Los hombres y, en especial, las mujeres de Kicillof

Los hombres y, en especial, las mujeres de Kicillof

Mientras la campaña transcurre, el cuasi gobernador bonaerense se rodea del círculo de colaboradores que lo acmpañará en la gestión.


La decisiva ventaja que le dieron los votos bonaerenses a la fórmula que encabezan Axel Kicillof y Verónica Magario, que difícilmente será revertida por el dueto María Eugenia Vidal- Daniel Salvador (Juntos por el Cambio) en las elecciones generales del 27 de octubre, obligan a especular acerca del estilo de gobierno que desarrollará el candidato del Frente de Todos.

El primer punto de todos es la composición del equipo que llevará adelante la provincia en la difícil coyuntura que les tocará vivir. Las consideraciones proliferan desde hace un tiempo, por lo que el mejor punto de partida para anticiparse a los nombres de quienes lo acompañarán en su gestión es revisar la lista de sus actuales colaboradores.

El propio Kicillof se negó de manera rotunda a hablar del tema hasta después del 27 de octubre y hasta a veces contestó con ironía: “traeme un programa de Gobierno y después hablamos de nombres”. De todos modos, en su bunker de Piedras y Avenida de Mayo trabajan una larga serie de sus asesores de confianza, que cotejan números, analizan la coyuntura política y le arman el mapa de sus recorridas por el territorio bonaerense.

En este tramo, Kicillof se mueve por la provincia con pocos colaboradores, se reúne con los intendentes y evita mostrarse como un prisionero del “aparato” peronista. Consciente de su carisma, elige el contacto directo con la gente común, que es una de sus marcas registradas como candidato, que estrenara aquel 15 de diciembre de 2015, cuando una multitudinaria mateada en el Parque Centenario para “hablar de política” desnudó esa faceta suya de la que quizás ni él mismo tenía noción.

El mítico Renault Clio con el que Kicillof enfrentó al marketing segmentado, a los mensajes en las redes sociales y a otras parafernalias “modernas” con las que la ciencia política fracasó de manera estrepitosa en estos tiempos de crisis, le pertenece al exsecretario de Relaciones Económicas Internacionales de la cancillería, su viejo amigo Carlos “Carli” Bianco, que es su jefe de campaña y se encarga de las negociaciones con los referentes territoriales peronistas del conurbano y del interior.

Además, suelen ser muy cercanos al exministro de Economía –como es lógico en alguien que proviene del mundo académico- sus antiguos compañeros de estudios, entre los que se cuentan Mariano Recalde, “Uado” de Pedro, Augusto Costa, Juan Cuatromo, Cristian Giraldi, Fderico Thea, Matías Ginsberg, Javier Rodríguez, Pablo López, Agustín Simone y Pablo Ceriani.

Hace pocos días, un “uasap” (o whatsapp) que se difundió como un rayo por los mentideros políticos bonaerenses, daba cuenta de que la exministra de Seguridad de CFK, Cecilia Rodríguez, iba a ocupar ese mismo cargo durante su gestión e iba a obligar a todos los policías bonaerenses a no usar más sus uniformes, reactualizó la controversia sobre quiénes serían sus colaboradores. La versión fue calificada en el entorno del actual diputado como “delirante”, lo que no evitó que de vez en cuando algunos operadores del oficialismo la hagan correr nuevamente, ahora en clave de difamación, solamente.

Uno de los aspectos más destacados del entorno “kicillofiano” es la presencia masiva de mujeres. Empezando por una de las habituales tripulantes del Clio con el que fatigó las rutas bonaerenses, su jefa de prensa Jesica Rey, habría que agregar también a las economistas Mara Ruiz Malec (analiza variables financieras y supervisa el estado de la abultada deuda provincial y la ejecución presupuestaria); Cecilia Nahón (análisis de las variables de la macroeconomía, los números del presupuesto y la deuda); Paula Español (se ocupa de la relación con las Pymes y en los datos de importaciones y exportaciones, inversiones y empleo).

