La revancha de Larreta: con todo el viento a favor

La revancha de Larreta: con todo el viento a favor

A pesar del poco carisma que siempre se le achacó, el Jefe de Gobierno porteño se encamina a lograr, junto a Elisa Carrió, la que podría ser la victoria más contundentedel oficialismo en la Ciudad.


El 26 de abril de 2015, Horacio Rodríguez Larreta vivió uno de los días más gloriosos de su carrera política. Fue cuando le ganó por casi 200 mil votos la primaria para jefe de Gobierno de la Ciudad a la hasta entonces imbatible Gabriela Michetti. La victoria no solo era la consagración del voluntarioso con poco carisma frente a la niña mimada del Pro. También, en ese momento del calendario electoral del año, ponía a Rodríguez Larreta ante un escenario impensado: si, como se creía probable, Mauricio Macri perdía la pelea presidencial y María Eugenia Vidal era derrotada en la Provincia, el entonces jefe de Gabinete porteño iba a quedar como el único emergente del partido que había revalidado su figura en las urnas. A los ojos peronistas, sería el nuevo referente real de un macrismo con Macri afuera. Pero pronto, los triunfos nacional y bonaerense de Cambiemos dejaron a Rodríguez Larreta en el polo opuesto. Debió armar de apuro un gabinete local con los sobrantes de la Casa Rosada y La Plata, y su nombre pasó a un tercer plano. Menos de dos años después, ubicado en el centro de las decisiones políticas del oficialismo, el jefe de Gobierno tiene su revancha.

Una de las primeras decisiones que empezó a reubicar a Rodríguez Larreta en el centro de la escena ocurrió a fines del año pasado, cuando Macri decidió armar una mesa electoral (y algo más) a la que sentó a sus tres dirigentes de máxima confianza, tres Pro puros. El jefe de Gabinete de la Nación, Marcos Peña; la gobernadora Vidal, y Rodríguez Larreta. El Presidente entendió que allí no habría problemas de celos, como ya venía sufriendo entre el ala política (con Emilio Monzó a la cabeza) y el ala comunicacional (Peña más Durán Barba), y con los reclamos desde la UCR.

La división de poder en el trío amarillo es simple, la marca el propio calendario electoral. Larreta y Vidal buscarían su reelección en las dos Buenos Aires en 2019 y Peña seguiría como ladero del Presidente, si este consigue repetir. Luego sí, el joven jefe de Gabinete deberá decidir qué salto quiere (y puede) dar. Hace años, Macri lo calificó en una mesa de periodistas como “el mejor dirigente que tiene el Pro. Pero se la tiene que creer”. ¿Se la creerá? Para 2015, sonó como posible vice de Macri, y Peña dejó correr la versión con ganas.

Un ministro explica cómo funciona el Gobierno hoy y ayuda a entender el papel central de Rodríguez Larreta. “La Nación funciona como funcionaba la Ciudad. Macri arriba, con Peña de un lado, y, en este caso, en vez de tener a Larreta, tiene a dos hombres que trajo él: [Mario] Quintana y [Gustavo] Lopetegui”. Los vicejefes de Gabinete, que se ocupan de la gestión diaria, con la mitad de los ministerios cada uno, conocen al actual jefe de Gobierno desde mediados de los 90, cuando, de joven, se hizo cargo de la Anses. Allí contrató a la consultora McKinsey, en la que trabajaban ambos. En el caso de Quintana, la relación es aún más estrecha: es el padrino de la hija de Rodríguez Larreta. Por eso puede ser común verlos comer juntos, con sus familias, en cualquier restaurante porteño.

Luego, los tres trabajaron juntos en el Grupo Sophia, de donde saldrían muchos de los cuadros que hoy componen el Gobierno. Allí dio sus primeros pasos, entre otros, la actual estrella de Cambiemos, María Eugenia Vidal.

El presente de Vidal, días atrás, también abonó la centralidad de Rodríguez Larreta. Su principal enemigo político en la Ciudad, Martín Lousteau, elogió a la gobernadora como un modo de criticar al jefe de Gobierno. “La apoyaría en Provincia, ella no tiene los vicios de Larreta”, resumió. Apenas le llegó la comparación, Vidal largó una sonrisa irónica y analizó entre sus íntimos: “¿Qué me parece lo que dijo Lousteau? Que se quiere colgar de algo que no le corresponde. El 90 por ciento de lo que soy yo se lo debo a Horacio”.

Un funcionario nacional que conoce bien a ambos la califica como una relación “simbiótica”: “Hablan todos los días, ella le sigue respondiendo a él. Es impensado creer que lo va a traicionar o algo así, por más que ahora ella tiene mejor imagen”.

Pero a Rodríguez Larreta el futuro, sobre todo el cercano, le sonreirá más allá de su relación con Vidal. El distrito porteño que él comanda se perfila como una de las grandes apuestas electorales del Pro este año. Si en Provincia hay gestos de preocupación, en Ciudad sobran las risas. Y esa diferencia reavivó una polémica: ¿no hubiese sido mejor mandar a Elisa Carrió a tierra bonaerense para enfrentar a Cristina? Aunque la decisión de mantenerla en la Ciudad se difundió como consensuada e incluso la mayoría le apuntó a Vidal, un alto funcionario nacional que participa del armado político asegura aún hoy que “la decisión fue totalmente de Larreta”.

Con Carrió, el jefe de Gobierno se garantizó taponar a Lousteau y se encamina a coronar la mejor elección legislativa de medio término del Pro y sus variantes en Capital. El techo eran los 39 puntos que habían sacado Michetti y Santilli para senadores en 2013. Para las primarias del 13 de agosto, Carrió mide más que eso. Y con la líder de la Coalición Cívica, Larreta tiene otra ventaja: carece de aspiraciones en el distrito. Es decir, el jefe de Gobierno no está engendrando una rival interna para matar a otro.

¿Y si a Carrió no le va tan bien ni a Lousteau tan mal? ¿Y si Bullrich gana en Provincia y todas las miradas se posan allí? Larreta ya sabe de estados de ánimo cambiantes. Pero, al menos por ahora, disfruta de su “revancha”.

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