Una disputa marcada por un reperfilamiento y un despegue

Una disputa marcada por un reperfilamiento y un despegue

Los tumultos en el Congreso quisieron minimizar la renegociación de la deuda y el lanzamiento del SAOCOM 1B.


El método es tan antiguo como el mundo. Cuando un adversario consigue una victoria política, hay que hacerle pagar el precio de su éxito con alguna acusación altisonante o con la promoción de algún fracaso -cierto o falso- por el cual se lo responsabilizará con altavoz, cámara y micrófono.

Bajo este marco, el martes último se realizó una tumultuosa sesión en la Cámara de Diputados, con la cual la oposición intentó neutralizar dos anuncios con los que el Gobierno comenzó a desandar el campo minado que dejó el fracaso de la administración Cambiemos. El domingo y el lunes, el presidente Alberto Fernández había anunciado el lanzamiento del satélite Saocom 1B –que ya se encuentra en su órbita- y el cierre del canje de deuda que involucró al 99 por ciento de los acreedores bajo ley extranjera, que hasta obligó a los buitres a arriar algunas exigencias desmedidas.

Seguidamente, el Gobierno avanzará en el Congreso con la reforma judicial, el sistema de actualización de los haberes jubilatorios y el impuesto a la riqueza que, sumados al proyecto de promoción del turismo y el aumento de las multas por la pesca ilegal que se aprobó el martes, conformarán el núcleo de su tarea legislativa inmediata.

Para la oposición, era necesario provocar un fracaso del oficialismo, porque en su proyecto de vuelta al poder, que adolece de fuertes limitaciones políticas, todo se mide de manera bilardista en éxitos o fracasos –parlamentarios, en esta ocasión-, excluyendo de su análisis a los sectores sociales que resultan beneficiarios de los proyectos de ley.

Para el caso, existe una industria sin chimeneas –el turismo- que sufre de una crisis que será terminal para muchas Pyme’s a causa de la parálisis provocada por la pandemia. La ley –que tenía un carácter defensivo muy caro al bilardismo, paradójicamente- es importante para buscar un alivio, ya que no existe en el horizonte una reactivación inminente de la actividad. Las bancadas opositoras ni siquiera bajaron al recinto para discutirla y anunciaron luego que recurrirán a la Justicia para cuestionar la validez de la sesión y el quórum obtenido. Sólo se mantuvieron en sus bancas para despotricar contra la validez de la sesión, como hicieron el radical chubutense Gustavo Menna –que en las elecciones a gobernador de su provincia salió tercero, con un módico 15,48 por ciento- y el mediático Waldo Wolff, que se corrió el barbijo para increpar en tono barrabrava a la presidencia del cuerpo legislativo.

Para cerrar una jornada en la que proliferaron las prácticas más extremas de la antipolítica, alguien relacionado con la oposición publicó en las redes sociales el teléfono de Sergio Massa, que denunció este miércoles haber recibido cientos de mensajes, entre los que no faltaban algunos que contenían amenazas contra su vida.

Esto es lo que se vio de la oposición.

Del otro lado de la grieta, mientras tanto…

El domingo último, el presidente presenció por vía televisiva el lanzamiento del Satélite Argentino de Observación con Microondas (SAOCOM) 1B, que se construyó en el país, en el que estuvieron involucradas la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y la empresa mixta privada-estatal Investigación Aplicada (INVAP).

Fernández estuvo acompañado por el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Roberto Salvarezza, y la gerenta de Observación de la Tierra de la Misión SAOCOM en la CONAE, Laura Frulla. En la ocasión, el Presidente felicitó y agradeció “a toda la comunidad científica argentina”.

A continuación, Fernández sostuvo: “Cuando veo a estos científicos de pie, trabajando, emocionados, abrazándose porque ven que su labor tiene sentido, digo ‘qué bien hace la Argentina en invertir en toda esta gente’, porque esta gente es futuro para la Argentina, eso debe enorgullecernos”. 

El despegue del vehículo de lanzamiento Falcon 9, perteneciente a la empresa SpaceX, del polémico Elon Musk, que puso en órbita al SAOCOM 1B, se produjo desde Cabo Cañaveral, en el estado de Florida.

Fernández se mostró “muy impactado porque la Argentina es uno de los diez países que son capaces de poner en órbita satélites como éste y es uno de los dos países que tiene la posibilidad de poner en órbita un satélite que tiene la capacidad de ayudar en mucho a nuestro desarrollo. Porque no es un satélite más, es un satélite que nos permite conocer muchas cosas de nuestro suelo y prever lo que tenemos que hacer para optimizar nuestros esfuerzos”, explicó.

Junto al SAOCOM 1A, lanzado al espacio el siete de octubre de 2018, el SAOCOM 1B integra la Constelación SAOCOM, que fue desarrollado y construido por la CONAE e INVAP y por la firma pública VENG, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y el Laboratorio GEMA de la Universidad Nacional de La Plata, entre otras 80 empresas de tecnología e instituciones del sistema científico tecnológico del país.

También contó con la colaboración de la Agencia Espacial Italiana (ASI) y forma parte del Sistema Ítalo Argentino de Satélites para la Gestión de Emergencias (SIASGE) creado por la CONAE y la ASI, y que es capaz de proveer a la Argentina y al mundo información sobre humedad de suelo, inundaciones y enfermedades de cultivos, entre otras numerosas aplicaciones, para uso en agricultura, gestión de emergencias ambientales y monitoreo de recursos naturales.

Siempre la deuda

Al día siguiente, el presidente, acompañado por la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, el ministro de Economía, Martín Guzmán y por el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, comunicó la culminación de la primera etapa de la renegociación de la deuda externa argentina bajo ley extranjera. “Ahora estamos pudiendo pensar en otra Argentina, una Argentina que puede empezar a pensar su futuro y en cómo construirse”, señaló Fernández en su alocución, emitida desde el Museo del Bicentenario.

