Recalde-Lousteau, la pelea por meterse en el balotaje

Recalde-Lousteau, la pelea por meterse en el balotaje

Por Antonio Lizzano

La posibilidad de enfrentar al Pro en un balotaje es el objetivo que se plantearon los candidatos del FpV y ECO. Las estrategias de ambos. Las críticas cruzadas. Las operaciones y las encuestas.


Hay frases tan contundentes que son como sentencias divinas. Frases que parecen contener la furia de un dios arbitrario y caprichoso. Una de ellas dice que la guerra es la continuación de la política por otros medios.

En la actualidad, los políticos desarrollan su guerra en las campañas electorales. Durante esos períodos se está muy cerca del vale todo. Las críticas abundan, las declaraciones subidas de tono se acentúan y las chicanas y golpes bajos son utilizados como parte de la estrategia.

En la Ciudad, todas las encuestas coinciden en que el candidato a jefe de Gobierno porteño del Pro, Horacio Rodríguez Larreta, será el vencedor por un amplio margen. El escenario arroja dos incógnitas. Una es si habrá segunda vuelta. La otra, quién ocupará el segundo lugar. Ya sea para convertirse en la principal fuerza de la oposición o para disputar un eventual balotaje, este dato será clave. En este escenario, la pelea entre el postulante de ECO, Martín Lousteau, y el del Frente para la Victoria (FpV), Mariano Recalde, adquiere una importancia significativa.

Según las últimas encuestas, la diferencia entre ambos sería de alrededor de cuatro puntos a favor del exministro de Economía, pero todavía existe un número de indecisos que ronda el diez por ciento.

Los encuestadores ubican a Larreta cerca, pero por debajo, del 50 por ciento necesario para lograr el triunfo en primera vuelta, mientras que le dan a Lousteau un 24 por ciento y a Recalde un 20.

Estos números son interpretados de maneras bien distintas según a qué fuerza se pertenezca. En el Pro creen que con un esfuerzo y una recorrida por los barrios donde la figura del jefe de Gabinete necesita un empujoncito más, sobre todo los de zona norte –donde Lousteau está alto–, se puede llegar al 50 por ciento. O al menos a una diferencia tan holgada que “obligue” al segundo a bajarse del balotaje.

En ECO creen que los electores que no votan al macrismo se decidirán por apoyar a Lousteau porque es la figura con más chances de llegar al balotaje. Y que, de llegar a la segunda vuelta, Lousteau podría sumar muchos votos incluso de votantes K que, sin Recalde en la carrera, se podrían inclinar por el exministro para perjudicar a Macri.

Por el lado de Recalde, en cambio, se entusiasman con el crecimiento que su figura cosechó en el último tramo de la campaña tanto en conocimiento como en valoración positiva. Y, también, con un dato nada menor: la figura de Cristina Fernández de Kirchner repuntó mucho en la consideración de los porteños.

Los participantes juegan sus últimas fichas
En los últimos días, las estrategias de campaña se agudizaron. Mariano Recalde hizo hincapié en destacar que la elección enfrenta a dos modelos de país bien distintos: el que impulsa el kirchnerismo y el que impulsan el macrismo y sus aliados. En ambos proyectos, el rol del Estado es diferente. Y dentro de ese planteo, Larreta y Lousteau, señalan, son candidatos casi idénticos, además de que sus partidos comparten una alianza a nivel nacional.

“Lousteau es una colectora de Macri en la Ciudad que va a terminar votando al precandidato del Pro en la elección general de octubre. Lousteau y Macri son lo mismo”, disparó el titular de Aerolíneas Argentinas. “Hoy está la disputa acerca de quién entra en el balotaje; si Lousteau o yo. Él no puede explicar cómo en la Ciudad rivaliza con el Pro cuando en la nacional apoya a Macri. Si quieren algo distinto, la opción es el Frente para la Victoria”, resaltó Recalde.

Las declaraciones son claras. Larreta y Lousteau representan el mismo proyecto. Si los votantes de la Capital quieren una opción, hay que votar al kirchnerismo. El eje está puesto en desacreditar a Lousteau negando que sea una opción al macrismo y, de esa manera, lograr que los votos contrarios al Pro se sumen al Frente para la Victoria.

“Lousteau no dice de dónde viene. Tiene un recorrido parecido al de Patricia Bullrich. Empezó a militar en el grupo Sophia de Larreta y va a terminar con Larreta apoyando a Macri. Tampoco habla de su entorno: está financiado por Enrique “Coti” Nosiglia y el exjefe de Gabinete de la Alianza, Chrystian Colombo. Que dé a conocer a su equipo”, lo desafió Recalde.

Por eso, el candidato kirchnerista insistió durante las últimas semanas en que llegar a la segunda vuelta es posible. “Probablemente haya balotaje. A medida que se instale la idea de que Larreta y Lousteau forman parte de un mismo espacio político, todos aquellos que quieran un cambio van a ver que la alternativa es el Frente para la Victoria”, se entusiasmaba el candidato.

Estrategias cruzadas
Los asesores de Lousteau están convencidos de que el supuesto discurso agresivo de Recalde le hará perder votos. Y que esos votos que se fugan irán a parar al postulante de ECO.

