En un nuevo acalorado debate teñido de reproches por parte de la oposición, se aprobó esta iniciativa del Poder Ejecutivo con 41 votos a favor (del Frente de Todos y Interbloque Parlamentario Federal) y 26 en contra (de Juntos por el Cambio).
Aun más, la oposición había intentado derogar la sesión, pero no fue logrado, dado a que para dicha finalidad es necesario el acuerdo en ambas Cámaras del Congreso, lo cual no lograron.
Este tire y afloje político entre oficialismo y oposición viene recrudeciéndose en las últimas sesiones parlamentarias, donde Juntos por el Cambio intenta impugnar sesiones, evitar la validez de la votación remota y hasta derogarlas, como en este mencionado caso. Ante esta circunstancia, el jefe de la bancada oficialista, José Mayans, dio un duro mensaje en el recinto:
“Nosotros marcamos las pautas. El otro gobierno fracasó en todas las políticas públicas. Y ahora vienen a decirnos lo que tenemos que hacer. Déjennos gobernar. Nosotros vamos a marcar las prioridades del gobierno”.
“El presidente está diciendo: un poquito menos ganen. ¡Esta gente quiere ganar en dólares!”, agregó.
Por su parte, la senadora oficialista mendocina Anabel Fernández Sagasti lanzó críticas a la anterior gestión, alegando que durante el gobierno de Mauricio Macri se derogó parte de la Ley de Tecnologías de la Información votada durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner como una forma de “pagar el favor” de los medios que “le hicieron la campaña”:
“Esta es una decisión política que señala a quién representa cada uno. Está claro a quién representa la oposición y a quién el oficialismo”.
La reticencia de la oposición
Desde Juntos por el Cambio se opusieron al proyecto mencionado, y en la mayoría de las argumentaciones prevaleció los reproches a las formas más que al contenido: la molestia por la virtualidad y la imposibilidad de poder pedir la palabra en cualquier momento, el desconocimiento de algunos cambios en el texto, etc.
De hecho, el mismo Martín Lousteau había dicho que Juntos por el Cambio estaba de acuerdo con el “congelamiento” de tarifas luego de “seis meses de cuarentena”, pero que “este DNU genera incertidumbre y discrecionalidad” y que “atenta contra las inversiones que necesitamos”.
Hubo acuerdo en términos generales: la importancia de la conectividad en épocas donde se maximiza el teletrabajo y las clases virtuales y a sabiendas de que esta modalidad llegó para quedarse, incluso una vez culminada la pandemia y su consecuente cuarentena.
Vicentin
En la sesión de este jueves también se trató el DNU 636/20 que dejó sin efecto al 522/20 que había dispuesto la intervención transitoria de la empresa Vicentin.
Ese documento fue el único que respaldó la oposición y fue defendido por la peronista santafecina María de los Ángeles Sacnun argumentando que los dueños de la cerealera “convirtieron a Vicentin en una cáscara vacía, violentando los derechos de los acreedores y del Banco de la Nación Argentina”. Parrilli, en tanto, apuntó a Juntos por el Cambio “y a muchos comunicadores” gracias a los cuales “se está desguazando la empresa”.
En cambio, el radical Naidenoff dijo que el gobierno nacional derogaba el DNU porque había cometido “un error político”. “No aprendieron la lección. Con esta lógica de ir por todo, en 2015, perdieron las elecciones”, añadió.
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