Es el lugar de la historia. El lugar que todos los presidentes sueñan con ver desbordado de gente aclamando su nombre. Es la Plaza de Mayo, el lugar donde ocurrieron los acontecimientos históricos más importantes del país. Por un lado, las celebraciones por el 25 de Mayo de 1810.
Por el otro, el peronismo, los descamisados y el 17 de octubre de 1945, aunque están quienes afirman que la Plaza se llenó por primera vez en 1916 con la asunción de Hipólito Yrigoyen.
Más tarde, y también con Perón como protagonista, los bombardeos a la Plaza el 16 de junio de 1955: hace 51 años se vivía uno de los días más sangrientos de la historia argentina, cuando, bombas por aquí y por allá, 34 aviones de la Marina sobrevolaron la Plaza para matar a Perón y a quien estuviera allí durante las cinco horas que duró el ataque.
Lugar simbólico al punto de adoptar su nombre, las Madres de Plaza de Mayo empezaron sus eternas marchas en 1977. Cinco años después, la Plaza vivió el día en que Galtieri dijo que se recuperarían –por la fuerza—las Islas Malvinas.
Apenas después, la vuelta a la democracia en diciembre de 1983. Gol con la mano a los ingleses y el gol más lindo de la historia de los goles para que Maradona y compañía festejaran la segunda Copa del Mundo desde el balcón de la Casa Rosada y ante una multitud en 1986.
Rebelión carapintada en abril de 1987 y felices pascuas, porque la casa está en orden. La Plaza del Sí en 1991. Perón, Galtieri, Alfonsín, Menem. Más acá en el tiempo, el cacerolazo en 2001 y la renuncia de De la Rúa.
Y, por estos días, Kirchner. Queda claro que en esta plaza se proclama la adhesión a los gobiernos, los festejos nacionales, las marchas de protesta y las políticas. Si la Plaza fuera una persona, ¿cómo sería su rostro?
Por empezar, tendría muchas cicatrices. Pero es una plaza. Entonces, ¿qué tal si esa Plaza, el lugar de las mayores concentraciones del país, fuera peatonal?
“En un año, la Plaza de Mayo va a ser toda peatonal”. La idea la tiró Telerman, como quien hace un comentario, y liberó la imaginación de todos, porque, ¿alguien lo visualiza realmente? ¿Es posible que sobre Rivadavia dejen de circular colectivos? Y sí.
Ésa es la idea: a imaginar y a trabajar para que en un año no haya más autos, colectivos ni taxis por las calles Hipólito Yrigoyen, Balcarce y Rivadavia. Sólo peatones. Y una gran obra que nivelará las veredas con los edificios que rodean a la Plaza y aumentará su tamaño, al menos, hacia tres de sus costados.
A un par de cuadras de la Pirámide de Mayo, primer monumento de la Ciudad, en Carlos Pellegrini y Perón (sí, otra vez Perón), desde la Dirección General de Planificación y Desarrollo Urbano, el arquitecto Marcelo Lorelli cuenta que “la idea es volver a hacer un sistema de propuestas que contemplen al área central como tema importante”.
Para eso, lo primero que hay que hacer es un llamado a concurso de ideas, esto es, que un montón de arquitectos, escuadras y lápices en mano, imaginen cómo podría ser esta peatonalización. Las propuestas deben coordinar el área en general y todo lo relacionado con el transporte. “Cuando tocamos una serie de líneas colectivos para incrementar el espacio peatonal en la calidad urbana del área, lo que queremos lograr es que gran parte de estas líneas deriven en otros recorridos.
Por eso, es muy importante tener en claro que el problema de cómo poner en valor la plaza es cómo poner en valor el área central. Y así lo vamos a llamar al concurso”, explica Lorelli.
La Plaza de Mayo está rodeada de edificios simbólicos como el Cabildo, la Catedral y la Casa Rosada: “La plaza actual es la plaza de Cacciatore. Es decir, es como la plaza militar: no contempla los espacios de reunión, no contempla su historia”, dice Lorelli.
