Los entretelones de la puja política entre el Gobierno y la oposición

Los entretelones de la puja política entre el Gobierno y la oposición

"No llevaremos al Congreso temas que son de la Casa Rosada", contaron a NU fuentes de la mesa chica del oficialismo.


No los une el amor sino el espanto, como decía Jorge Luis Borges. El peronismo, intervenido y devaluado, logra con una sola jugada la unidad momentánea y poner en la misma vereda a kirchneristas y pejotistas puros. Dicen que es para ponerles fin a los aumentos en los servicios públicos, pero detrás de esa articulación, la apuesta es obligar a postergar una medida que no sabe de gradualismo para que estalle el próximo año con la llegada del escenario electoral, haciéndole pagar con votos y costo a Mauricio Macri, alejándolo de un triunfo en primera vuelta.

En la Casa Rosada comparan el escenario opositor con lo que fue la discusión y la sanción en 2016 de una ley que frenaba los despidos y que finalmente fuera vetada por el primer mandatario. Algo que podría replicarse en el improbable escenario de que avance un proyecto opositor sobre los aumentos tarifarios. Incluso, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, fue quien dejó entrever los argumentos políticos de un posible nuevo veto presidencial: “Estamos en contra de que sea el Parlamento el lugar donde se fije la política tarifaria, así como tampoco los parlamentos provinciales. Para una discusión seria tiene que haber una explicación sobre de qué parte del Presupuesto se van a sacar los fondos, si no, como dijo la expresidenta Cristina Kirchner al momento de vetar una ley en 2010, se estaría desfinanciando el Estado”.

Superados los cambios negociados con los aliados internos del radicalismo, que prorratea las tarifas de gas al permitir pagarlos en cuotas con intereses, desde el círculo presidencial idearon una nueva acción, pese a que la idea para este año era evitar cualquier tipo de confrontación. Decidieron jugar fuerte y desafiar a los gobernadores con un tema sensible: los impuestos. Macri reapareció en escena con un mensaje grabado desde Vaca Muerta, donde les pidió que eliminaran de la factura de los servicios públicos los impuestos que corresponden a financiar cuestiones locales. Y, sin decirlo directamente, que si quieren mantenerlos deberán emitir una nueva boleta y explicárselo a los ciudadanos. En otras palabras, que se hagan cargo ellos de los aumentos tarifarios.

Cerca del ministro del Interior, Rogelio Frigerio, aseguran que el spot presidencial sirvió para “instalar la discusión” sobre esos tributos que antes aparecían disimulados en el resumen de los servicios y que no estaban destinados a financiar nada relacionado con la producción, distribución y transporte de la energía. La idea de comunicarlo así fue exclusivamente de Macri, que “sentía que había que encontrarle una vuelta más y explicarlo mejor”, según aseguró a Noticias Urbanas alguien que suele estar presente en la mesa en la que se toman las decisiones. También saben que evidenciar esta situación golpea mucho más a los intendentes, tanto propios como ajenos. “Golpeamos también a los nuestros, pero sabemos que el año que viene va a haber más crecimiento y menos inflación, y que la situación va a ser más liviana. Ahora hay que surfearlo y no entrar en el juego. Nosotros tenemos decidido no llevar al Congreso temas que son de la Casa Rosada”, señala alguien que conoce de cerca la cocina política de Balcarce 50 y que considera que lo de la oposición “jugando en tándem es un mamarracho” y que “tampoco explican cómo financiar el déficit fiscal”. “Algunos fueron con su proyecto, pero les da lo mismo si sale ese o el de Cristina. Para nosotros, no hay marcha atrás con los aumentos”, apuntan. Y además los corren con que los aumentos estaban previstos en el Presupuesto que la misma oposición acompañó con su voto. “Son consecuencias de las decisiones que tomamos”, asegura otro, más tajante todavía, sobre las repercusiones y tensiones políticas que suscitan los aumentos en las tarifas, combinadas con una alta inflación. Sin embargo, están confiados con el manejo de la calle y sostienen que “no hay margen en la sociedad para otro escenario de violencia”, como ocurrió alrededor de la reforma jubilatoria a finales del año pasado.

