Consciente de que la gobernación bonaerense no será una empresa fácil de afrontar, María Eugenia Vidal continúa tejiendo lazos de cara a lo que será su asunción el 10 de diciembre. Primero fue una foto en la casa de la ex candidata presidencial por Progresistas, Margarita Stolbizer, quien se comprometió a darle su apoyo, y ahora recibió el mismo gesto de parte de Sergio Massa, cuyo partido -el Frente Renovador- será árbitro en la Legislatura provincial.
El encuentro transcurrió el jueves de la semana pasada, como informó el diario Ámbito Financiero, y fue a solas en la casa del ex intendente de Tigre, quien recibió a Vidal con un asado de entraña y ensalada.
Según consigna el diario La Nación, los ejes del cónclave fueron tres: gobernabilidad, renovación política y la desactivación de una bomba salarial que podría estallar en la cara de más de un intendente.
Entre las necesidades que la dirigente macrista le manifestó a Massa están: aprobar un presupuesto propio y emitir bonos para afrontar el pago de deudas de larga data con los proveedores del Estado provincial. Como así también una nueva ley de ministerios -en la que contempla eliminar la figura del jefe de Gabinete- y apoyos para designar las autoridades de las cámaras legislativas, donde el kirchnerismo promete plantarse fuerte.
Por su parte, el jefe del Frente Renovador le acercó un anhelo y una advertencia. El primero tiene que ver con impulsar una reforma política que le ponga fin a las reelecciones indefinidas de los intendentes y legisladores, que termine con las listas sábana y de pie a la introducción del voto electrónico; lo cual va de la mano con las promesas de campaña esbozadas por Vidal antes de resultar electa.
También le propuso reformar la ley orgánica de los municipios, con el fin de que los jefes comunales tengan mayor autonomía para conducir las policías lanzadas por la administración de Daniel Scioli o firmar convenios. No obstante, la advertencia de Massa tuvo que ver con la ley 14.656, la cual entrará en vigencia el 6 de enero de 2016 y establece el régimen marco de empleo municipal, que garantiza derechos laborales postergados por los barones del Conurbano.
La nueva norma fija cupos mínimos de contratados (20%), restablece el adicional por antigüedad y garantiza que haya negociaciones paritarias individuales en cada municipio.
El dilema para muchos radica en que las negociaciones con los gremios se dará, en muchos casos, con intendentes recién llegados, que no cuentan con las precisiones necesarias en materia presupuestaria para enfrentarla. Por lo que se correría el riesgo de que más de un municipio termine inmerso en una fuerte crisis financiera. Por lo que, la intención es postergar la entrada en vigencia de la ley.