Y por eso destaca que el llamado a concurso tiene que ver con “ensanchar la discusión” para que no quede solamente en el área de Planeamiento, “que sea una convocatoria abierta, que contemple a los distintos actores que hacen al simbolismo de ese espacio: desde las Madres de la Plaza hasta la Sociedad Central de Arquitectos, pasando por Nación y por las universidades”. Y, claro, este proyecto “entiende la complejidad de la situación” y por eso incorpora a tres ministerios: el de Cultura, el de Espacio Público y el de Planeamiento.
Las bases para el concurso nacional y público estarán listas en aproximadamente 30 días e involucraría “un proyecto para el área central y un anteproyecto para la Plaza”. Una vez que esté el ganador, se llamará a licitación.
En cuanto al proyecto, Lorelli deja entrever algunas pautas: “Trataría de que sea una plaza con vocación a las reuniones, no con canteros de pasto, que aparecen ‘transgredidos’ después de una manifestación.
En realidad, tenemos que pensar que la plaza no es ‘transgredida’ cuando se llena de gente si no que es el lugar donde se produce la convocatoria. Entonces, no es que esté mal la gente pise el cantero, si no que está mal que exista el cantero en ese lugar”. Y, optimista, asegura que es posible que la peatonalización esté terminada para el año que viene.
La Sociedad Central de Arquitectos organiza junto con el Gobierno el llamado a concurso. “La idea es peatonalizar no sólo el perímetro de la Plaza, si no dar una imagen final del lugar pensando en el Bicentenario”, manifiesta Daniel Silberfaden, uno de sus miembros. Y agrega: “Además, estos cambios en el área central van a ser buenos para la integración de la zona Sur”.
Una de las propuestas posibles
En 2002, Luis Bruno, actual vicedecano de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, presentó un proyecto de “iniciativa ciudadana”, firmado entre otros por Felipe Pigna. La idea de esta propuesta es “alertar que la Plaza es de la Dictadura y que no queremos que sea la misma en los festejos del Bicentenario.
Es mejor algo nuevo, con vistas al futuro y no una fotografía del pasado”, cuenta Bruno y sigue: “A lo utilitario del ensanche de calles, hay que sumarle una mirada social y política para darle un contenido al proyecto”.
Es decir, que sea una plaza de una democrática y no militar. La plaza actual es de 1977, de la época de Cacciatore “que agrupaba zonas verdes para sugerir que no era de uso público”, explica el arquitecto. Otro aspecto a tener en cuenta es la de “reducir al mínimo los canteros y cordones y desplegar una superficie de encuentro sin obstáculos” y la de “mantener las palmeras plantadas en 1880”.
La propuesta de Bruno y demás participantes sugiere que la Plaza sea declarada “patrimonio nacional” y que su nuevo diseño incluya piedras traídas de distintas regiones del país y colocadas por grupos de trabajadores de esas regiones: “como hizo Sarmiento, sobre todo por el afecto colectivo de esta zona”.
En cuanto a la Pirámide, cuya demolición se amagó unas cuantas veces desde su construcción en 1811, conserva su lugar desde 1912 cuando fue reubicada con la intención de sepultarla dentro de un enorme monumento que nunca llegó a concretarse.
La idea, entonces, es trasladarla a su lugar original en el centro de lo que fue la Plaza Victoria (más cerca del Cabildo), rodeándola de una fuente de agua como se pretendió en 1826 durante el gobierno de Rivadavia. “De esta manera –comenta Bruno— el centro de la Plaza será un espacio ciudadano y no un lugar ocupado por un monumento”.
Desde su primera marcha el 30 de abril de 1977, las Madres hicieron de la Plaza su lugar. En este caso, la idea es “esparcir su símbolo, sus pañuelos, por toda la zona y que quede sellado sobre la piedra, para que las Madres no queden confinadas contra la Pirámide”.
Una posibilidad adicional es la instalación temporaria de un pañuelo gigante a modo de cubierta sostenido por cuatro palmeras centrales como definiendo un ámbito de encuentro.
También, proponen un “muro de la memoria” para que las numerosas placas recordatorias que están distribuidas a lo largo de la Plaza “no funcionen como un obstáculo”, sino que estén agrupadas en un solo lugar: un muro en común, que tenga parlantes en los cuales se pueda escuchar la historia de los homenajeados.
