“No hay que esperar que Scioli imite los estilos de Néstor y de Cristina”

“No hay que esperar que Scioli imite los estilos de Néstor y de Cristina”

Olmos cree que si el gobernador bonaerense llega a la Presidencia va a "desestresar" la relación entre el ejecutivo y la Justicia Nacional. En lo local, cree que Macri "primero gobernó como una ONG".


El presidente del Consejo de la Magistratura porteño y extitular del peronismo de la Capital Federal, Juan Manuel Olmos, no se muestra encadenado al manual de estilo kirchnerista. Admite que con el Pro “convive” y hasta reconoce que los segundos cuatro años de la gestión de Mauricio Macri “fueron mucho mejores” que los primeros. “Yo provengo del Frente para la Victoria, y como presidente del Consejo debo acercar las posiciones”, señala Olmos, en esta entrevista con Noticias Urbanas. Hábil animal político, cuando se le pregunta al también exlegislador si prefiere empezar a hablar sobre política o sobre Justicia, no se ruboriza y contesta: “Por donde vos quieras, pero como soy presidente del Consejo, empecemos por la Justicia”.

–¿Cómo es la relación entre los poderes Ejecutivo y Judicial porteño?

–En la Ciudad hay un Consejo de la Magistratura donde no interviene el Poder Ejecutivo porteño. Nuestra relación se ciñe solamente a cuestiones de presupuesto. Ahí tenemos una discusión con el Ministerio de Hacienda porteño, pero en estos últimos tres años esa relación fue armónica. Acá el Poder Judicial es nuevo, chico –tiene dos fueros– y los jueces llegan por concurso. Digamos que no tiene los problemas que tiene la Justicia nacional. Allí, el Gobierno planteó reformas que son resistidas por la corporación judicial.

–¿Por qué cree que la Justicia nacional es “corporativa”?

–Hace falta una reforma. Hay que poner a la luz determinadas resoluciones o posturas que toma el Poder Judicial nacional. Hay defensas corporativas porque a veces los jueces defienden sus propios intereses y nunca perciben al Estado como un todo. Hay posiciones que terminan siendo políticas y en realidad deberían ser independientes.

–Usted proviene del FpV, pero con el macrismo no se lleva mal.

–Con el macrismo convivimos. Representamos a dos poderes distintos. Lo mismo pasa con la Legislatura. Yo provengo del Frente para la Victoria, y como presidente del Consejo de la Magistratura debo acercar las posiciones y buscar que se contemplen intereses de los distintos estamentos.

–¿Cómo evalúa la gestión de Mauricio Macri?

–Aprendió a desarrollar la obra pública con cosas muy vistosas, como el metrobús, y en eso le fue bien. La gente lo valora. Yo puedo decir que Macri tuvo dos momentos. En los primeros cuatro años estaba aprendiendo a conocer al Estado y se manejó como una ONG, como una empresa, con PowerPoint, y solamente buscó la eficiencia. Macri fue mucho mejor en su segundo mandato y por eso es precandidato presidencial, pero tiene muchas deficiencias en salud, educación y vivienda.

–Al Pro no le fue tan bien en el último balotaje.

–El Pro ganó claramente en la primera vuelta. Con un sistema que requiere el 50 por ciento más uno de los votos para evitar el balotaje, para el oficialismo es más fácil demostrar su poderío en la primera que en la segunda vuelta. Pero porque a veces la gente en el balotaje se tapa la nariz y vota lo “menos malo”.

–¿Habría que hacer una reforma en ese sentido?

–Si se reforma algo, debería pensarse en largo plazo. El balotaje a nivel nacional es mejor. Pero si se quiere cambiar la ley sobre el balotaje habría que reformar la Constitución porteña, lo que para mí no habría que hacer solamente porque una elección fue ajustada.

–¿Cómo evalúa el resultado del kirchnerismo? Esta fue la primera vez que quedó afuera de la segunda vuelta.

–Recalde sostuvo el piso que siempre tuvo el kirchnerismo porteño, aunque es verdad que no estar en el balotaje le quitó protagonismo al FpV. Pero no fue una elección mala. Ahora hay que replantear la estrategia para convocar a un electorado más amplio. La fórmula Scioli-Zannini es interpretadora en ese sentido, y Scioli es el componente del peronismo.

–¿Con Scioli, el kirchnerismo quiere ampliar su base electoral? ¿Scioli es el peronismo, y Zannini, el kirchnerismo?

–La fórmula es una síntesis. Está claro que el peronismo sigue siendo la base del Frente para la Victoria, que también aglutina a otros espacios que no son peronistas.

–¿Kicillof, como candidato a diputado por la Ciudad, podrá sacar más votos que Recalde?

–Es un acierto de la Presidenta poner a Kicillof y a todos sus ministros en las listas legislativas. De alguna manera está legitimando su Gobierno. Y es un hecho histórico para la Argentina que un ministro de Economía pueda salir a caminar las calles como candidato y no se esconda en ningún lado.

–¿Es un acierto de la Presidenta poner a sus ministros en el Congreso o es una forma de rodear y custodiar al próximo presidente, que podría ser Scioli?

–No, no se trata de rodear a nadie. Es una decisión de quien conduce el peronismo, y diría que es una cuestión de etapas.

–¿Se acaba la etapa de Cristina y comienza la de Scioli? Si gobierna, ¿conducirá el peronismo?

–El que gobierna conduce. Lo que haga Cristina después de las elecciones es una determinación exclusivamente de ella, que se va del Gobierno con muy buena imagen.

–¿Cómo la imagina a Cristina después del 10 de diciembre?

–Al no tener un cargo institucional, será más de consulta política. Será ella, finalmente, la que determine qué rol tendrá.

–¿La elección presidencial se definirá entre Macri y Scioli?

–Hace un tiempo que la sociedad está ante el dilema de una continuidad con un estilo propio, que es el caso de Scioli, o un cambio, que dice ser Macri, más allá de que en las últimas semanas diga otra cosa.

–¿Qué continuidad representa Daniel Scioli?

–Scioli tiene su propio perfil, más moderado. No hay que esperar que Scioli imite los estilos de Néstor y de Cristina.

–Al comienzo hablamos de la pelea entre el Gobierno nacional y la Justicia. ¿Cómo sería esa pelea con Scioli y su perfil en el gobierno?

–Con su estilo va a desestresarse esa relación, aunque ninguno de los dos lados cambien sus posiciones o claudiquen en sus ideas. Las reformas ya están planteadas y la Corte debería dejar de tener una visión tan endogámica.

–Una de las situaciones en disputa es la integración de la Corte. ¿Se tiene que completar ahora?

–La Corte tiene que estar integrada por los miembros que dice la Constitución. Creo que el Senado tiene que consensuar al nuevo integrante. Mantener la fricción entre el Gobierno y la Corte no es saludable.

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