Por otra parte, la politóloga Agustina Vila está concentrada en los temas educativos y se ocupó también el 11 de agosto último de los apoderados durante el proceso electoral. Pero la que lidera estas lides es la exdiputada Teresa García, que cuando Kicillof llegó a la Cámara de Diputados se convirtió en su “sherpa” legislativa, junto a Carlos “Cuto” Moreno, que es otro de sus laderos preferidos. El 11 de agosto se convirtió en la coordinadora de la compleja y difícil tarea de coordinar la fiscalización de 5.500 escuelas y 38.000 mesas de votación, tarea que cumplimentó con solvencia.

La socióloga y economista Laura Goldberg se encarga de los temas relacionados con la ocupación y el trabajo. Además es la responsable de redactar sus proyectos de ley en la cámara baja.

Luego, existe un círculo de mujeres que se centran en la política, que componen las diputadas, dirigentes políticas y senadoras Luana Volnovich, Mayra Mendoza, Fernanda Raverta, Anabel Fernández Sagasti, Cristina Álvarez Rodríguez, Victoria Montenegro y Silvina Batakis. Todas ellas forman parte del universo femenino del futuro gobernador (si no ocurre una catástrofe). Incluso Mendoza (candidata a intendenta de Quilmes), Raverta (lo mismo en Mar del Plata) y Sagasti (candidata a gobernadora de Mendoza) tendrán roles protagónicos el 27 de octubre.

La que completa el círculo femenino del exministro de Economía es su compañera de fórmula, la actual intendenta de La Matanza, Verónica Magario. Antes de esta campaña, la rubia mandataria comunal y Kicillof sólo se conocían superficialmente, pero cuando debieron conectar, su relación fue inmediatamente fluida y frontal. Desde entonces, él se ocupa del discurso crítico frente a los gobiernos nacional y provincial y ella centra su accionar en la relación con sus colegas intendentes provinciales, en cuya estructura –preside la estratégica Federación Argentina de Municipios, desactivada por Macri- ella se convirtió en una pieza clave hasta hoy.

Otro de los hombres claves de Kicillof en el territorio es el legislador oriundo de Tres Arroyos Carlos “Cuto” Moreno, que antes fue diputado nacional y hoy es diputado provincial por la Sexta Sección Electoral. Moreno es quien se ocupa de relacionar a los a veces reacios líderes territoriales peronistas del interior bonaerense con Kicillof. En esta tarea colaboran también los intendentes de Ramallo, Mauro Poletti y de Villa Gesell, Gustavo Barrera, con quienes el exministro se relacionó hace un tiempo y desde entonces consulta con asiduidad.

Por último, quedan los intendentes que se acercaron al joven candidato, que conforman el “scrum” territorial y quedaron en sus cercanías para armar política y para darle volumen a una propuesta que no puede ser sólo técnica. Son nueve y en la primera fila se encuentran el lomense Martín Insaurralde, el avellanedense Jorge Ferraresi y el presidente del PJ bonaerense e intendente de Esteban Echeverría Fernando Gray. El primero y el último formaron parte en la prehistoria de este armado del Grupo Esmeralda, que agrupaba en especial a los jefes comunales de la poderosa Tercera Sección Electoral. Ferraresi es, por su parte, un hombre ligado al Instituto Patria y a Cristina Fernández de Kirchner, una adscripción que comparte con el propio Axel Kicillof.

Allí cerca de esta multitud –una provincia en la viven 16 millones y medio de argentinos no se gobierna con pocos colaboradores-, se puede sumar también a los intendentes de Ensenada Mario Secco, de José C. Paz, Mario Ishii y de Escobar, Ariel Sujarchuk.

Con todos ellos, Kicillof planea darle gobernabilidad a su propuesta, en un territorio que algún analista denominó, por su aridez, “las estepas rusas”. Casualmente, el país de origen de los ancestros de Axel Kicillof. ¿Profético?

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