Cambiemos: es la corrupción, estúpido!!!

Cambiemos: es la corrupción, estúpido!!!

La expresidenta sigue liderando las encuestas, a pesar de su constante periplo por los tribunales mayores y menores. La estrategia de Cambiemos será, entonces, la de evitar el debate y concentrarse en "los problemas de la gente". Sin olvidar, claro, la "campaña contra la corrupción".


La publicación de algunas encuestas que no arrojaron los resultados favorables que esperaban, obligó a los estrategas de Cambiemos a recalcular su estrategia bonaerense, en especial ante la performance que le adjudican los números a la candidata que ellos mismos motejaron como su archienemiga, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

En principio, el plan era desarrollar una campaña corta, sobria, en la que la presencia de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal debía transcurrir en dosis homeopáticas, sólo ante razones de estricta necesidad. Esto cambió en las últimas semanas, cuando comenzaron a aparecer encuestas que desmentían el empate técnico que auguraban los voceros gubernamentales desde principios de junio. Antes, los estrategas políticos del oficialismo anticipaban paridad en las PASO, con un panorama que mejoraba hacia octubre.

Para modificar su estrategia, ya Marcos Peña y Esteban Bullrich comenzaron a definir la intención de quitar del centro del ring a la expresidenta. “El rival no es Cristina, es el pesimismo”, se les escuchó corear al unísono en la última semana. El plan es no entrar en debate acerca de la coyuntura, sino concentrarse en hablar de “los problemas de la gente”, una materia en la que la expresidente ya los “primereó” en los actos que protagonizó el 20 de junio en el estadio de Arsenal de Sarandí y el 14 de julio en el Teatro marplatense Roxy Radio City. En ambos, invitó a que desfilaran por el escenario a una serie de víctimas de la crisis económica, que expusieron sus problemas ante el público.

Números dolientes

Las encuestas, mientras tanto, se mostraban favorables a la coalición que encabeza la expresidenta.

La empresa Opinión Pública, Servicios y Mercados (OPSM), que preside Enrique Zuleta Puceiro, midió intención de voto y el resultado ubicó a la expresidenta primera, con el 33,4 por ciento, seguida por la lista que encabeza Esteban Bullrich, con un cercano 32 por ciento y, mucho más atrás, Sergio Massa obtuvo un 19,4 por ciento y Florencio Randazzo lo sigue con un 7,4 por ciento.

Hugo Haime, por su parte, ubicó a CFK primera, con el 36,4 por ciento, seguida por Sergio Massa, que consigue un también lejano 27 por ciento, con Cambiemos -curiosamente- ubicado en el tercer puesto, con un 17,5 por ciento. Florencio Randazzo obtendría un siete por ciento. En este punto es necesario informar que esta consultora trabaja para Sergio Massa.

La empresa que lidera Analía del Franco, entretanto, midió a CFK en el primer lugar, con el 33,8 por ciento, seguida a poca distancia por la lista de Cambiemos, con el 31 por ciento. Detrás quedaron Sergio Massa, con un exiguo 17 por ciento y Randazzo, que cosecharía un magro 4,5 por ciento.

Aresco, la consultora que preside Julio Aurelio, también coloca a Cristina Fernández de Kirchner en el primer lugar, esta vez con el 32 por ciento, seguida por Bullrich con el 30 por ciento y, muy detrás, Sergio Massa obtendría el 21 por ciento, Randazzo, el seis por ciento y el Frente de Izquierda y los Trabajadores, pisándole los talones, con el cinco por ciento de la intención de voto.

La imagen y los votos

En principio, los consultores de Cambiemos esperaban -y aún lo siguen haciendo- un escenario electoral cerrado en agosto (para las PASO) y un mejor panorama para octubre, en las elecciones generales. Paralelamente, miran de reojo hacia Tigre, porque los votos que se le caen al oficialismo migrarían hacia 1País, aunque si a Cambiemos le va bien, el que cae es Massa.

En este punto, las mediciones de imagen comienzan a tomar importancia, pero el punto es que las variables que se manejan no dejan de inquietar a todos, de una manera u otra.

El presidente Macri tiene una imagen positiva del 45,2 por ciento, pero su imagen negativa trepó hasta el 52,9 por ciento, con el agravante de que el 28,9 por ciento le otorgó un “rechazo intenso”, lo que quiere decir que el rubro “muy mala” alcanzó esa cifra.

La gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, por su parte, cosechó un 55,7 por ciento de imagen positiva, contra un 41,7 por ciento de imagen negativa, la más alta cifra a la llegó desde que asumió.

Cristina Fernández de Kirchner, por su lado, obtiene una imagen positiva del 48,9 por ciento, contra un 49,1 por ciento de imagen negativa. Es para destacar esta circunstancia, ya que su permanencia en las portadas de los noticieros y de los diarios recorriendo los juzgados y, adicionalmente, los repetidos procesamientos con los que fue sancionada no han logrado perforar su prestigio, a pesar de que en los sectores medios éste se encuentra deteriorado seriamente. Sus partidarios acusan a los grandes medios por esta coyuntura desfavorable para su imagen.

¿Los brotes verdes mejorarán el futuro?

Un serio escollo que deberá superar el oficialismo es que dos tercios de los consultados opinan que su situación económica se deterioró en los últimos dos años. Por esta razón, las cabezas de las listas a ambos lados de la Avenida General Paz son Elisa Carrió y Graciela Ocaña, lo que permite suponer que plantearán en ambas campañas un escenario de cuestionamiento sobre la supuesta corrupción que promovió el Gobierno anterior. El objetivo es machacar sobre la imagen de la expresidenta, soslayando los problemas que se derivan de la recesión económica por la que se quejan los bonaerenses.

En el ranking de los problemas que perciben los bonaerenses, el primer puesto lo ocupa el desempleo, que el 32,3 por ciento de los entrevistados votó como su problema principal. La seguridad quedó desplazada al segundo lugar, ya que el 29,5 por ciento de los bonaerenses la consideró importante. La corrupción trepó hasta el tercer puesto en las preocupaciones de los provincianos, de los cuales el 11,5 por ciento la consideró relevante. Antiguamente, era la seguridad el tema que más desvelaba a los bonaerenses, que aún no la dejaron de lado, pero en la crisis optaron por destacar su situación económica como su mayor temor.

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