Sergio Doval: “El bolsillo hoy es la mayor preocupación de la gente”

Sergio Doval: “El bolsillo hoy es la mayor preocupación de la gente”

Afirma que perdió casi diez puntos y que María Eugenia Vidal también sufre las consecuencias de los problemas causados por la inflación y la subida del dólar.


“Larreta y Vidal deberían trabajar en poder aislarse de los problemas que están ocurriendo a nivel nacional. Si no quieren que esto los afecte, tienen que presentar una alternativa alejándose un poco del Presidente”, afirma Sergio Doval, director de la consultora Taquion Research & Strategy. Según el especialista en análisis y estrategia política y comunicacional, el jefe de Gobierno porteño perdió casi diez puntos de imagen, arrastrado por la crisis económica nacional, que también afectó negativamente a la gobernadora bonaerense. En esta entrevista a fondo con Noticias Urbanas, Doval desmenuza el escenario político actual, las preocupaciones de la sociedad y la reciente media sanción de la norma que legaliza el aborto. “Es un tema que se volvió transversal y del cual se apropió la gente. No es algo que pueda capitalizar ni el oficialismo ni la oposición”, afirma.

–¿Macri está en su punto más bajo en la aceptación de los ciudadanos desde su asunción?

–Sí, el Presidente y su gobierno se encuentran en su punto más bajo. Y eso se explica por las crisis que se sucedieron en este último mes y medio, pero, fundamentalmente, se sustenta en que el Gobierno ha tomado un montón de caminos que no están asociados a los valores que proclamaron para la gestión, que eran orden, transparencia y respeto por las opiniones ajenas. Eso lo podemos observar en un devenir de acciones realizadas por el oficialismo desde que ganó las elecciones en octubre. Por ejemplo, el manejo de lo que ocurrió en las calles durante la reforma previsional en diciembre, el affaire Triaca con la empleada doméstica en enero, las offshore de Caputo en febrero, Aranguren diciendo que no había confianza en el país en marzo, y después, obviamente, los tarifazos. Todo ese componente, sumado a un key player como es el nombre del FMI en la cabeza de la gente, que rememora uno de los peores momentos de la historia argentina reciente, generó que la imagen de Macri esté en su punto más bajo. De todas maneras, los últimos números están indicando algún repunte dentro de ese ojo de la tormenta.

–¿Cómo percibe la sociedad la situación económica del país? ¿La gente cree que el Gobierno superará la crisis o es pesimista?

–No tengo números específicos para referir, pero está claro que, dada la caída en el nivel de expectativas e imagen del Gobierno, existe un quiebre que va a ser muy trabajoso de recuperar. Eso, a lo que lleva, es a una situación muy endeble en la construcción de la confianza que garantiza la gobernabilidad y puede complicar los planes del Presidente y su equipo económico para llevar adelante sus reformas.

–¿Cómo cree que la sociedad interpretará los últimos cambios en el gabinete que hizo Macri? ¿Como una señal de fortaleza, de debilidad, o es algo que, a nivel popular, no importa demasiado?

–A la sociedad estos cambios de gabinete no le dice demasiado. Son referencias para el Círculo Rojo. La gente no tiene conocimiento muy profundo ni de Aranguren ni de Cabrera. Lo que sabe la gente es que no tiene dinero. Sí percibe un marco de desconfianza generalizado desde el Círculo Rojo, que le da intranquilidad. Pero, hoy por hoy, el grueso de la gente está muy lejos de esos nombres y está mucho más cerca de los problemas que tiene, y que el Gobierno aún no ha sabido responder ni solucionar.

–Entre los problemas que más preocupan a los argentinos, ¿la inflación superó a la inseguridad?

–Sí. Cuando vos le preguntás a la gente cuál cree que es el mayor problema de la Argentina, el 37 por ciento te dice que es la inflación y la economía. Y cuando le preguntás a la persona por sus propias preocupaciones, el número asciende al 57 por ciento, dejando a la corrupción y a la inseguridad a niveles mucho más lejanos y a la educación en un lugar casi inexistente. El bolsillo hoy es la mayor preocupación de la gente.

