Macri piensa su futuro, mientras avanza la no-transición

Macri piensa su futuro, mientras avanza la no-transición

Fernández no quiere quedar atrapado en las medidas antipopulares que dictó el presidente en los últimos días.


El nuevo capítulo por la transición y el traspaso de los atributos presidenciales -finalmente será en el Congreso de la Nación- entre Mauricio Macri y Alberto Fernández suma a un nuevo protagonista. 

El Presidente saliente le ordenó a su Jefe de Gabinete una de sus últimas misiones antes de emprender la retirada oficial. Marcos Peña, por orden de su jefe político, levantó el teléfono para comunicarse con quien será su sucesor, Santiago Cafiero, para negociar personalmente los términos en que se desarrollará la ceremonia del 10 de diciembre ante la Asamblea Legislativa, donde el mandatario saliente le pondrá la banda a su sucesor.

Según confirmaron a Noticias Urbanas desde la Secretaría General de la Presidencia, a cargo de Fernando De Andreis, se reunieron dos veces en los últimos diez días, siempre afuera de la Casa de Gobierno, obviamente también para abordar cuestiones vinculadas a la transición sobre el despacho más importante.

Por estas horas, gana terreno la postura del Frente de Todos: una ceremonia en el Congreso de la Nación y no en la Casa Rosada. Con ese escenario, el temor de Macri y los suyos es el de quedar expuestos ante los abucheos que puedan bajar de los balcones que ocupará la militancia y los colaboradores kirchneristas en el recinto.

Queda descartado entonces -y de manera definitiva- un decreto que obligue al nuevo mandatario a cumplir de prepo con el formato que prefiere el macrismo. Según confirmaron a Noticias Urbanas desde la Secretaría General de la Presidencia, Cafiero y Peña hablaron dos veces en los últimos diez días y se pusieron de acuerdo para que el traspaso de los atributos de mando se concrete ante la Asamblea Legislativa, en un gesto que descomprime la transición luego del último llamado entre Macri y Fernández por la situación política en Bolivia.

Ahí no hubo ningún gesto de transición posible, reprochan desde el albertismo, donde insisten con que el Presidente debió haber escuchado a su sucesor y llamar a las cosas por su nombre. Desconocer que en Bolivia hubo un golpe de Estado le generó varias tensiones a Macri dentro de su espacio político, en especial con la UCR, a la que intentará subordinar a su liderazgo, aunque sin suerte, hasta ahora.

En los despachos oficiales, mientras tanto, esperan gestos por parte del Frente de Todos para comenzar formalmente la transición, aunque el nuevo Presidente quiere evitar fotos incómodas que puedan dejarlo pegado con algunas medidas de gobierno que se vienen tomando unilateralmente, como ocurrió en los últimos días con el decreto presidencial sobre el traspaso del Programa de Testigos Protegidos, entre otras medidas.

Alberto Fernández ya había dicho públicamente que no tiene vocación de “hacer un problema” sobre la discusión del traspaso y que los “atributos no los da un presidente” sino “el pueblo”. Sobre la transición, piensa que la verdadera información sobre la gestión la tendrán cuando él y sus ministros cuando asuman formalmente el poder el 10 de diciembre y que Mauricio Macri quiere “hacer marketing” con su salida elegante, aunque provocando también con el informe de los ocho puntos sobre la economía y la amenaza de resolverlo todo por decreto presidencial.

Así, la “transición” entre ambos equipos técnicos está “estancada”, aunque esté resuelto el traspaso en el Congreso de la Nación. Mientras tanto, según fuentes gubernamentales, hay “diálogos informales” entre Rogelio Frigerio y Eduardo “Wado” De Pedro y entre Hernán Lacunza y el equipo económico albertista que conforman Cecilia Todesca, Matías Kulfas y Guillermo Nielsen. 

Esta semana, Oscar Aguad dijo en conferencia de prensa que la “transición se da si hay posibilidades de compatibilizar y transmitir experiencias, si no, no hay transición” y reveló que la orden de Macri fue que cada ministro se prepare ante ese eventual escenario o de lo contrario “dejaremos los papeles arriba de la mesa” para los sucesores que todavía no han sido nombrados formalmente por el Presidente electo.

Así, Macri pasa sus últimos días en el poder haciéndose a la idea del día en que deberá ponerle la banda presidencial a Fernández para luego irse a descansar a su quinta familiar Los Abrojos y pensar, con mayor tranquilidad, cómo imponer su liderazgo dentro de Juntos por el Cambio.

Sólo Miguel Ángel Pichetto clama a viva voz por su nuevo jefe político. El radicalismo, por su parte, deberá resolver su propia interna, pero tanto Alfredo Cornejo como Gerardo Morales insisten en un liderazgo repartido. El jujeño incluso lo chicaneó sin demasiadas vueltas: “Para Macri será un desafío formar parte de la mesa de conducción de Cambiemos. Para eso debe ordenar primero el PRO, porque una cosa es ordenar tu partido siendo presidente y otra es hacerlo desde el llano. El PRO también tiene que mejorar su institucionalidad y su sistema de toma de decisiones”, sostuvo, en una extensa entrevista que le concedió a Perfil, antes de la última reunión en la Residencia de Olivos, en la que estuvieron representadas todas las posiciones de los aliados y donde, llamativamente, no estuvo el Jefe de Gabinete, quien aseguran desde su entorno que habría descartado sus planes para hacer una maestría en Estados Unidos.

Aseguran también que se “guardará” por un tiempo de la escena pública, aunque de ningún modo dejará de colaborar para Mauricio Macri. Algo parecido pasa con Elisa Carrió, quien se corrío de la escena para no entorpercer el futuro del espacio político.

Su lugarteniente, Maxi Ferraro, presente en Olivos, asoma como la cara más visible de la Coalición Cívica para los próximos tiempos, hasta que la chaqueña decida “volver al primer plano” como suele hacerlo de tanto en tanto, según precisó a este medio, alguien que supo trabajar a su lado durante muchos años.

Como nunca antes, Macri pasa sus días construyendo su sobrevida, recibiendo incluso a diputados electos de Cambiemos, como lo hiciera esta semana con el puntano Alejandro Cacace, a quien le pidió personalmente que se constituyera como “vocero de los valores que identifican al frente”.

Te puede interesar

Qué se dice del tema...