"Metrovías está ofendida con nosotros", así grafican los gremialistas de base la relación que mantienen con la empresa concesionaria de subtes, luego de la huelga de cuatro días realizada en los primeros días de abril. "No quieren reunirse con el Cuerpo de Delegados", manifestaron, e inmediatamente agregaron que la falta de diálogo provocará inevitablemente que las comunicaciones que hasta ahora se hacían informalmente se hagan por vía legal, a través de escritos y denuncias ante la policía laboral.
"Por ejemplo -expresaron los delegados-, a quienes trabajan en el mantenimiento de las señales se les impuso un cronograma que viola la Ley de Contratos de Trabajo y el Convenio Colectivo, pero ellos no pueden abandonar su puesto porque pondrían en peligro la vida de los pasajeros y provocarse accidentes graves. Entonces ellos organizaron un nuevo cronograma que se contrapone con el de Metrovías". También informaron que hay conductores que ahora se los quiere desafectar porque "tras años de trabajar tranquilamente les encontraron problemas de salud de nacimiento".
"La empresa quiere promover conflictos", deducen los gremialistas, quienes anunciaron que entre la semana que viene y la otra presentarán denuncias ante la policía laboral, la Secretaría de Transporte, los entes de control y la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.
Por otra parte, el Cuerpo de Delegados de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) le planteará al Ministerio de Trabajo de la Nación que avance hacia la implementación del régimen de insalubridad para las jubilaciones, el cual estaría trabado en el Consejo Federal del Trabajo.
En tanto, los gremialistas piensan realizar este mes algún tipo de consulta a los pasajeros para conocer qué opinión tienen de la empresa, de las inversiones que realiza y del servicio que brinda. Además, el Cuerpo de Delegados lanzará una asociación de organizaciones no gubernamentales y gremios que reclamarán la implementación de una semana laboral de 36 horas, de forma tal de combatir el desempleo.