–¿Cómo afecta a Macri la media sanción de la legalización del aborto? ¿Positiva o negativamente? ¿Y al peronismo en sus versiones K y no K?

–La legalización del aborto no es algo que pueda capitalizar ni el oficialismo ni la oposición. Es un tema que se volvió transversal y del cual se apropió la gente. Si va a traer problemas o beneficios políticos para Cambiemos va a ser solo con el Círculo Rojo. El peronismo tampoco lo puede capitalizar y, de hecho, quedó en un lugar bastante complicado ahora en el Senado. Lo que está claro es que el país, en ese sentido, está dividido en dos: la gente que está en las metrópolis, específicamente en el AMBA, está mayoritariamente a favor de la ley que se sancionó en Diputados, mientras que en el interior la negativa es mayor: solo un 38 por ciento está a favor. Entonces, el gran problema lo va a tener el peronismo, porque, de no aprobarse, va a satisfacer aquellas demandas quizás propias de sus provincias, pero no de lo que pueda manifestarse alrededor del Congreso, y la presión social es muy fuerte. De todas maneras, para la percepción de la opinión pública, repito, no es un tema que sea del Gobierno o de la oposición. Es de la gente.

–¿Y la izquierda no podría crecer a partir de la bandera del aborto legal, que históricamente defiende?

–No, porque al ser justamente un tema de la sociedad que ya lo ha incorporado como propio sin bandera política, la izquierda no lo puede capitalizar. De hecho, si hay una persona que luchó para que salga esta ley es Victoria Donda, y ha tenido una caída en su imagen en los últimos meses.

–¿Tiene mediciones de cómo este tema impactó en la imagen de Carrió en la Ciudad?

–No tengo mediciones específicas posaborto. Pero sí te puedo decir que Carrió viene perdiendo muy de a poquito su imagen positiva en la Ciudad de Buenos Aires, a pesar de que a nivel nacional se mantiene. Creo que estas situaciones en donde se desmarca de posiciones alternativamente no la dejan bien parada. Creo que el ir y venir de determinadas posiciones la está afectando.

–¿Puede ser que, paradójicamente, al Gobierno nacional lo haya perjudicado el triunfo sobre Cristina el año pasado, ya que alejó un fantasma que antes podía agitar ante cualquier crisis?

–Seguramente no benefició tanto al Gobierno como sus integrantes pensaban. No lo dejó en un escenario de mayor fortaleza porque la gente lo votó para voltear al pasado y darle vía libre, no porque estuviera contenta por lo que había hecho los dos años anteriores. Lo puso en un lugar de mucha más exigencia y subió las expectativas, y eso, al Gobierno, terminó volviéndosele en contra cuando no las cumplió.

–¿Cómo está hoy la imagen de Cristina? ¿Tiene chances de resurgir?        

–La imagen de Cristina hoy está un par de puntos arriba de lo que estaba hace unos meses, pero sigue teniendo el mismo techo que tenía antes. Lo que está recuperando es parte de la base que se le había desgranado al no poder sostener los embates de la opinión pública respecto a los casos de corrupción, que estaban más arriba de la mesa hace algunos meses. Lo que está pasando ahora es que, a raíz de los errores del Gobierno, esa parte de la base empieza a volver. Pero no se está ensanchando más allá de eso. Hay una parte del olvido que opera. Es como cuando yo tuve a mi primer hijo, Felipe. El primer año nadie me iba a convencer de tener otro hijo porque no dormía, no estaba con mi mujer, me enfermaba. Pero después vino Chiara. Entonces, me olvidé de aquellas cosas. El olvido muchas veces opera como un proceso de mejora hacia el futuro, porque si uno se queda con lo anterior no puede avanzar. Y asimismo actúa la cabeza de la gente en la política. De todas maneras, el techo de Cristina sigue siendo muy muy bajo y no visualizamos que vaya a cambiar pronto.

–¿Hay espacio para que aparezca una nueva figura electoral a nivel nacional?

