Hay diferencias y situaciones distintas entre la Ciudad y la provincia de Buenos Aires sobre cómo debe continuar la nueva etapa de la cuarentena que arrancará el próximo lunes 3 de abril. Axel Kicillof es más partidario de mantener todo como esta hasta ahora e incluso algunos de sus funcionarios hablan de retroceder un paso ante el temor de que colapsen las camas de terapia intensiva. Desde la Ciudad, la visión es distinta. Dicen que la curva de contagios se mantiene estable y que no hay posibilidad de retroceder. Lo que Larreta quiere es ir por más apertura.
Para definir y resolver esas cuestiones ambos mandatarios se reunieron en la mañana de este miércoles. pero todavía no hubo acuerdo.
La reunión se realizó en la sede de la Gobernación de la provincia de Buenos Aires, en la ciudad de La Plata, entre las 10.30 a las 12.10.
Del encuentro también participaron el jefe de Gabinete bonarense, Carlos Bianco; y los ministros de Salud, Daniel Gollan, y de Seguridad, Sergio Berni; y el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli y el minitro Fernán Quirós.
En el encuentro, Axel Kicillof, y Horacio Rodríguez Larreta, acordaron monitorear los casos de contagios de coronavirus en el Área Metropolitana “de hoy y mañana”, antes de tomar una decisión conjunta con el presidente Alberto Fernández sobre la continuidad del aislamiento obligatorio.
En la charla, el alcalde porteño ratificó, en tanto, la continuidad del esquema de reapertura de actividades previsto que contempla hoy la habilitación de peluquerías y centros de estética; así como el lunes 3 la posibilidad que vuelvan a funcionar comercios situados en avenidas de alto tránsito.
En tanto, Kicillok expresó que “todos los que tenemos responsabilidad de gobierno, más allá de las diferencias, estamos muy preocupados por la situación que estamos atravesando, y vamos a tomar las medidas que sean necesarias”.
Desde la semana pasada vienen alertando en provincia de Buenos Aires que con un promedio de 4 mil casos por día habrá que volver a un estricto confinamiento. El gobernador no quiere arriesgar, su mayor temor es el colapso del sistema sanitario que, según su ministro de Salud, a este ritmo se vería desbordado dentro de 15 días.
Por su parte, el gobierno porteño pretende avanzar con la reapertura integral y gradual de rubros y actividades. Además del monitoreo de la situación sanitaria, en la Ciudad evalúan el margen de maniobra en base al humor social y la profundización de la crisis económica. En el peor de los casos, el Jefe de Gobierno se inclinaría por continuar la actual fase. Se rehúsa a dar marcha atrás.
Por su parte, el Gobierno nacional les exige a Larreta y a Kicillof que lleven adelante una política coordinada porque el gran foco de los contagios se da en el AMBA.