El 23 de Julio de 2018, el Presidente de la Nación Argentina, Ing. Mauricio Macri, firmó conjuntamente con el Ministro de Defensa de la Nación, Dr. Oscar Aguad, el Decreto Nº 683/2018, modificando artículos del Decreto Nº 727/2006, siendo éste último el que reglamentó la Ley de Defensa Nacional Nº 23.554.
La reglamentación efectuada durante el Gobierno de Néstor Kirchner, daba un marco legal y administrativo al funcionamiento de las Fuerzas Armadas, vinculándola a procedimientos netamente de Defensa ante cualquier ataque externo que sufriera el país, como así también enmarcar al Ejército Argentino, la Armada Argentina y la Fuerza Aérea Argentina, como instrumentos que bien pudieran asistir a las Fuerzas de Seguridad Interior (Policía Federal, Gendarmería Nacional, Prefectura Naval Argentina y Policía de Seguridad Aeroportuaria) en casos de Crisis Interna, dónde con la sola estructura de las Fuerzas de Seguridad Interior no se lograra repeler y/o controlar un ataque externo o una conmoción interna.
El Ministerio de Defensa, a mi criterio ha asesorado de manera equivocada al Presidente Macri y éste sin ningún tipo de ínter consultas con expertos en la materia o al mismo Consejo de Defensa Nacional (CODENA), refrendó un Decreto que viene a corroborar lo ya establecido en el Decreto Nº 1091/2011, el cual ejecutó el Operativo Escudo Norte, que justamente ordenaba que las Fuerzas Armadas trabajaran en conjunto con las Fuerzas de Seguridad Interior en el Noroeste y Noreste del Territorio Nacional, para detectar, identificar, aprehender y poner a disposición a delincuentes dedicados al tráfico de drogas y estupefacientes, tráfico de personas y el contrabando de bienes (obviando el tráfico de armas y de fauna silvestre) ante los fueros judiciales dedicados a temas de delitos complejos.
Es cierto que en el Decreto 1091/2011, no disponía personal militar en los pasos fronterizos, sólo ordena que 6000 efectivos de entre Gendarmería Nacional y Prefectura Naval Argentina, se movilicen al Noreste y Noroeste Argentino para reforzar la seguridad en los pasos fronterizos y prevenir el ingreso/egreso de drogas y contrabando de bienes. Las Fuerzas Armadas solamente aportaban tecnología, logística y bienes de uso militar que sirvieran para controlar los espacios terrestres, marítimos y aéreos.
Otros de los sinsentidos del Decreto Nº 683/2018, es que deroga el Decreto Nº 1691/2006, dónde se enmarca la hermenéutica de las Fuerzas Armadas, dándole una orgánica en sus funciones tanto operativas, administrativas y de responsabilidad institucional, cuyo valor máximo es el respeto a la Población, la Constitución Nacional, la Ley de Defensa de la Democracia y el Código Civil de la Nación.
Claro está, que la Doctrina emplazada en el Decreto 1691/2006, fue concebida y desarrollada por el ex Presidente Néstor Kirchner y la ex Ministra de Defensa Nilda Garré, incorporando un sesgo ideológico social demócrata el cual no va con el pensamiento político de Cambiemos y por ello, creo a mi entender, dejaron sin efecto este apéndice del Decreto Nº 727/2006, pero a su vez, no la han suplantado con una Doctrina propia de Cambiemos, mencionando que esto deja cuasi acéfala la funcionabilidad ejecutiva de las Fuerzas Armadas, sosteniéndose de ahora en más por la Ley Nº 23.554, el Decreto Reglamentario Nº 727/2006 y el Decreto modificatorio Nº 683/2018, esto quiere decir que las Fuerzas Armadas será un Cuerpo sin Cabeza.
Desde el Movimiento de Reafirmación Peronista, el cual presido, seguimos propiciando la idea de sumar al encuadre de las Fuerzas de Seguridad Interior dispuesto por la Ley Nº 24.059, a la Policía Militar, ya que creemos que el combate al narcotráfico se debe dar con mayor efectividad en las áreas urbanas del país y principalmente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Conurbano Bonaerense, dónde las bandas de narcotraficantes poseen sus Bunkers, recursos económicos, armamento, soldados, operadores y vinculaciones políticas, policiales y judiciales.
Como mencionáramos con anterioridad, desarrollar y aplicar un plan similar al de Lula en Brasil durante su mandato entre 2003 y 2011, se logrará diezmar a estas organizaciones perversas y destructivas del hombre y la sociedad, reconstruyendo el tejido comunitario, dando lugar a la urbanización de las villas, permitir el ingreso de escuelas, clubes, centros culturales, comercios e industrias a los barrios, dándole oportunidades a la vecindad que allí residen a progresar y vivir en paz y tranquilidad.