“Nunca tuve trato personal ni telefónico ni epistolar con Cristina Fernández”

“Nunca tuve trato personal ni telefónico ni epistolar con Cristina Fernández”

Gerardo Ferreyra, vicepresidente de Electroingeniería, declaró ante el juez Claudio Bonadio. Noticias Urbanas accedió a la declaración.


Gerardo Ferreyra, uno de los empresarios detenidos por orden del juez Claudio Bonadio, es uno de los dueños de la empresa de obra pública cordobesa Electroingeniería, que fue ampliamente beneficiada durante el kirchnerismo.

El vicepresidente de la mencionada empresa prestó declaración ante el juez y se despegó de la causa diciendo que ni siquiera conoce a la expresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner: “Quiero destacar que nunca tuve trato personal ni telefónico ni epistolar con Cristina Fernández. Mis contactos fueron siempre en actos públicos ya sea de Derechos Humanos o para apoyar su gestión”.

Allí, previamente, explicó porqué se adjudica la inocencia: “Mi exposición es para detallar los motivos por los cuales durante mi vida personal primero, y profesional después, adquirí una serie de valores desde la niñez y constituyen mi ADN. Mi respeto por la función de mi padre, Director de Escuela que murió con el delantal puesto festejando el día del Niño en la escuela . Respeto a la entrega y compromiso de los funcionarios públicos y su trabajo. Respeto por los bienes y valores del Estado por lo que jamás tocaría un peso que le correspondiera para defensa de su rol de Estado presente”.

“Continué mi militancia primero en una etapa reivindicativa desde el Centro de Estudiantes de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Córdoba como delegado Centro de Estudiantes clandestino porque vivíamos las dictaduras de Onganía. Muy motivado por el Cordobazo y otros fenómenos sociales y políticos. A partir de 1972 con los fusilamientos de Trelew y el asesinato de dos compañeros de la facultad pase a la militancia política en una organización de lucha armada”, explicitó luego.

“Eso ocurrió hasta 1975 que caí detenido. A partir de allí estuve recluido durante toda la dictadura militar. El primer año y medio semi-desaparecido y los últimos siete y medio a disposición del PEN. Estos 9 años de reclusión fueron reconocidos como 18 años de prision por la Justicia y luego calificados como detención ilegal . Con esto quiero significarle a S.S que mi ADN es el de la militancia política“, concluyó Ferreyra.

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