Los paradores de la Ciudad, una propuesta para pocos y con deudas pendientes

Los paradores de la Ciudad, una propuesta para pocos y con deudas pendientes

“Los paradores podrían brindar un servicio que realmente hace falta, pero sus recursos son limitados y terminan dejando en evidencia la falta de planificación", según dijo la auditora Mariela Coletta.


Los paradores de la Ciudad son espacios para que las personas en emergencia social puedan pasar la noche y tener acceso a tres comidas diarias, además de talleres de formación laboral e integración. Pero según señala la Auditoría de la Ciudad, falta mantenimiento, personal y controles internos.

Según un informe de la Auditoría General de la Ciudad, “con falta de personal, instalaciones sin mantenimiento y un sistema que se parece más a un parche que a una propuesta integral, los paradores de la Ciudad se volvieron una solución momentánea para quienes viven en la calle”, pero según un informe, “no resuelven la emergencia social de fondo. En CABA hay seis espacios de estas características: tres paradores propios -Azucena Villaflor, Retiro y Bepo Ghezzi-, los centros La Boca y Costanera, y un centro de día en Retiro”.

“Los paradores podrían brindar un servicio que realmente hace falta en la Ciudad, pero sus recursos son limitados y terminan dejando en evidencia la falta de planificación. Sería bueno que ofrezcan, además de comidas y un lugar para pasar la noche, herramientas que realmente vincularan a los vecinos con posibilidades de trabajo y fueran un punto de partida para estar mejor. Desde la Auditoría alertamos sobre esta situación”, sostuvo la auditora Mariela Coletta, de Evolución.

Entre diciembre 2016 y noviembre 2017, la Auditoría evaluó y recorrió los lugares. Según indica el informe, el 73% de los que pasan por los paradores son hombres y el 23% son mujeres. El promedio general de edad es de 40 años, pero la mayoría está entre 20 y los 29 años.

Coletta especificó: “Otro de los problemas es que los paradores no tienen en cuenta a los grupos familiares. Algunos están preparados para recibir a hombres solos de entre 18 y 60 años y otros reciben a mujeres solas o con hijos hasta 17 años. Así, quedan afuera las personas con discapacidad y los niños en situación de calle sin adultos que los tengan a cargo. Aunque hay otros centros preparados para recibir personas con discapacidad, no puede quedarse el resto de la familia, por lo que muchas familias deciden no pasar la noche allí”.

“Cuando nuestros equipos se comunicaron con la central telefónica para consultar por estos temas, los operadores remitieron a que en el programa Buenos Aires Presente (BAP) hay asistentes sociales que evaluarán cada situación particular. No hay una respuesta clara”, sumó la auditora de Evolución. Una dificultad extra es que el BAP no brinda movilidad a las personas con discapacidad: los llevan a los refugios, pero a la mañana no les dan movilidad para retirarse o para llegar a donde quieren o necesitan. Esto también es un factor determinante al momento de decidir si ir o no al parador a pasar la noche.

En total, los paradores cuentan con casi 550 plazas. Allí ofrecen desayuno, almuerzo, merienda y cena, además de ropa de cama y elementos de aseo. Uno de los principales problemas es la falta de personal profesional en los servicios psicosociales y el seguimiento de sanitario de quienes se acercan. En este mismo sentido, otra de las observaciones de la auditoría es que los talleres de reinserción sociolaboral que funcionan en los paradores como punto de partida para poder vincular a las personas con el mundo del trabajo terminan siendo espacios recreativos, pero no cumplen el objetivo principal.

Qué se dice del tema...