Todos los gobernadores se oponen al reclamo de Vidal y presionan a la Corte

Todos los gobernadores se oponen al reclamo de Vidal y presionan a la Corte

La bonaerense quiere que le aumenten el Fondo del Conurbano, pero 21 gobernadores (incluso tres de Cambiemos) se reunieron en la Ciudad para manifestar su oposición.


Los instigadores fueron los gobernadores peronistas, pero a la cita asistieron casi todos, incluidos los tres gobernadores radicales que forman parte del oficialismo. Sólo se quedaron refugiados en sus confortables palacios de gobierno tres mandatarios: Mario Das Neves (Chubut), Horacio Rodríguez Larreta (CABA) y María Eugenia Vidal (provincia de Buenos Aires). En realidad, esta última es la única que puede justificar su ausencia del encuentro, porque fue la que desafió a sus colegas y no hubiera sido recibida con agrado en un cónclave convocado precisamente para oponerse a su reclamo.

La piedra del escándalo fue la solicitud de la mandataria bonaerense, que exigió que sea derogado el límite de 650 millones de pesos a la participación de su provincia en el Fondo de Reparación Histórica para el Conurbano. La presentación fue hecha ante la Corte Suprema, con escaso tacto político, ya que el ámbito natural de resolución de este conflicto es el Congreso o, en su defecto, la Casa Rosada. La Corte, además, no puede ordenar que se derogue una medida política, un tema que no es de su incumbencia.

Rodríguez Larreta vive una situación parecida a la de Vidal, ya que su distrito fue favorecido con un fuerte incremento (del 95 por ciento) en la coparticipación federal, cuando le fueron transferidas las comisarías de la Policía Federal. Das Neves, en cambio, suele ausentarse de las reuniones que convocan sus colegas. De la última, que se realizó el 3 de agosto, por ejemplo, se ausentó para reunirse con Rogelio Frigerio por el conflicto petrolero, sin dar otras explicaciones.

La rebelión

El miércoles último se realizó la cumbre de mandatarios provinciales en la Casa de San Juan en Buenos Aires, que excedió ampliamente al espacio peronista, ya que se sumaron al encuentro el jujeño Gerardo Morales, el correntino Ricardo Colombi y el mendocino Alfredo Cornejo. La razón es que el país federal se siente amenazado por la presentación de la provincia más extensa y más poblada (la más poderosa, por si esto no bastara) de la Argentina. También estuvieron, además de 15 de los 16 mandatarios peronistas, los tres mandatarios que no tienen terminal nacional, que son el rionegrino Miguel Weretilneck, el neuquino Omar Gutiérrez y el socialista santafesino Miguel Lifschitz.

Además, no sería ocioso destacar que en este territorio se libran las batallas más fragorosas de la política argentina. Debería hacerse notar que la presentación de Vidal no le pertenece en exclusiva. Quien triunfa en Buenos Aires tiene asegurado el triunfo en la Nación. Financiar con holgura a una provincia en la que coexisten tantas desigualdades es un camino hacia la perpetuación en el poder, aunque los obstáculos siempre pueden hacer descarrilar hasta al tren más seguro.

La ecuación que manejan las provincias es sencillísima: el dinero es el mismo de siempre y, si le aumentan a Buenos Aires su porción, disminuirá la porción de todos los demás. En este terreno patinan todos, peronistas y no peronistas, pero, al mismo tiempo, desde la Casa Rosada imaginan una ecuación que también es infalible: para ganar en la Argentina hay que ganar en Buenos Aires, y allí se compite contra la amenaza más temible, la que encarna la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Los recursos allí son imprescindibles, por lo que el reclamo, que está motorizado desde la Casa Rosada, no será desactivado con facilidad.

De todos modos, la demostración de fuerza que significa que todos los implicados hayan consensuado un documento muy sencillo y muy claro, que reclama porque “la pretensión de la provincia de Buenos Aires perjudica gravemente al resto de las provincias y municipios”, tendrá un fuerte impacto político, incluso en cuanto al reclamo a la Corte Suprema, para que no se expida sobre esta materia.

Ahora, todos los actores esperararán el desenlace, que no será antes del 22 de octubre, porque la matemática electoral no está ni estará ausente en la solución definitiva. Si gana Cambiemos, el reclamo seguirá su curso y la resolución será, posiblemente, la que temen las provincias. Si pierde el oficialismo, también se le aumentará la coparticipación federal a la provincia de Buenos Aires, pero la suma no será tan grande.

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