Macri se despidió en cadena nacional: “Los resultados no llegaron a tiempo”

Macri se despidió en cadena nacional: “Los resultados no llegaron a tiempo”

No habló ni de pobreza ni de inflación y criticó la "pesada herencia" kirchnerista.


A puro autoelogio, con una mezcla de discurso presidencial y spot de campaña, Mauricio Macri hizo su balance de gestión en cadena nacional. Fue la primera vez que la usó fuera de los actos institucionales.

“No me voy satisfecho de cuál fue el resultado de la lucha contra la inflación”, fue una de las frases que le regaló a los televidentes. Sostuvo que seguirá siendo una “alternativa sana de poder” a Alberto Fernández. Y se esforzó por demostrar que le deja un mejor país al próximo gobierno, pese a la crisis económica y los números de la pobreza, la indigencia y la desocupación, por los que volvió a culpar a las PASO y a cómo votaron los argentinos.

“Los argentinos sufrimos durante mucho tiempo las consecuencias de la corrupción en el Estado, en parte porque el Estado no se controlaba a sí mismo. Después de cuatro años de reformas, dejamos un Estado en el que es mucho más difícil robarle la plata a los argentinos, siempre habrá pillos y ladrones, en todos los gobiernos, pero el Estado tiene que asegurarse de que dejen las huellas marcadas y poder atraparlos”, expresó el mandatario, que termina su mandato el 10 de diciembre.

Asimismo, Macri fue tajante al decir que “el Estado funciona mejor que en 2015” y recordó cómo recibieron la estructura: “No teníamos información ni estadísticas. Todo estaba en papel. El Estado atendía mal y gastaba mal la plata de los argentinos. Ahora tenemos un Estado más eficaz, con información pública confiable”.

“Ya no hay más papel, usa mejor la plata de los argentinos, atiende mejor a los ciudadanos y es mucho más transparente. Todas las compras y decisiones quedan registradas y están al alcance de los ciudadanos gracias a la ley de acceso a la información pública que sancionamos nosotros”, continuó.

Al concluir esta parte de su discurso, enfatizó en que servirá para el futuro: “Este nuevo Estado, más moderno y más transparente, será bueno para este gobierno y los que vengan después, porque podrán tomar mejores decisiones, y es bueno para los ciudadanos, porque tienen un mayor control y porque ya no se sienten cadetes del Estado”.

En sintonía con esto, Macri lo unió a las obras que se realizaron durante su mandato: “Todo esto lo hicimos con transparencia, sin corrupción, y precios más bajos para el Estado. Empezando y terminando las obras. Después de una década en que la norma era todo lo contrario. Corrupción, sobreprecio, obras que nunca se terminaban. Por ejemplo estos años cada kilómetro de autopista nos costó USD 2.500.000. Antes costaba USD 4.700.000. Casi el doble. Dejamos también una revolución en nuestra manera de volar y de conectarnos como país. Cuando llegamos volar era un privilegio para pocos. Casi todas las rutas pasaban por Buenos Aires y Aerolíneas estaba en una situación crítica. Muchos aeropuertos habían quedado chicos o viejos”.

No hizo mención a la restricción a la compra de dólares que se impuso los últimos meses ni se refirió en profundidad a la deuda: “Ordenamos las bases de nuestra economía. Tenemos, por ejemplo, reservas robustas en el Banco Central. Algo que en 2015 no había. Cuando llegamos el Banco Central tenía reservas netas negativas. Hoy dejamos USD 20 mil millones más de los que recibimos”.

Con respecto al préstamo del FMI, advirtió: “Otra confusión es sobre que hicimos con la plata que nos dio el FMI. El 95% del préstamo lo usamos para pagar otros vencimientos de deuda en dólares. Y otra parte para reservas del BCRA. Los desembolsos del FMI tienen trazabilidad”.

Nuestro balance externo total, que es la diferencia entre los dólares que generamos y los que consumimos es el mejor en muchos años. Repasando: reservas, superávit comercial, equilibrio fiscal, equilibrio externo, dólar competitivo, energía recuperada, menos gasto, menos impuesto. Todos esto que tenemos ahora y no teníamos en 2015 son cimientos importantes para una economía sólida que quiere crecer”, concluyó.

Otro punto sobre el que hizo hincapié el jefe de Estado fue la “cultura del poder y calidad democrática”, algo que, según él mismo definió, era “un cambio que venía siendo reclamado por la propia sociedad”.

Y argumentó: “Estábamos cansados, hastiados de nuestro fracaso colectivo, ese cambio comenzó. Yo sé que está aún muy lejos de haber concluido. Pero la buena noticia es que ya comenzó y que no tiene vuelta atrás. No pertenece a un presidente ni a un partido ni a un gobierno. Nos pertenece a todos. Es un patrimonio común”.

“Es un logro del que podemos sentirnos orgullosos. Pensemos como pensemos y hayamos votado como hayamos votado. Me alegra haber sido parte, pero más me alegra y me enorgullece que hoy podamos ser un país más tolerante. Más respetuosos con los que piensan diferente”, subrayó.

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