Ley de López Murphy: Si compito en Capital, gana Aníbal Ibarra

Ley de López Murphy: Si compito en Capital, gana Aníbal Ibarra

"Digan lo que digan, Ibarra es el gran beneficiario de la postergación de las elecciones, haya o no haya tenido algo que ver con ello y sus chances aumentan considerablemente para lograr su reelección".


La postergación de las elecciones en la Capital Federal, dejó en claro que la debilidad política institucional por la que atraviesa nuestro país en general y nuestra ciudad en particular, tiene ribetes nocivos para la sociedad y actores que pecan de inafantilismo frente a ella. No sólo es la última maniobra realizada por el Partido Justicialista de la Capital – avalada por la Justicia Electoral Federal- la causa de este nuevo desatino. Veamos como vamos desagregando los errores del arco político hasta llegar a esta decisión y cómo quedaría el futuro tablero.

En ocasión de la apertura de las sesiones ordinarias de la Legislatura del año en curso, el jefe de Gobierno Aníbal Ibarra, ante la deserción pocos días antes de su principal competidor Daniel Scioli, pegó un golpe de timón y procurando sacar de la cancha a algunos políticos de fuste, fijó el 8 de Junio en una primereada inesperada. Esa era sin duda la fecha apropiada para lograr el objetivo de lograr la polarización con su entonces principal rival, Mauricio Macri.

La resultante de la jugada de Ibarra, medida un tiempo después por los encuestadores que no le gustan a Julio Ramos, le daban a Macri una ventaja que oscilaba entre los 7 y los 20 puntos, manejando unos márgenes de error del 3 al 5 por ciento, ya que en la Ciudad aún es importante la cantidad de indecisos. La explicación era lineal y siempre la misma, lo que hace la diferencia en los resultados aún más grave: los votos de Scioli se fueron masivamente a MauricioMacri . Todo una payasada estadística de la que nadie se va a hacer cargo, ya que las elecciones no se realizan ahora y luego "las tendencias y los escenarios" seguramente van a a cambiar y con ellos los números.

Mauricio Macri creyó que con Bianchi y hablando poco iba a mantener la ventaja que le permitiera acceder por la autopista al sillón de Bolívar 1, absolutamente convencido que todos los votos eran suyos y reclamando "rendición incondicional" a todo aquél que osara acercarse por su campamento de Lafinur, hoy mudado a Chacabuco y Alsina. Pero de pronto sintió en su tímido rostro el puño del poder político y el shock penetró su cuerpo y su bunker de ideas prefabricadas. La inflexibilidad total en política es quizás la peor de las políticas y el presidente de Boca Juniors acusó recibo ayer por la tarde, más allá de los escritos judiciales que prepare y de como termine esta novela electoral.

Ni Ibarra polarizará sólo con Macri, ni dirá más que el 8 de junio está firme cuando sabía que no era así. Macri no vencerá con la comodidad que soño en Obras Sanitarias el día más esperado de su vida. Ambos buscaron y tuvieron mensajes tranquilizadores de Eduardo Duhalde, desconociendo ingenuamnete que la tranquilidad del bonaerense es la zozobra del resto. ¿Duhalde estará bancando realmente a Toma en esta jugada o será que Néstor Kirchner aún no ha logrado hacer pie en el distrito para jefe de Gobierno, teniendo que optar entre el desconocimiento de Rafael Bielsa y la trashumancia escurridiza de Gustavo Béliz?

Digan lo que digan, Mauricio Macri es el gran perjudicado y él sabrá o no, cómo corregir los errores cometidos que lo despojaron de un triunfo casi seguro.

Ibara había logrado un acuerdo importante dentro de sus posiblidades y del espectro en el que se desenvuelve. Los socialistas adentro, el ARI -con señora incluída- muy bien rumbeado y el acuerdo radical iba a a llegar más temprano que tarde. Lo único que cambia con ellos es que ahora deberá soportar por más tiempo la intrepidez negociadora de Cristian Caram, un audaz que se ha cargado todo el radicalsimo porteño al hombro. Una nueva versión de la vieja Alianza, más algunos peronistas aliados -algunos valiosos- pero que individualmente no mueven el amperímetro. Con el kirchnerismo se encuentran en vísperas del último capítulo de la relación amor-odio que los caracterizó en su corto romance.

Digan lo que digan, Ibarra es el gran beneficiario de la postergación de las elecciones, haya o no haya tenido algo que ver con ello y sus chances aumentan considerablemente para la reelección.

Luis Zamora ya bajó al distrito y ahora le toca bajar en las encuestas. Ricardo Lóperz Murphy es la gran amenaza, sobre todo para Macri, sumando a Patricia Bullrich como vice y ni hablar de Daniel Scioli, en el caso que no logre la vicepresidencia de la Nación. Es más difícil que se sume Elisa Carrió que, bien podría ir colgada con una lista aparte en la de Ibarra en un armado bis de "la blonda" jefa. El peronismo oficial esperará la decisión judicial y la reconstrucción del espacio a partir de la elección nacional, como debió haber sido para todos, en orden lógico, ayer, hoy y siempre.

Más columnas de opinión

Qué se dice del tema...