El ejemplo que enarbolan es el que se dio en el debate que protagonizaron los tres candidatos en el programa A dos voces, de TN.

Esa noche, Recalde mencionó que la hija de uno de los conductores del programa, Marcelo Bonelli, es candidata a legisladora en la lista de Lousteau. El candidato de ECO lo cruzó diciendo: “Lo que acabás de hacer es machismo”. De inmediato, Recalde redobló la apuesta y señaló que lo que había dicho no era machista sino que ponía en el tapete la supuesta imparcialidad de los conductores del programa. Luego atacó: “El tema del machismo lo deberías esquivar”. Afirmación que hacía referencia al escándalo mediático en el que se vio envuelto Lousteau cuando lo descubrieron besando en un auto a Juanita Viale, embarazada y casada con otro hombre. La respuesta de Lousteau fue instantánea. “No pensé que iban a caer tan bajo”, se quejó.

Las declaraciones de ese tipo son las que los armadores de la campaña del candidato de ECO consideran agresivas. Y que creen que terminan beneficiando al economista.

A los pocos días del cruce televisivo, fue la propia Presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, quien durante un acto en La Pampa cuestionó, sin mencionarlo, a su exministro de Economía.

“No voy a decir nombres porque yo no hablo mal de ningún colaborador o excolaborador de mi gobierno. Eso lo dejo para los desagradecidos y los que no quieren reconocer, yo no soy así. Pero la gente sabe, los compatriotas saben qué fue lo que pasó en 2008, con la 125, y cómo casi nos hacen volcar por haber calculado mal los números. Y ahora nos vienen a dar lecciones”, cuestionó la Presidenta.

Lousteau, que fue el autor de la polémica resolución que desató el conflicto con los productores agropecuarios, no se quedó callado. “Yo renuncié y lo siguiente que hicieron fue escalar el conflicto; cada vez más duro, y yo ya había renunciado; tuve reuniones con miembros de la Mesa de Enlace, y la decisión fue no bajar los decibeles del conflicto. Soy responsable de la parte técnica, pero lo que quería hacer el exsecretario de Comercio, Guillemo Moreno, era peor”, se defendió públicamente el candidato de ECO. Además, aseguró que la Presidenta “escucha cifras falsas y toma decisiones” con base en ellas. “No me puedo hacer cargo del tono con el que el kirchnerismo elevó el conflicto; lo siguieron reivindicando y resulta que ahora no tienen nada que ver”, concluyó Lousteau.

Operaciones enrarecidas
Dos hechos concretos elevaron el voltaje político porteño. Por un lado, el escándalo protagonizado por la vedette Vicky Xipolitakis y los pilotos de Austral, y, por el otro, la denuncia de desvíos de fondos de la UBA a la campaña de Lousteau.

El famoso y viralizado video de Xipolitakis en la cabina de un avión de la empresa estatal terminó en un escándalo de tal magnitud que no solamente derivó en la sanción a los pilotos sino que también se acusó a la vedette de ser parte de una operación en contra de la candidatura porteña del titular de Aerolíneas Argentinas.

Estas acusaciones, que partieron del propio kirchnerismo, hacían referencia a un arreglo entre Xipolitakis y el Grupo Clarín. Pero fue el propio Recalde quien le bajó los decibeles a la cuestión al decir que no le constaba que se hubiera tratado de un armado en su contra. Sin embargo, un dato es cierto: la vedette no subió su video a la web y luego fue tomado por los medios, sino que la filmación fue directamente a las oficinas del Grupo Clarín.

El otro hecho que repercutió en todos los medios estuvo relacionado con la denuncia que los periodistas Gustavo Sylvestre y Alejandro Bercovich realizaron contra el presidente del radicalismo porteño y secretario de Hacienda de la UBA, Emiliano Yacobitti, uno de los impulsores de la candidatura de Lousteau.

El informe televisivo denunció una “trama de corrupción oculta para financiar con fondos de la UBA la candidatura de Lousteau”.

A Yacobitti lo acusan de ser socio a través de terceras empresas y testaferros del exdecano de la Facultad de Ciencias Económicas José Luis Giusti, quien debió renunciar a su cargo luego de que su mujer lo denunciara por violencia de género y presunto enriquecimiento ilícito. Antes de llegar al decanato fue secretario de Hacienda de la UBA, auditor porteño y candidato a legislador por el Pro.

La denuncia relaciona a Giusti, a través de terceras personas, con Yacobitti. El informe aseguró que existe una desviación de fondos del Hospital de Clínicas a través de Medipack, empresa farmacéutica que provee de insumos al hospital con precios superiores a los del mercado y “le factura millones”, que estaría vinculada a Yacobitti y a Giusti a través de terceros. Supuestamente, parte de este dinero ilegal iría a la campaña de ECO.
Los datos demuestran que la pelea por el segundo lugar es clave y que la suerte de varios de los protagonistas depende del resultado del 5 de julio.

La definición se acerca. El domingo a la noche muchos se sentirán satisfechos del logro alcanzado. Los perdedores se sentirán como maldecidos por una plaga bíblica.

Qué se dice del tema...