La tranquilidad de diciembre ilusiona a la Casa Rosada

La tranquilidad de diciembre ilusiona a la Casa Rosada

En el peor de sus tres años, Macri no tendría que contestar sobre el fuego amigo de sus aliados de Cambiemos. La interna Rosada.


Antes de partir hacia el exclusivo Cumelén Country Club, donde se quedará junto a su esposa, Juliana Awada, y su hija Antonia hasta que comience la segunda quincena del año, intercalando descanso con alguna que otra actividad oficial, el presidente Mauricio Macri ofreció su último discurso de 2018 en la Casa de Gobierno, en trance de brindar con el personal en el Patio de las Palmeras y hacer un balance de lo que caracterizó como “un año con momentos difíciles”.

“Las tormentas sucesivas que hemos vivido también nos han fortalecido, porque cuando estas cosas se van superando, se van trabajando, se van incorporando en el diálogo, el debate y la construcción, no solo de nosotros sino también de los millones de argentinos, eso nos va fortaleciendo”, sostuvo, para luego referirse a los “grandes desafíos” del próximo año. “Espero y necesito que todos estemos firmes desde este lugar haciendo nuestro mejor aporte. Y quiero agradecerles por el trabajo que han hecho, por el entusiasmo, el compromiso, por ser un equipo y porque en este espacio se sienta y se transmita una sana vocación de construir algo mejor para todos los argentinos”, agregó.

Antes de alzar la copa, saludó a los periodistas acreditados de Casa Rosada y destacó su “espíritu crítico”. Desde el día anterior, en la Sala de Periodistas ya se sabía que a estos no los iba recibir en privado, como solía ocurrir año tras año, incluso hasta con CFK, que despreciaba como nadie el trato con los acreditados.

En el peor de sus tres años, Macri no tendría que contestar sobre el fuego amigo de sus aliados de Cambiemos, ni sobre el camino hacia el segundo mandato ni, mucho menos, sobre la situación judicial de sus familiares, particularmente de su padre Franco y de su hermano Gianfranco, involucrados en una investigación derivada de la “causa de los cuadernos”.

El viernes sostuvo también otras actividades, como el acto de entrega de atributos para los oficiales ascendidos de las Fuerzas Armadas y otro brindis con el personal que se desempeña en la Residencia de Olivos. En el Gobierno están convencidos de que lo peor ya pasó, no solo por el rumbo de la economía, que, pese a todo pronóstico, aún no ha reflejado mejoras para los argentinos, sino porque también se ha custodiado la gobernabilidad, pese a contar el año próximo con uno de los peores presupuestos de las últimas décadas.

“La mayor preocupación eran los focos organizados, y no detectamos ninguno, por suerte, porque podían generar un efecto cascada. A diferencia de lo que fue 2001, hay un elemento central que es la Asignación Universal por Hijo (AUH) y los planes sociales, que generan una red de contención muy importante en un año tan complejo como este y que te permiten contener a los sectores más vulnerables de la mejor forma en términos de desarrollo y gasto social, también con la destinación de más del 60 por ciento del presupuesto para esos sectores”, reflexionaron cerca de Rogelio Frigerio, el ministro al que Macri postula para ocupar la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo en Washington.

“Para que Mauricio pueda nombrarlo, primero tenemos que ganar las elecciones”, razonan. Mientras esa idea es promovida por algunos protagonistas de la mesa chica, desde el Ministerio del Interior no descartan que Frigerio sea el candidato en Entre Ríos, cuyo cierre de listas está anclado en febrero, un mes de grandes definiciones para el oficialismo, en el que se decidirá desdoblar o no las elecciones de la Ciudad y la provincia de Buenos Aires, como hicieran otros oficialismos provinciales.

La idea, que no termina de convencer a María Eugenia Vidal, tiene en Federico Salvai, Emilio Monzó y Rogelio Frigerio a sus principales defensores. “Faltan definiciones, decisiones estratégicas. El desdoblamiento de la Provincia, qué hacemos con la Ciudad de Buenos Aires, si la hacemos jugar en la nacional o no, son cuestiones que se van a ir definiendo en los próximos meses, entre febrero y marzo. Eso nos va a ordenar la campaña nacional, porque hoy la prioridad electoral está puesta en las provincias que adelantaron y fijaron el calendario, que son La Pampa, Córdoba, San Juan, Entre Ríos y Neuquén.”

“Si se hicieran antes las elecciones en la Provincia, Vidal arrasaría y hasta ganaría en distritos donde Macri es resistido. No sería dejarlo solo a él en diciembre, porque igualmente María Eugenia se pondría al lomo la campaña de Mauricio, mostrando un triunfo arrollador”, reflexionan.

En el Gobierno todavía no descartan ninguna posibilidad y por eso encargan, semana tras semana, nuevas mediciones. Como, por ejemplo, la de Isonomía, que arroja que Mauricio Macri ganaría en segunda vuelta ante Cristina Kirchner por ocho puntos, aunque perdería por cuatro si el escenario de balotaje fuera con Sergio Massa, según el estudio publicado por Infobae.

“Es muy volátil medir eso. Lo más fuerte que hay para medir es la imagen, y Mauricio creció, dependiendo las encuestas, las nuestras y las privadas, entre tres y cinco puntos, que es mucho. El crecimiento se explica por el G20, la estabilidad del dólar y la recuperación de certidumbre y confianza. Es importante que esa tendencia se sostenga un trimestre más para que sea una tendencia consolidada”, señala un funcionario que además asegura que, en un escenario extremadamente polarizado, solamente queda cosechar buenos augurios. “A Massa y al peronismo no kirchnerista los complica un escenario cada vez más polarizado como este”, sostiene.

En el corto plazo, el oficialismo deberá terminar de definir candidaturas en articulación con sus aliados, para evitar la sangría interna. “Heridos hay siempre, pero el objetivo es alcanzar el mayor consenso posible. Hay primeros cargos para las listas de diputados y otras cuestiones que pueden servir en la negociación”, aseguran, al reflexionar sobre Córdoba, el distrito donde radicales y macristas quieren competir por la Gobernación y donde hoy crece la idea de elegir uno a dedo, según los sondeos de opinión, al que mejor mida. Mientras el ala que reivindica la “rosca” promueve ir a una interna, los fieles del duranbarbismo proponen elegirlo a dedo siguiendo los resultados de las encuestas. Son estas dos visiones que alguna vez convivieron en armonía y que hoy son ruido para los oídos presidenciales. Porque, como nunca antes, Macri apuró su plan de descanso para bajarle la persiana a su peor año y sabe que deberá ponerles el cuerpo a los próximos meses, en los que podría volver a cambiarle la vida. Justo en Villa La Angostura, donde reina la paz.

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