En cuanto a las calles, la sugerencia pasa por evitar la presencia de ciertos ídolos y reafirmar el poder ciudadano. En este sentido, Rivadavia podría ser “Calle de la Catedral”, San Martín “Calle del Cabildo”, Yrigoyen “Calle de la Victoria” y Balcarce “Calle de la Casa de Gobierno.
“Se nos ocurrió postular al edificio de la AFIP como un Museo de la Plaza de Mayo y al Ministerio de Economía como Ministerio de Cultura”, explica Bruno, cuya propuesta será presentada cuando se abra el concurso. Y agrega: “Sería bueno conseguir una zona más cultural y menos economicista”.
Soledad Acuña, Compromiso para el Cambio
“Depende de cómo conecte con otros ámbitos”
-¿Están trabajando sobre la peatonalización de Plaza de Mayo?
-No tenemos nada en concreto, pero tenemos que hablar con los funcionarios de tránsito para ver el impacto, porque creo que sí afecta al proyecto que presentó el legislador Alberto Pérez. Entonces hay que ver que no trabe otras propuestas o trabajos. De todos modos, falta que llegue la propuesta en concreto del Ejecutivo.
-¿Es una buena iniciativa?
-Todo depende de la forma cómo se conecte con otros ámbitos: el de Cultura, Turismo, ver recorridos turísticos, vendedores ambulantes y demás cuestiones. Porque si no se conecta con otros, no sirve.
-¿Qué comisiones deberían tratar este proyecto?
-Creo que hay que tratarlo en conjunto con Planeamiento, Tránsito y Transporte, Turismo y Espacio Público, por el tema de la señalización, de los canteros y fuentes. Pero también hay que ver a nivel nacional, porque está la Casa de Gobierno, rodeada de grandes vallas y si se hace peatonal, ¿qué va a pasar? Hay muchas variables a analizar y una de las tantas preguntas que teníamos para el ministro de obras y justo se vino el cambio.
Sebastián Gramajo, Frente para la Victoria
“Que se coordine con una política de tránsito”
-¿Se puede acompañar desde la Legislatura el proyecto de peatonalización de Plaza de Mayo?
-Hasta la fecha en la Legislatura no hubo una presentación ni desde el Ejecutivo como desde la Legislatura, de algún proyecto vinculado a la peatonalización de la Plaza de Mayo. Pero consultamos a la Dirección de Planeamiento y Desarrollo Urbano, que nos informó que en el marco de las propuestas para el Bicentenario, se está planificando la realización de un llamado a concurso con el fin de desarrollar una serie de cambios en el área central de nuestra ciudad, involucrando directamente a la Plaza de Mayo.
-¿Y cuál es la idea?
-En términos generales, el objetivo del proyecto aspiraría a revalorizar y activar el área central. En particular, la meta consistiría en poner en valor a la Plaza como espacio de referencia e identificación de todos los argentinos. Por ello consideramos apropiado el mecanismo abierto a través de un concurso para que la elección sea transparente.
-¿Qué hay que tener en cuenta?
–Es importante tener en cuenta que una obra de este tipo exige tener presente y evaluar sus repercusiones en lo relacionado al tránsito vehicular en la zona, y por eso consideramos indispensable que se coordine con una nueva política de tránsito que contemple los ensanches de veredas, peatonalizaciones y obras ya realizadas en el microcentro y que desaliente el uso de vehículos particulares realizando convenios para las paradas de los colectivos y los desvíos del recorrido del transporte público, que es de jurisdicción nacional. Además, cuando conozcamos el proyecto final podremos analizar si hay mejora estética de la ciudad.
-¿Y para el turismo?
Lo del turismo está supeditado a los resultados del concurso. Por ahora es una gran expectativa. Esperemos que no sea un proyecto como el de la flor que está en el parque de Canal 7 que parecía lindo al principio.
Oscar Zago, Juntos por Buenos Aires
“Una buena idea para preservar el patrimonio”
-¿Se está trabajando en la Comisión de Obras Públicos con respecto a la peatonalización de Plaza de Mayo?
