voto una corrupta reforma laboral mediante el incentivo de una tarjeta Banelco, hoy vota una no menos escandalosa derogación legal", expresó el ex ministro del Interior durante la presidencia de Carlos Menem, quien agrego que "no hay democracia en la Argentina. Con una Corte que legaliza el saqueo de depósitos, un Poder Ejecutivo que transa impunidad frente a leyes antigoteo, y un Poder Legislativo que funciona detrás de vallados porque sus miembros no pueden salir a la calle para justificar tanto desparpajo y traición a la defensa de los intereses nacionales".
"Si semejante estado de cosas no se revierte rápidamente mediante un llamado a elecciones, y se le otorga a la población la posibilidad de expresarse con libertad acerca de su futuro y su destino, las peores sombras de la violencia y la anarquía se profundizaran entre nosotros", concluyó uno de los próximos candidatos a jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.