Massa es “el elegido” del PJ para derrotar al oficialismo

Massa es “el elegido” del PJ para derrotar al oficialismo

El tigrense juega en Alternativa Federal, pero no abandona su negociación con el PJ. Entonces, los analistas especulamos.

Sergio Massa y Alberto Fernández, la foto soñada que hasta ahora no se produjo.

Si ocurriera una migración de los votos de Sergio Massa al universo Fernández, si se alinearan los planetas, la búsqueda podría darle la victoria al exjefe de Gabinete de Néstor Kirchner en primera vuelta.

Esta polémica afirmación tiene varios fundamentos. El primero, es que Massa tiene votos propios que, aunque no le alcanzan para ganar, lo sitúan en el orden del diez o doce por ciento de los votos del padrón, conformando una cifra más que apetecible para cualquier propuesta electoral. El segundo, es que su eventual abandono de la opción de Alternativa Federal dejaría al cordobés Juan Schiaretti y al salteño Juan Manuel Urtubey como dueños de una marca muy diluida, ya que éste -el único heredero posible de la candidatura, en vista de la huida de Roberto Lavagna- mide muy por debajo de sus rivales posibles. El tercero -relacionado con el primero- es que la suma de su porcentaje al que ya posee la dupla que lidera las encuentas alcanzaría -si todo sigue igual- para ganar en primera vuelta.

Esta noticia no sería relevante si no fuera porque el tigrense se mueve desde hace bastante tiempo entre las dos corrientes -Alternativa Federal y Unidad Ciudadana-, amagando hacia un lado y hacia el otro, por lo que consiguió en las últimas semanas una centralidad que no se condice con su peso electoral. Es decir, sería el complemento ideal de cualquiera de los dos, pero no un jugador con peso ganador propio.

Si, por el contrario, Sergio Massa decidiera seguir dentro de Alternativa Federal -que sería, al menos hasta hoy, lo más probable-, las opciones de la Liga de Gobernadores crecerían, aunque tampoco esta circunstancia ubica a esta cofradía en el tope de las encuestas.

Aquel 14 de mayo, cuando CFK concurrió a la reunión de la Comisión de Acción Política, el propio Alberto Fernández declaró que “no voy a parar hasta que Sergio Massa esté en la foto de la unidad”, justificando su apreciación en que “cuando la gente lo reclama es porque percibe que tiene un caudal de votos propios, y no percibe lo mismo en Roberto Lavagna o en Juan Manuel Urtubey”, ninguneó.

Un sondeo de Federico González, realizada por aquellos días, mostraba que el solo desestimiento de Massa de su candidatura elevaría la intención de voto de Unidad Ciudadana hasta el 40,5 por ciento, mientras que en ese caso Macri se quedaría anclado en un 26,1 por ciento, en el segundo puesto. Esos 14 puntos de diferencia llevarían directamente a la Casa Rosada al candidato de UC -en aquel caso el sondeo se relacionaba con CFK, ya que aún no se había lanzado la fórmula actual-, porque alcanzando el 40 por ciento y logrando una ventaja de diez puntos sobre su escolta, le alcanzaría para ganar en primera vuelta.

Que la negociación con los laderos de CFK y aún de José Luis Gioja continúe, sólo se explica porque el tigrense aspira a conseguir algo que aún no le fue ofrecido o no le fue concedido. A esta altura de los acontecimientos, esta prenda es difícil que le sea otorgada, por lo que su continuidad en el modo Alternativa Federal está casi asegurada.

Ahora, con el nuevo escenario que planteó la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández, los números deberán volver a plantearse, pero no variarán de manera contundente, porque los guarismos bajarán o subirán sólo un poco, a lo sumo uno o dos puntos, según los expertos.

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