-Yo había tomado contacto con Selzer hace más de un mes, pero ahora con los cambios en el Ministerio de Obras no sé si la obra será la misma. Supongo que sí. De todas maneras, no tengo claro cuáles son las arterias que se van a tomar. Hay que leer bien el proyecto y ver si realmente mejora la accesibilidad y la fluidez, como dice, si incrementa la seguridad y demás. Creo que hay que analizar punto por punto en el objetivo del programa y ver qué cosas podemos reformar en estas cuestiones de seguridad y medio ambiente, por ejemplo.
-¿A qué se refiere?
-Hay un punto que habla sobre una mejora en la calidad ambiental, porque habría menor circulación de autos. No creo que mejore el ambiente por un par de calles que se corten. No es tan así. Sí me parece bueno para preservar un patrimonio histórico y mejorar el espacio público. Pero no el ambiental: los autos dejan de circular por la Plaza, pero lo hacen más allá.
-¿Y cuando dice “seguridad”?
-Con el tema de la seguridad pasa lo mismo: no mejora por peatonalizar la Plaza. ¿Se va a incrementar la seguridad? ¿A qué se refiere con eso? La mejora en la calidad ambiental y la seguridad son dos cosas que no se consiguen por cerrar un par de calles. Hay puntos en los que coincidimos y otros en que no.
-¿Qué otros elementos le parece que habría que rever?
-Hay que ver qué se cierra por el tema del tránsito, porque la Diagonal muere ahí y sólo queda doblar. Hay una calle que da al Colegio Buenos Aires, cerca de Bolívar e Yrigoyen que está cerrada hace como dos años por un problema en la medianera y todos los días produce caos de tránsito. Ya hice un pedido de informe sobre el tema. Entonces, creo que antes hay que ver estos problemas de circulación. Hay que ver cómo responde el tejido de la zona, porque se van a producir embudos, cuellos de botella, en todas las avenidas. De todos modos, no me parece malo el proyecto. Pero hay que ver bien los problemas de tránsito.
-¿Puede ser bueno para el turismo?
-Sí, muy bueno, excelente.
-¿Tiene algún proyecto para trabajar en la Comisión sobre el tema?
-Trabajé en un proyecto que está elaborado pero no presentado, porque me parece medio imposible, que es el de cambiarle el nombre a alguna de las partes de la Plaza y ponerle “Madres de Plaza de Mayo”. La oportunidad se me está dando sola si es que se peatonaliza, porque en ese caso puede funcionar. Se va dando una posibilidad que antes no tenía, porque a las calles es más difícil de cambiarles el nombre. Claro que hay que ver si se aprueba en el recinto.
Buenos Aires Vs. Resto de la patria
La Ciudad de Buenos Aires no es la única que quiere tener un look siglo XXI, pero con un toque de colonialismo. Parece que bien al norte del país, en San Salvador de Jujuy, también están de reformas. Unas reformas muy parecidas a las que se harían en la Plaza, si se tiene en cuenta que un nuevo plan urbano revitalizará el histórico microcentro de la capital jujeña, pero siempre respetando la arquitectura colonial de sus inmuebles.
Al Cabildo de esta ciudad se le agregará un edificio con diversas funciones administrativas, comerciales y culturales. Fue el Colegio de Arquitectos de la provincia el que ordenó el Concurso Nacional de Ideas para el Ordenamiento del Espacio Público. Algo parecido a lo que sucederá con la Plaza de Mayo.
Además, el proyecto comprende un recorrido “histórico-monumental”, que, según se planea, demorará seis años y, en 2012, coincidirá con el bicentenario del “Éxodo jujeño”, en el que se conmemora la emigración de todo el pueblo tras las órdenes de Belgrano con el fin de evitar un enfrentamiento con tropas españolas en 1812.
Siguiendo con la modernización actual, la idea es incorporar cuatro calles peatonales y remodelar veredas de gran significación y ubicación estratégica en la ciudad para restringir el tránsito de vehículos particulares, así como también la Estación Ferroviaria, en donde se busca promover actividades culturales, comerciales y de entretenimiento, incluir un local de artesanías locales y una sala de conferencias.
Otra de las zonas que se remodelarán es el espacio ubicado entre los edificios de la Legislatura y el Poder Judicial, frente a la Plaza de los dos Poderes. Además, se plantarán árboles en las avenidas que rodean el área de intervención y se ensancharán las veredas de las principales calles.