Plan V: Una correcta María Eugenia no desdobla pero se diferencia

Plan V: Una correcta María Eugenia no desdobla pero se diferencia

Opinión.


El famoso plan V del gobierno en realidad es una posibilidad no deseada por nadie en la estructura de poder del partido gobernante. Lo que sí puede ser es la única ficha que le quede a Cambiemos si el Presidente Mauricio Macri no logra enderezar el rumbo del país y las mediciones de su intención de voto en el próximo bimestre.

En estas líneas y también en nuestras columnas radiales, Noticias Urbanas advirtió desde mediados del año pasado que la recesión no encontraría su final en este año que corre, que la no realización de los cambios estructurales iba a tener sus consecuencias, siguiendo la teoría de Albert Einstein que nada cambia si siempre haces lo mismo y que esa conducta errática desde el poder podría hacer naufragar la intención reeleccionista de Macri.

También alertamos que la candidatura de María Eugenia Vidal a la Presidencia debería enmarcarse en una estrategia que no nazca del fracaso del Presidente, sino de una variante del modelo político económico que sea superador del presente. Dicho de otra manera, no parece muy tentador para la sociedad -aunque sí mejor en los pronósticos para Cambiemos- que Vidal se encargue de comandar la segunda parte del plan que Macri no pudo llegar a concretar si éste proceso continúa siendo más de lo mismo.

Siempre la imagen de Vidal fue superior a la del Presidente. En la Provincia esa diferencia estuvo los tres años en el orden del diez por ciento de diferencia a su favor ya sea en los buenos o malos tiempos del jefe del Ejecutivo nacional. El resto del país no es muy diferente en cuanto a la aceptación de la blonda gobernadora sobre el Presidente.

En los últimos tiempos, cuando el “desdoble electoral” en la Provincia de Buenos Aires pasó a ser un tema de la discusión pública -y no puertas adentro de la mesa chica-, las diferencias respecto al futuro empezaron a ser más notorias entre el núcleo Macri- Marcos Peña y el comandado por Vidal y Horacio Rodríguez Larreta. La relación con el peronismo marcó el terreno.

Si bien los que comandan los dos principales distritos de nuestro país siguen siendo leales al liderazgo de Macri, la realidad para ellos no difiere mucho de la que tienen el resto de los gobernadores cualquiera sea su signo. Ambos sufren el desgaste de los casi cuatro años de declive social en lo económico y eso distingue su actitud del resto de los dirigentes de la coalición gobernante. Son los únicos que mantuvieron la fecha de las elecciones en sus distritos pegadas a la nacional, un “gesto de agradecimiento” hacia quién comanda el espacio desde la Casa Rosada .

Pero justamente el tema Vidal como alternativa nacional no cierra con el esquema actual de gobierno. ¿Cómo sería una campaña de Vidal comandada y guionada por Marcos Peña?. Como podría generar esperanza y explicarle a la gente Vidal -siendo candidata nacional- su plan de reacomodamiento nacional si acordó este último tramo electoral del país con quiénes produjeron el desajuste.

Cuál sería entonces la propuesta diferenciadora de Vidal, más allá de sus diferencias con Marcos Peña y su equipo cada vez más pequeño. Que encima no son tan públicas y quién sabe qué tan reales. También es cierto que para ella sería absolutamente imposible encarar una campaña de reelección provincial sin el apoyo económico del gobierno nacional, con una provincia que pudo mejorar algunos temas institucionales con los techos que el sistema permite. En el plano económico la gestión quedó presa de la depresión nacional.

El peronismo es quizás el tema que más diferencia a Vidal del tándem Macri-Peña. Mientras que desde la Rosada entienden que la única manera de sobrevivir a la tormenta es seguir pegándole al peronismo en general y al kirchnerismo en particular, la gobernadora Vidal gobernó y comprobó en el terreno un esquema distinto. Más allá de lo que diga en la campaña, y de reinvindicar a los equipos del PRO, Vidal no los ama pero no los odia, es tan pragmática como ellos.

Vidal es mejor que Macri de cara al futuro y eso no es solo un tema de encuestas. Y con Rodríguez Larreta ese tándem puede marcar una etapa distinta y mejorada del primer submarino amarillo. A su tiempo.

Pero si alguien todavía piensa en el Plan V, los movimientos deben ser ya, es tarde pero posible. Quiénes lo cranean tengan en cuenta que hasta ahora el miedo a Cristina es su único activo de todos. Y no alcanza.

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