El bloque de Unidad Ciudadana prefiere mantener una postura tan extrema como hermética en la Legislatura bonaerense. Por eso, cuando la intendenta de La Matanza, Verónica Magario, asistió a la presentación de un proyecto de ley impulsado por diputados “dialoguistas”, es decir, algunos cercanos a movimientos sociales y otros pertenecientes al bloque que responde a los intendentes del Conurbano y que lidera Martín Insaurralde.
En pocas palabras, la iniciativa busca darle una solución al problema del desempleo en la Provincia a través de otorgarle a las cooperativas de trabajo un porcentaje de la obra pública bonaerense.
Sucede que Magario mantiene una fuerte vinculación con la CTEP de esta localidad y, del otro lado de la vereda, sucedió que nadie de Unidad Ciudadana asistió a este debate.
Concluido este encuentro legislativo, Magario se reunió con los legisladores del kirchenrismo duro, donde le explicaron cuáles eran sus diferencias con los bloques que habían presentado el proyecto. Sin embargo, la mandataria local realizó una bajada de línea sobre la necesidad de buscar canales de diálogo.
Florencia Saintout, jefa de los diputados kirchenristas, fiel a su estilo, chicaneó a la intendenta: “¿Esto quiere decir que deberíamos haber votado la reforma previsional del Bapro?”.
Sin levantar el tono, Magario respondió que “hay temas que son innegociables y el Bapro es uno”, dijo. “Pero hay otros temas en los que podemos buscar acuerdos”, agregó.
Tras la reunión algunos legisladores de Unidad Ciudadana comunicaron su malestar. “Quién es Magario para venir a bajarnos línea”, se quejaban.