“Nada de esto fue fácil, pero lo hicimos. Si hay algo que los argentinos sabemos es levantarnos cuando nos caemos. En diciembre sentíamos que estábamos caídos, hoy estamos otra vez de pie y en marcha”, destacó Fernández, que estuvo acompañado por la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner; el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el ministro de Economía, Martín Guzmán, y el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, entre otras autoridades legislativas y del Gabinete.

“Hicimos las cosas tal como prometimos hacerlas”, señaló el presidente, que destacó que “esta vez la deuda no la van a pagar los que menos tienen, los que peor están, los que más necesitan”.

“Lo que hace falta es que asumamos lo que nos pasó y la responsabilidad de que no nos vuelva a pasar nunca más, porque ya salí dos veces de ese laberinto y todos salimos dos veces de ese laberinto. No volvamos a entrar nunca más en ese laberinto, tomemos conciencia de lo que significa”, demandó el mandatario.

“Que un país se endeude quiere decir que los ministerios de Salud se cierran, que la ciencia y la tecnología pasan a un segundo plano, que 25 mil PyMEs se cierran. Cuando tenemos deuda y tenemos que pagar intereses y deuda, eso significa que tenemos menos dinero para investigación, para tecnología, para educar a nuestros hijos, para nuestros maestros, para nuestros policías. Tenemos menos dinero para hospitales que atiendan la salud de la gente, postergamos a los jubilados, que siempre hasta ahora han sido la variable de ajuste de las políticas que nos condenaron al endeudamiento”, lamentó.

El Presidente también dedicó palabras de agradecimiento a quienes colaboraron durante la renegociación de la deuda: “Quiero que las primeras palabras sean de gratitud a Cristina y a todos los que me acompañaron en el Gobierno, a los presidentes de mis bloques, de la Cámara de Diputados, a mi Gabinete, porque todos nos empeñamos en la tarea de recuperar a la Argentina con otra seriedad: la seriedad de no salir del paso y empezar a construir una Argentina que sea sostenible”.

Del mismo modo, agradeció al Papa Francisco y a los mandatarios de México, Andrés Manuel López Obrador; de Italia, Giuseppe Conte; de España, Pedro Sánchez; de Francia, Emmanuelle Macron, y de Alemania, Angela Merkel, porque “todos ellos estuvieron cuando los necesitamos en la negociación de esta deuda”, aseguró.

 

Para cerrar una jornada en la que proliferaron las prácticas más extremas de la antipolítica, alguien relacionado con la oposición publicó en las redes sociales el teléfono de Sergio Massa, que denunció este miércoles haber recibido cientos de mensajes, entre los que no faltaban algunos que contenían amenazas contra su vida.

La Argentina –continuó el mandatario- “es un país muy desigual, profundamente desigual, nadie puede estar contento con ese país y tenemos que cambiar estructuralmente las formas de este país, tenemos que hacer ese país federal que tantas veces declamamos y tan pocas veces cumplimos”.

Para eso el Jefe de Estado se comprometió a “desarrollar la infraestructura, la obra pública y las viviendas”, porque consideró que “ese va ser el motor que mueva la economía argentina en lo inmediato y lo vamos a hacer con criterio federal”.

“Vamos a seguir desarrollando la economía del conocimiento y con sus planes, porque tiene en la Argentina una riqueza singular que es la calidad de los argentinos dedicados a eso, tiene un capital humano aplicado al desarrollo del software, al desarrollo artístico que es reconocido en el mundo entero, pero no vamos a seguir adelante con los abusos de esos planes”, adelantó.

Por su parte, el ministro Guzmán expresó que la reestructuración permite “tranquilizar a la economía”. “Era absolutamente indispensable, necesario, quitarse de encima esa carga de deuda insostenible y fue por ello que desde el día uno establecimos un proceso de reestructuración de la deuda que además buscaba hacerse de una manera que fuese generando condiciones para todos los demás objetivos del desarrollo”, explicó.

Y detalló que la renegociación logró “una adhesión total al canje del 93,55 por ciento, que por obra de las cláusulas de acción colectiva eleva el porcentaje reestructurado al 99 por ciento y eso pone a la Argentina hoy en una situación muchísimo más sana y más sólida que aquella que se enfrentaba el día 10 de diciembre de 2019”.

“Lo que esto implica en términos concretos es que el país tendrá un alivio de la deuda en la próxima década de 37.700 millones de dólares y la tasa de interés promedio baja del 7 por ciento al 3,07 por ciento”, puntualizó.

Y con respecto a las próximas negociaciones con el Fondo Monetario Internacional señaló que el Gobierno “lo va a hacer de frente a la sociedad, no de espaldas”.

El Gobierno nacional plantea enviar el acuerdo al que se llegue con el FMI al Congreso de la Nación para que sea tratado allí, algo que no se ha hecho nunca y que se alinea con la idea de cuidar a la Argentina y con la idea de “ir generando condiciones en el país para inmunizarlo de los problemas de endeudamiento insostenible”, afirmó el ministro.

 

¿Recuperación?

Quizás no sea nada, pero la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) anunció que la recaudación por impuestos federales en agosto fue de $612.146 millones. Es la primera vez que la caída se desacelera desde la irrupción de la pandemia del Covid-19.

En términos nominales, los ingresos impositivos se incrementaron en un 33,5 por ciento con respecto a agosto de 2019. La mejora mensual es impulsada por el pago de Ganancias, tras las dos prórrogas que había concedido la titular de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont como paliativo de la crisis por el Covid-19.

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