“No hay reuniones entre los ministros Patricia Bullrich y Jorge Triaca, alertados por la conflictividad social o la violencia”, aseguran, no sin reconocer la “alta protesta” en las calles, en sintonía con un estudio privado que asegura que hubo un aumento del 40 por ciento de febrero a marzo de piquetes a nivel nacional. Antes de la tregua que arrojó el fin de semana largo, el Gobierno tuvo que lidiar con otras cuestiones más que sensibles: por un lado, el Banco Central tuvo que intervenir para evitar una corrida cambiaria récord, que se comió 4.300 millones de dólares de reservas en una sola semana. “Nos preocupa y nos ocupa; el Banco Central tiene espalda para bancar cualquier corrida cambiaria, porque hoy hay reservas.”

La semana de alto voltaje incluyó, además de un nuevo intento opositor de llevar el tema tarifas al parlamento, la noticia sobre la salida del presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, quien le anunció a Mauricio Macri que no deseaba continuar en el recinto luego de 2019. La decisión ya se la había comunicado hace por lo menos dos meses, pero tomó estado público en una semana especial y llena de pujas de poder. El diputado nacional y pieza fundamental en la campaña que lo llevó a Macri a la Casa Rosada aceptó con resignación su alejamiento de la mesa política, sabiendo especialmente que en la provincia de Buenos Aires no puede convivir con la jefa del distrito, María Eugenia Vidal.

Con la posibilidad de que el embajador argentino en España, Ramón Puerta, regrese al país el año próximo para volver a disputar la gobernación de Misiones, Monzó habría pedido ese destino diplomático, aunque su capricho deberá esperar. En el Gobierno saben que no es conveniente tenerlo desempleado, con un peronismo que busca rearmarse y que observa en el dirigente y ex intendente de Carlos Tejedor una capacidad más que interesante para que vuelva a prestar servicios dentro del PJ, de donde es oriundo políticamente. “Emilio cumplió un ciclo y una etapa.

Su desvelo es la provincia de Buenos Aires y no puede entrar porque Vidal no lo deja. Pese a los esfuerzos que han hecho ambos, no han podido encajar. María Eugenia es la conductora y Monzó reconoce ese liderazgo. Son diferentes”, señala otra fuente del Gobierno, que huele que esta noticia la pudo haber filtrado “algún peronista” amigo del presidente de la Cámara, justo esta semana teñida por la discusión de los aumentos tarifarios.

Después de quedarse afuera de la mesa chica, el diputado quiso recalar en el armado bonaerense, pero anticipándose a la próxima campaña electoral, donde ya nunca más iba a tener el rol protagónico que antes tuvo, decidió anticiparle su salida al Presidente y negociar su destino a Madrid, algo que no está para nada fácil. Hay algunos funcionarios que disfrutan verlo de capa caída, con la birome seca y la libretita mojada. Otro asesor presidencial, el ex intendente Carlos Grosso, ya le había mandado a decir antes de la última elección legislativa que se olvidara de los armados territoriales.

“Lo de Monzó no es nuevo; ya estaba definido su rol desde hace tiempo. Ahora le habrá agarrado un bajón, pero si se recupera y tiene ganas puede seguir ocupándose de esa función”, asegura un funcionario, que analiza que con esta decisión anticipada y de público conocimiento se fortalecerá el rol de negociación del titular de la bancada del Pro, Nicolás Massot. “Lo de la embajada en España no es posible, porque no es cierto que Puerta quiera volver en 2019. Además, con el buen momento de las relaciones con España, no lo creo. Emilio quizá recupere sus ganas y decida quedarse con nosotros. Todavía tiene margen para eso”.

En el Gobierno tampoco creen que haya que decidir tan pronto un sucesor y algunos tampoco consideran que quede debilitado para seguir llevando adelante las negociaciones dentro de la Cámara de Diputados. “Mucho menos vamos a presionar por una salida anticipada.”

Sí reconocen que si no definen temprano un sucesor, pueden empezar las operaciones internas para posicionarse unos y otros. Hoy una de las cartas que se barajan es negociar con la UCR y cederle ese lugar al titular del partido y actual gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo. “Yo creo que ellos piden la vicepresidencia en la fórmula con Macri para después negociar mejor y quedarse con la presidencia de la Cámara”, señalan.

Con todo esto por delante, el año de baja conflictividad queda resumido a una expresión de deseo, o lo que dure un fin de semana largo y un nuevo descanso familiar en Chapadmalal.

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