Salió a los pocos minutos que terminó de hablar Cristina Fernández de Kirchner. Presuroso se dirigió al estrado en medio de gritos de jovenes seguidores que creyeron en su proyecto. Roberto Lavagna admitió solapadamente la derrota.
Inició su alocución diciendo "La elección ha terminado" y resaltó la tarea realizada diciendo que "no hay peor batalla que la que no se da". Destacó que no cayó en "las trampas" que le "tendieron durante todo este proceso".
"Tenemos las manos limpias. Dimos la batalla con muchisimos jóvenes que participaban por primera vez en la vida politica", resaltó el candidato de UNA. Luego agradeció haber conformado una coalición "centro-progresista".
Lavagna aseguró que para obtener un "mejor país" hay que basar el proyecto general en "la lucha que hay que darla con trabajo, precios estables, con educación formal, de oficio, con salud y con vivienda".
"Igualmente, en ese programa está la idea de exponer la necesidad de recuperar los valores de la república, los cuales parecen hoy desaparecidos", agregó.
Pidió una "cruzada contra la pobreza" y para fortalecer a unos poderes que se encuentran "desbalanceados", en alusión a lo que ocurre en el Congreso de la Nación. Solicitó reconstruir los lazos con los aliados estratégicos del Cono Sur como Brasil, Uruguay y Chile para "volver a integrarse al mundo moderno". Terminó su discurso con la frase de campaña "Argentina tiene con qué". Y se marchó presuroso.