Pichetto operará para que haya “boleta corta” en provincias peronistas

Pichetto operará para que haya “boleta corta” en provincias peronistas

Es un objetivo de difícil resolución. Buscarán que, una vez electos, los gobernadores se desentiendan de los Fernández y apoyen la continuidad del oficialismo.


Hasta el martes al mediodía, cuando se confirmó el nombre de Miguel Angel Pichetto, en la Casa Rosada había sonado más de una docena de nombres para acompañar en la fórmula a Mauricio Macri. Enterrada la posibilidad de una interna presidencial dentro del oficialismo, como había pedido formalmente la UCR, todas las miradas apuntaron al “vice”.

Hubo un paso fundamental, en señal de apertura: se descartó la posibilidad de repetir el esquema de 2015 (mujer propia) lo que dejó afuera de carrera no sólo a la actual vicepresidenta, Gabriela Michetti, sino también a sus variantes Carolina Stanley y Patricia Bullrich. Antes, ya había quedado desechada la chance de que María Eugenia Vidal sea el complemento nacional. Luego se avanzó con la idea de sumar una pata radical a la boleta.

Los nombres que circularon fueron de todo tipo: desde un jefe partidario como Alfredo Cornejo, a una mujer menos conocida como Karina Banfi, pasando por el taquillero Martín Lousteau. La última novedad, hasta minutos antes del anuncio, era la posibilidad de nominar a Luis Brandoni. Sí, el actor. Para entonces, otras señales de “apertura” como Emilio Monzó o Juan Manuel Urtubey, habían quedado en el camino. Según el gobernador salteño, en su caso hubo oferta concreta. Descartada, surgió el plan Pichetto.

¿Qué implica? Aquí, algunas claves del anuncio.

Impacto político I: la llegada del hasta entonces jefe del bloque de senadores del PJ vació aún más a la escuálida Alternativa Federal, donde ya había pegado un portazo Sergio Massa (para volver a abrazarse a los K) y se mantenía (y mantiene) a distancia el cordobés Juan Schiaretti. El resultado de la partición, provocó finalmente una unión: Roberto Lavagna y Urtubey acordaron compartir fórmula. Se supone, con el ex ministro de Economía a la cabeza.

Impacto político II: el segundo movimiento, aún con final indefinido, se está gestando en las provincias. Cuando se lanzó la fórmula de los Fernández, una decena de gobernadores del PJ se apuró en saludar al nuevo binomio. Ahora, en algunos de esos distritos, que ya tuvieron su elección provincial, se especula con que los mandatarios podrían auspiciar “boletas cortas”, sin llevar candidato presidencial, para alejarse de la grieta. De concretarse, sería música para los oídos del oficialismo. ¿Pichetto operará en este sentido?

Impacto electoral: la confirmación de las fórmulas del Frente con Todos (PJ) y de Juntos por el Cambio (la versión 2019 de Cambiemos), según el grueso de los analistas, no haría más que profundizar y acelerar la polarización. ¿Qué implica esto? Que se desvanece el ancho de la tercera vía y esto podría llevar a muchos votantes a votar en primera vuelta como si fuera el balotaje. En caso de concretarse esta hipótesis, crecería la chance de que alguno de los dos polos llegue el 45% necesario para ganar sin revancha. Más difícil, a priori, parece que uno supere el 40% y le saque 10 puntos o más al segundo, otra de las variantes para evitar el balotaje.

Impacto económico: es, acaso, la repercusión que más entusiasma al Gobierno. Con la calma del dólar (ahora con tendencia a la baja) y la inflación cediendo un poco, se genera el escenario de estabilidad económica imprescindible para llegar con chances a los comicios. El apoyo de empresarios de peso a la nueva fórmula oficialista, se supone, también podría aportar en este sentido.

Impacto ideológico: con la candidatura de Pichetto, la  polarización cambia de color. Ya no se trata, como fogoneaba Cambiemos, de la nueva contra la vieja política. Ahora se retoma una dicotomía más histórica: populismo vs. barbarie o república vs. civilización

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