La reciente presidenta de la Federación Argentina de Municipios, Verónica Magario, intendenta a su vez de La Matanza, lamentó en una entrevista radial que la gobernadora no la atiende y cuestionó algunas decisiones en el área de seguridad que repercuten directamente en su distrito. La crisis recesiva que azota al país fue el otro punto que abordó la funcionaria.
La jefa comunal dio cuenta de una situación casi insólita, que habla del poco apego a la política del que hacen gala algunos/as mandatarios/as. “Hace cinco meses que Vidal (María Eugenia, la gobernadora bonaerense) no me atiende el teléfono, no me contesta. Lo lamento mucho, porque somos el distrito más grande”, se quejó Magario, sin dar cuenta de otros detalles, como que Vidal fue la punta de lanza de la ruptura de las negociaciones para designar a la nueva conducción de la FAM al vetar la candidatura de Magario.
En este punto, en la relación entre ambas líderes políticas existen antecedentes. Los desplantes de la gobernadora comenzaron con el silencio telefónico, pero luego escalaron hasta prohibir a la matancera que compartiera un acto en la planta de la gaseosa Manaos, el 29 de agosto último. Allí, Vidal subió al escenario acompañando al presidente Mauricio Macri, mientras que la custodia presidencial le cerraba el paso a Magario y a sus acompañantes, obligándolos a permanecer alejados de la zona de protocolo.
Pero, coincidentemente, surgió el ataque más profundo, el que prueba que la causa de la mala relación no contiene implicancias personales, sino políticas. Por esos días cercanos al fin de agosto trascendió en La Plata que existía en la Cámara de Diputados un proyecto que proponía la subdivisión del “distrito más grande” que señala Magario, en cuatro municipios. El proyecto ni siquiera se originó en Cambiemos. El autor fue el presidente del bloque de GEN, Marcelo Díaz, que promete que habrá cuatro distritos adonde antes había uno solo: La Matanza, Juan Manuel de Rosas, Los Tapiales y Gregorio de Laferrère.
La estocada final fue la del proceso de selección de la nueva conducción de la FAM, en el que el peronismo seleccionó a Magario para representarlo, una candidatura que debía ser negociada -sólo en cuanto a su periodicidad- con los funcionarios del Ministerio del Interio. En una insólita actitud, la gobernadora vetó la posibilidad de la postulación de una candidata que no es de su partido (Magario), que sólo iba a encabezar la FAM por unos meses y luego iba a ser sucedida por el intendente radical de Córdoba Ramón Mestre y éste a su vez, iba a ser reemplazado por el intendente salteño Gustavo Sáenz.
Adicionalmente, Magario se quejó de que a causa de la situación económica y la crisis del mercado interno, “Mercedes Benz, para fin de año, ha decidido echar empleados de la fábrica en Virrey del Pino”, al tiempo que informó que “hemos perdido 20 mil puestos de trabajo”.
La intendenta matancera se refirió también a uno de los temas del momento. Manifestó que “no se ha notificado cuántos efectivos van a venir de Gendarmería” a su distrito, que fueron solicitados a causa de que “en La Matanza solamente hay 5 mil efectivos. Han blindado la Capital Federal y el delito ha migrado al Conurbano Bonaerense”, por lo que se ve en figurillas para combatir a la delincuencia.
Por esta razón, enumeró que los principales problemas que padece el distrito son “la inseguridad, que es un gran tema, la educación, la salud y, sobre todo, los comedores”, que han proliferado en los últimos tiempos.
