El presidente francés, Emmanuel Macron, ha resucitado este lunes las conversaciones sobre la crisis ucraniana en un encuentro con su homólogo ruso, Vladimir Putin, en el fuerte de Brégançon, lugar de veraneo de los presidentes franceses en la Costa Azul y de encuentros diplomáticos de alto nivel.
Macron propuso la celebración de una cumbre en “las próximas semanas” entre Rusia, Ucrania, Alemania y Francia para avanzar en un solución a la crisis ucraniana. Todavía no está claro el formato de la misma, a la espera de que se produzcan avances concretos en los próximos días.
Macron considera que la llegada al poder en mayo de este año del presidente ucraniano Volodimir Zelensky puede ofrecer una oportunidad para avanzar hacia una resolución del conflicto en las provincias separatistas prorrusas del este de Ucrania. Putin ha llegado incluso a hablar de “un optimismo prudente” sobre este dossier, tras sus contactos con el nuevo presidente ucraniano.
“Voy a hablar (con Emmanuel Macron) de mis contactos con el nuevo presidente ucraniano. Hay cosas que son dignas de discusión y que provocan un optimismo prudente”, ha dicho Putin en la rueda de prensa previa a su reunión que ambos mandarlos ofrecieron en la terraza del fuerte de Brégançon, a orillas del Mediterráneo.
El encuentro entre Macron y Putin ha tenido lugar cinco días antes de inicio de la reunión del Grupo de los Siete (G7) en Biárriz (suroeste del país), donde este fin de semana participarán los mandatarios de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido. Moscú no participa en el G7 porque no pertenece a ese selecto club. Rusia fue expulsada del G8 en marzo de 2014 tras haberse anexionado ilegalmente la península de Crimea. La Unión Europea le impuso sanciones económicas.