–Hay que entender a qué llamamos “nuevas figuras”. Si por nuevas figuras llamamos a alguien que venga por fuera de la política lo veo muy complicado. Básicamente porque la política, hoy, es como una mancha venenosa. Cualquier cosa que se relaciona con la política inmediatamente se tiñe de una imagen negativa muy alta. De hecho, una persona como Tinelli tiene 50 puntos de imagen negativa y no habría ninguna razón para que esto suceda más que su acercamiento a la política. Y esto es una variable que influye en el acercamiento de figuras externas. Hay algunos casos que Cambiemos acerca, pero no son de relevancia nacional. Después habrá que esperar para ver cómo se desenlaza la interna del peronismo y si puede aparecer alguna persona nueva. Lo vemos difícil, no imposible, pero el conocimiento de aquellas figuras que puedan aparecer está muy lejos de aquellos que sí la tienen, como Massa. Urtubey o Uñac todavía tienen que caminar mucho para ser conocidos a nivel nacional. Y, obviamente, nadie vota a aquel que no conoce.

–¿Massa, que no pudo romper la polarización hasta ahora, podría tener una oportunidad con el escenario actual?

–El tema depende del lugar en el que se pare Massa. Si Massa intenta capitalizar lo mejor de los dos mundos, no va a poder hacer síntesis. La gente de un lado va a decir: “Para eso me quedo con el que estoy y no voy con otro”. Y aquellos que están en el medio no quieren saber nada ni de un lado ni del otro. Entonces, eso no va a funcionar. No hay lugar allí. Ahora, si Massa se empieza a acercar a las personas, creo que puede empezar a capitalizar una característica muy positiva suya, que es su capacidad de relacionarse con la gente. Pero eso depende solo de él.

–¿Cómo repercute la crisis económica en las figuras de Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal? ¿Mantienen su imagen alta en la percepción de la gente o son arrastrados por la caída de la imagen de Macri?

–Sorprendentemente, a Horacio Rodríguez Larreta la crisis le afectó muchísimo la imagen. Casi perdió diez puntos. Y digo “sorprendentemente” porque la Ciudad de Buenos Aires es casi Disneylandia. Sin embargo, su imagen de gestión cayó. Y lo mismo le está pasando a María Eugenia Vidal. Lo que significa que hay un traslado de la crisis hacia ellos de una manera muy fuerte. Creo que Larreta y Vidal deberían trabajar en poder aislarse de los problemas que están ocurriendo a nivel nacional. Tienen que presentar una alternativa alejándose un poco del Presidente, si no quieren que esto los afecte. Si se siguen acercando al Presidente y Macri sigue con caída de imagen, no veo que haya una posibilidad de que vuelvan a los valores de imagen positiva que tenían. Sí de mantenerse y sí de ser una alternativa de poder, porque siguen teniendo, en un escenario polarizado, muchas posibilidades. Porque una cosa es la imagen de gestión y otra las posibilidades electorales.

–En las elecciones porteñas pasadas, Carrió arrasó. ¿Ve posibilidades en 2019 para alguna fuerza alternativa al Pro en la Ciudad?

–No veo en la Ciudad una fuerza alternativa con posibilidades de ganarle en primera vuelta a Horacio Rodríguez Larreta ni a Cambiemos. Eso no significa que, llegado el caso, en un balotaje, pueda generarse un escenario como el que hubo en 2015 con Lousteau. También Lousteau y compañía creyeron que habían tenido 50 puntos en esa elección y, en realidad, eran 35 puntos del kirchnerismo y la izquierda que lo votó tapándose la nariz solo para ver perder a Larreta. Y lo que tenía Lousteau creo que lo perdió. Si se volviera a dar un escenario así, me inclino a pensar que, con el perfil que Lousteau mostró en el último tiempo, tan cercano al Pro, mucha gente se inclinaría por el voto en blanco. La Ciudad hoy no tiene un contrapeso tan fuerte que le pueda pelear el lugar a Larreta. De todas maneras, la Argentina está pasando un momento de muchísima inestabilidad. Pueden moverse diez puntos entre un par de semanas dados los escenarios que pueden surgir. La gente está muy atravesada no solo por la crisis sino por los medios de comunicación y las distintas referencias que existen de temas cotidianos que no nos dan tranquilidad. Por eso, alguien puede surgir siempre. Esto es la Argentina, aunque hoy parece dificultoso.

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