Obama apunta los cañones rusos al sillón de Trump

Obama apunta los cañones rusos al sillón de Trump

Barack Obama planea dejarle también una “pesada herencia” a su sucesor presidencial: nuevas sanciones, tanques estadounidenses en la frontera con Rusia y una nueva remesa de maniobras de la OTAN.


Una de las principales decisiones de Barack Obama antes de ceder el mandato presidencial a su sucesor republicano Donald Trump fue no desperdiciar su tiempo como líder de la primera potencia mundial.

Entre una innumerable lista de sanciones de último momento, apostó a dejarle una “pesada herencia” a Trump en materia de relaciones bilaterales con Rusia a través de la fuerza militar: ubicó tanques estadounidenses en la frontera con Rusia y una nueva remesa de maniobras de la OTAN.

Al menos esta es la teoría es respaldada por periodistas de renombre internacional como el italiano Mirko Molteni, quien además es experto en la esfera militar, y aseguró al respecto: “Tal y como estamos observando durante las últimas semanas, la Administración saliente de la Casa Blanca quiere dificultar la situación con Moscú para que le resulte muy difícil a Trump recuperar las relaciones ruso-estadounidenses”.

Uno de los últimos ejemplos de su ‘labor de sabotaje’ es el despliegue en Polonia de 4 mil soldados de la OTAN y 87 tanques M1 Abrams. Esta actividad de las tropas del bloque no es casual, dado que cerca de su lugar de despliegue se encuentra el enclave ruso de Kaliningrado.

Además, EE. UU. quiere construir en la localidad polaca de Redzikowo una base de defensa antiaérea que podría empezar a operar en 2018. A esta base se le sumaría otra que entró en servicio en Rumanía a finales de 2015, ambas instalaciones forman parte de la estrategia ideada por EE. UU. para presionar a Rusia.

Si de verdad quiere restablecer las buenas relaciones con Rusia, Trump tendrá que llegar a un acuerdo con su ‘establishment’ militar y de inteligencia para persuadirles, paulatinamente, de la necesidad de abandonar estos programas, opina el periodista.

“Será difícil para Trump porque tendrá que luchar contra la inteligencia estadounidense, que trata a Rusia con mucha suspicacia. Además, le espera la resistencia de los generales del Pentágono y, ante todo, la oposición del Congreso: donde todos los demócratas están en su contra y parte de los republicanos no comparte su posición respecto a Rusia. Cambiar estos ánimos será difícil y Trump lo sabe”.

Según el periodista, es precisamente esta la razón por la que, al declarar su deseo de levantar las sanciones antirrusas, Trump agregó que es posible que las restricciones occidentales permanezcan en vigor durante un tiempo.

Te puede interesar

Qué se dice del tema...