“No hay motivo para una represalia del Gobierno hacia Lousteau”

“No hay motivo para una represalia del Gobierno hacia Lousteau”

En diálogo con NU, Carla Carrizo, diputada nacional por la UCR afirmó que en el Pro no se deberían sorprender ni enojar por la renuncia del embajador en los EE.UU.


La renuncia de Martín Lousteau a la embajada argentina en los Estados Unidos generó un cimbronazo en las filas de Cambiemos. El macrismo no ve con buenos ojos las aspiraciones del economista, que busca arrebatarle la Ciudad al Pro en 2019. Carla Carrizo, diputada nacional por la UCR e integrante del interbloque Cambiemos, cree que el Gobierno no debería haberse sorprendido por la decisión de Lousteau. “Si no hay apertura en Cambiemos, el Pro competirá por fuera de Cambiemos, no solo ECO”, avisa, en diálogo con Noticias Urbanas.

Carrizo, además, cuestiona el accionar de la Policía de la Ciudad durante el desalojo a los docentes que intentaron instalar “una escuela itinerante” frente al Congreso. “Las imágenes muestran una Policía de la Ciudad que no supo manejar una manifestación”, sostiene la politóloga y docente universitaria.

 

–¿Repudia el accionar de la Policía de la Ciudad ante el intento de los docentes de instalar la escuela itinerante frente al Congreso?

–Ordenar el espacio público no es reprimir. Las imágenes muestran una Policía de la Ciudad que no supo manejar una manifestación. El mensaje de los gobiernos democráticos en relación al accionar de las fuerzas de seguridad tiene que ser el de crear orden. Esto es un aprendizaje que nos falta como sociedad. Es decir, actuar y hacer actuar dentro de la ley, pero no profundizar la faceta represiva del Estado cuando se trata de peticionar sin afectar derechos de terceros. Repudio el exceso, el del Estado cuando castiga el derecho a la libre expresión y el de los actores sociales y políticos cuando en el ejercicio de peticionar confunden resistencia a la autoridad. La ley, justamente, tiene el objetivo de administrar esos límites, que todos debemos cumplir.

 

–El Gobierno porteño dice que los docentes no tenían el permiso necesario. ¿Podría haberse evitado la represión?

–Faltó un interlocutor, un mediador previo al intento de desalojo. La cuestión de fondo es que, por un lado, hay un sector de la sociedad que expresa incomodidad por la protesta y, por el otro, los grupos que hacen abuso de esta herramienta. El Gobierno intenta dar respuesta al primer grupo, pero agudizó el problema porque los mismos que no quieren piquetes tampoco avalan la violencia. Las escenas del domingo son, como mínimo, decepcionantes. El Gobierno de la Ciudad no estuvo a la altura de las circunstancias. Justo en estas circunstancias es donde debe poder mostrar que la opción por el diálogo es una herramienta real, con poder efectivo para gestionar conflictos en la Argentina.

 

–¿Hay gremios que están provocando?

–Los gremios, como la dirigencia política, han perdido legitimidad en la Argentina. Porque han dejado de representar los intereses de quienes representan para transformarse en aparatos que compiten con el Estado en el control del conflicto social. Hoy, negocian paz social más que equidad laboral. Y los sindicatos, como el Poder Judicial, no pueden ser actores con privilegio institucional. En el caso particular de los gremios docentes, han abandonado la tarea que les dio prestigio social, y hace años que en la Argentina no debatimos en serio sobre educación, evaluación docente, ausentismo y licencia.

 

–Los gremios volvieron a convocar a un paro y el Gobierno no cede. ¿Hay salida al conflicto docente?

–En democracia, la verdad es un acuerdo, no una imposición. Y acá ya no se trata de quién tiene razón sino de cómo avanzar para evitar que la confrontación continúe sin solución. Todos los actores tienen que salir de las posturas maximalistas. Pero el actor clave es el Gobierno, que es el que tiene la responsabilidad y los recursos para retomar la negociación.

 

–¿Le sorprendió la renuncia de Lousteau a la embajada en los EE.UU.?

–No. Y creo que tampoco debería haber sorprendido al Gobierno. Lousteau siempre fue honesto en su posición política en Cambiemos desde el frente ECO. Diría que tres conceptos clave representan bien lo que defendió en la campaña de 2013 en Unen y en 2015 en ECO: cooperar para construir, competir para representar, debatir para evolucionar. Hoy, como ayer, estamos en el mismo lugar, ofreciendo ese potencial a Cambiemos en la Ciudad.

 

–Pareciera que el Pro no cambia de opinión: si Lousteau compite, tendrá que ir por fuera de Cambiemos.

–Si no hay apertura en Cambiemos, el Pro competirá por fuera de Cambiemos, no solo ECO. Es decir, no habrá Cambiemos en la Ciudad. Eso es precisamente lo que no queremos. Porque Cambiemos es una coalición de partidos que incluye al radicalismo, y el radicalismo de la Ciudad está en ECO. Si ocurre así habrá un escenario local de competencia abierta, sin PASO entre los socios de Cambiemos. Y nosotros lo que estamos defendiendo desde el radicalismo en la Ciudad y otros distritos del país es un Cambiemos con más, no con menos. No es un capricho porteño, es una posición política del radicalismo. Lousteau tiene el respaldo y la confianza del radicalismo de la Ciudad y nuestra estrategia es la que tienen muchos radicales en varias provincias. Ese es el resultado de la Convención Nacional que hizo el radicalismo en la ciudad de La Plata. Ninguna alianza, en ningún distrito del país, podrá llamarse Cambiemos si el radicalismo no forma parte de él, y Lousteau es parte del radicalismo de la Ciudad.

 

–¿Teme más represalias de la Casa Rosada ante la actitud de Lousteau? El macrismo no suele tratar bien a los que lo desafían, como ocurrió en el caso de Prat-Gay.

–En democracia, competir no es agredir y representar no es desestabilizar. No hay motivo para enojo o represalia. Lo que hay es una sana competencia por el poder de representar más, no menos, y eso es saludable en todo espacio político. Y mucho más en Cambiemos, que llegó precisamente para garantizar una Argentina política más equilibrada y exigente para la ciudadanía.

 

–¿Se imagina a Lousteau enfrentando a Carrió en la Ciudad?

–Ya ocurrió en 2013, y lo que nos dejó esa experiencia fue un excelente aprendizaje para la Ciudad y el país. De hecho, Unen se puso de moda porque demostró que la buena competencia genera excelencia, más y mejor ciudadanía, más y mejor dirigencia política.

 

–¿Qué se juega Cambiemos en las próximas legislativas?

–La consolidación de una coalición no solo electoral, sino de gobierno con potencia en la Argentina.

 

En primer plano

• Un lugar en la Ciudad: Palermo.

• Un restaurante: Plaza Mayor.

• Una comida: Pastas.

• Un personaje histórico: Hipólito Yrigoyen.

• Una frase: “Los derechos no se agradecen, se exigen.”

• Un libro: Contra la interpretación, de Susan Sontag.

• Una película: El juego de las lágrimas, de Neil Jordan.

Te puede interesar

Qué se dice del tema...