Se cumple un año de la desaparición del Policía de la Ciudad

Se cumple un año de la desaparición del Policía de la Ciudad

Se trata del agente Arshak Karhanyan, que fue visto hace un año por última vez y no se sabe nada. Su familia reclama respuestas y apunta a las irregularidades en la investigación.


La última vez que se supo algo de Arshak Karhanyan, agente de la Policía de la Ciudad, fue el 24 de febrero de 2019. Desde entonces, su desaparición se convirtió en un misterio. Su familia reclama respuestas y apunta a las irregularidades en la investigación. “La Policía hizo todo para que no se sepa qué ocurrió”, denuncian.

Karhanyan salió hace un año de su departamento en Caballito, dejó sus dos teléfonos celulares adentro y su moto amarrada en la puerta, pero se llevó su arma reglamentaria, su placa y su tarjeta de débito, que jamás fueron halladas, como consignó la periodista Irina Hauser en el diario Página 12. A un año, la investigación judicial no tiene datos concretos, pero hay sospechas que apuntan hacia la fuerza a la que pertenecía el joven.

Sus peritos tuvieron el celular de Arshak disponible para analizar sus contactos y reconstruir qué hizo en los días previos, pero lo devolvieron vacío y con un cartel que decía “desactivado”. La querella de la familia –que tuvo que esperar siete meses en ser admitida como tal— señala además otras irregularidades: la Policía no relevó todas las cámaras de las zonas claves donde estuvo el agente que fueron pedidas por la fiscalía, entregó algunas de fechas equivocadas y no resguardó material fílmico clave.

“La policía hizo todo lo posible para que no se sepa qué ocurrió. No sé a qué esferas puede alcanzar este encubrimiento”, dijo el abogado Juan Kassargian en diálogo con Página 12. La responsabilidad estatal podría derivar en un planteo de desaparición forzada.

El fiscal Santiago Vismara, a cargo del caso, en diciembre último ordenó que se haga una junta de peritos de Policía Federal, Gendarmería, Prefectura y Policía de Seguridad Aeroportuaria, junto con la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (DATIP), para analizar la información de los teléfonos y computadoras de Arshak y determinar qué pasó con el primer peritaje del celular personal del policía, realizado por Cibercrimen de la policía porteña. También está en marcha el análisis de los entrecruzamientos de llamados de las personas con las que se pudo saber que mantenía el contacto más asiduo, que eran en su mayoría policías de la división “Exposiciones”, que se ocupa de allanamientos e incautaciones.

En tanto, la última persona que se sabe que tuvo contacto con el joven ese mismo día y poco antes de su desaparición fue un compañero suyo de “Exposiciones” llamado Leonel Herba. En una de las pocas filmaciones con datos que constan en la causa, se ve a Arshak el domingo 24 de febrero en la puerta del edificio donde vivía hablando con ese oficial y escuchando juntos un audio del celular de Herba. Él dijo que estaban hablando de un plan de ahorro para comprar un auto, pero a Arshak se lo ve nervioso.

Minutos después Arshak sacó plata de un cajero automático en Primera Junta entró a un supermercado Easy. Luego se ve que sale del comercio con una pala de pico en la mochila y mira como quien busca a alguien. En Rivadavia y Paysandú se le pierde el rastro.

En una presentación judicial el abogado de la querella denunció que al analizar el material disponible de las cámaras se encontró con que “no se buscaron la totalidad de las cámaras que ordenó el fiscal; de las relevadas, no se obtuvieron la totalidad de las filmaciones disponibles el día 24 de febrero de 2019; no se resguardó todo el material fílmico obtenido ese día; las filmaciones que se preservaron con esa fecha corresponden a horarios distintos a los que serían procedentes al propósito de la investigación”. Ahora la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) analiza otra vez las imágenes disponibles.

El fiscal Vismara también había pedido allanamientos a la división Exposiciones pero el juez Alberto Baños rechazó hacerlos con el argumento de que no estaba claro que la desaparición se tratara de un delito, en línea con la postura del Ministerio de Seguridad porteño.

“Tengo una gran amargura. Después de un año no sabemos nada, no tenemos ningún resultado. Me siento física y mentalmente cansado. Es una situación extraña. Ya no sé qué pedir ni dónde gritar. Todos te dicen ‘dale te ayudamos’, le piden las cámaras a la policía y no están”, dijo Tigran, hermano del policía desaparecido, a Página 12.

Mientras el posible encubrimiento es una teoría cada vez más firme, la posibilidad de plantear una desaparición forzada se analiza hace tiempo y en ese caso el expediente debería pasar al fuero federal. Hasta ahora la familia no se animó a grandes reclamos públicos, pero ante el aniversario por primera vez la comunidad armenia, los amigos de Arshak del liceo donde estudió y de la UTN, además de Tigran, junto con apoyos de algunos dirigentes que se vienen ocupando del tema (como Victoria Montenegro y Leopoldo Moreau), planifican una movilización que se haría a mediados de marzo.

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