Con la venia del Papa Francisco y en una jornada organizada por el diputado porteño de Bien Común, Gustavo Vera, el Vaticano Group se dio cita este lunes en la Legislatura porteña se realizó una charla sobre Derechos Humanos y Delitos de Lesa Humanidad, encabezada por los jueces federales Daniel Rafecas y Sebastián Casanello y el enviado del Papa, monseñor Marcelo Sánchez Sorondo.
Hay que recordar que en una jornada sobre estos temas y moderada por Valeria Mazza realizada en el Vaticano hace unos meses y organizada también por Gustavo Vera, ya Casanello – tenedor de causas claves– había tenido un sugestivo encuentro aparte con el Papa Francisco. Hay quienes ven en este grupo al germen de la representación política del Papa en la Ciudad y el conurbano, los territorios en lo que más caminó antes de llegar a la máxima investidura eclesial.
Entre los asistentes se destacaban la referente de las víctimas de la tragedia de Once María Luján Rey; el exembajador argentino en el Vaticano Eduardo Valdés; el diputado nacional del Frente para la Victoria Edgardo Depetri; los legisladores del FpV Gabriel Fuks, Javier Andrade, Carlos Tomada, Paula Pennaca y Claudio Heredia; la exdiputada nacional Nancy Monzón y el diputado del Parlasur (FpV) Jorge Taiana.
También estuvieron presentes, el senador nacional por Proyecto Sur Fernando “Pino” Solanas; el intendente de Merlo, Gustavo Menéndez; el diputado nacional y titular del gremio de los Canillitas, Omar Plaini y el ex ministro de Educación nacional Daniel Filmus.
Gustavo Vera, sostuvo en el comienzo que “en los talleres textiles clandestinos se violan sistemáticamente los Derechos Humanos” y detalló que “solo en la Ciudad hay 3.000 talleres”.
A su tiempo Sánchez Sorondo, canciller de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales del Vaticano, afirmó que “la trata es la nueva forma de esclavitud y debe ser sancionada como delito de lesa humanidad, porque afecta la dignidad más esencial que es la libertad. Por eso se produce el crimen organizado, el tráfico de órganos, el tráfico de niños, el narcotráfico”.
El fiscal antitrata Marcelo Colombo señaló: “Hoy, después de instalarse la ley de trata y mediante un convenio internacional del crimen organizado, consideraban a la explotación como un delito tipificado. Igual, falta conseguir una verdadera reparación de esas víctimas”.
Por su parte, Rafaecas señaló que hay “1.500 procesados por delitos de Lesa Humanidad, y un tercio fueron condenados. Estas personas se habían reciclado en democracia, ya que llegaron a gobernador, diputados, intendentes, fiscales, jueces. Hoy podemos decir que para la comunidad internacional es histórico”, sostuvo el magistrado federal. Sin embargo, aclaró que “la cultura autoritaria continúa por la trata y explotación de personas, como las torturas en cárceles y comisarías. El punto en común es la deshumanización en la cultura autoritaria y ver entonces a las víctimas sin derechos. Los crímenes de hace 30 años y los actuales de trata y tortura son crímenes contra el Estado de derecho”, indicó.
Rafecas finalizó diciendo que “así como se logró una política de Estado contra los delitos de la dictadura, se debe lograr con la trata y la tortura, que también son de lesa humanidad”.
El juez Casanello precisó que los delitos de tortura de la dictadura, la trata y la explotación laboral tienen en común “la cosificación” y son “delitos de lesa humanidad. En línea con Francisco, Casanello sostuvo que existe “una globalización de la indiferencia”, al tiempo que precisó que “los delitos generalizados contra la población civil también forman parte de una indiferencia”.
“La política como algo virtuoso es el ejemplo del juzgamiento a la Junta y el Nunca Más. Y la política cancerígena es la de los delitos de trata y explotación, por ello los funcionarios judiciales necesitamos que exista un movimiento social-político para prevenir, investigar y sancionar estos delitos”.
Vera cerró la charla con la beatificación de Mama Antula en Santiago del Estero y la citó “como el ejemplo en la lucha contra la trata, desde los orígenes, incluso antes de la creación del Estado argentino, siguiendo la labor de los jesuitas”.