La Legislatura reescribe sus normas

La Legislatura reescribe sus normas

La aprobación de tres proyectos claves para el Pro, con el acompañamiento del FpV y Suma+, demuestra la manera en que funcionan los acuerdos en el Palacio Legislativo.


La Legislatura tiene reglas propias, y tanto en el Pro como en el Frente para la Victoria (FpV) esa lógica se respeta a rajatabla. En política hay normas que acatan todos, pero a partir de este punto las dos principales fuerzas del Palacio Legislativo tienen realidades distintas y juego propio.

El Pro, al ser el partido de Gobierno en la Ciudad, tiene definida la estrategia en la Legislatura. Lo más importante es aprobar las iniciativas del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. “Nuestra prioridad es aprobar las leyes que necesita Horacio para gobernar”, le dijo a Noticias Urbanas un legislador oficialista.

Dentro de ese esquema, el funcionamiento es el siguiente: el jefe de Gabinete, Felipe Miguel, es el interlocutor del Ejecutivo con la Legislatura.

Él es el encargado de hablar con la vicepresidenta primera de la casa, Carmen Polledo, y con el jefe del bloque, Francisco Quintana. Polledo y Quintana integran la mesa chica del bloque, a la que se suman Alejandro García, Daniel Presti y, para algunas cuestiones especiales, Agustín Forchieri.

Este grupo es el que toma las decisiones. Ellos son los encargados de negociar con la oposición, tanto del FpV como de lo que queda del interbloque de ECO, los votos necesarios para las leyes claves.

La situación en el bloque del FpV es complicada. La división que existe entre peronistas puros y el kirchnerismo puso a la bancada al borde de la fractura. Sin embargo, por ahora eso no va a suceder. “Unidos somos fuertes para negociar e imponerle temas propios al Pro. Si nos partimos, como pasó en la Cámara de Diputados de la Nación, nuestro poder se diluye”, le confesó a este medio un diputado porteño.

Esa situación hace que los muy valiosos 13 votos que tanto ansía el Pro para aprobar las leyes claves, que necesitan 40 votos, estén casi siempre en duda. El caso de la Agencia de Bienes sirvió como muestra de esa fractura. La tragedia de Time Warp y los pedidos de informes tensaron aún más la situación, y la posibilidad de un acuerdo con el Pro en este tema se rompió como fino cristal al estrellarse contra el suelo.

El caso es que el proyecto de ley para crear la Agencia de Bienes necesita 40 votos y el FpV ya no puede asegurar los 13 propios.

“Nadie sabe cómo terminará la situación. Muchos dicen que el grupo que pueda lograr que uno de los legisladores cambie de bando y desnivele la balanza provocará la división del bloque”, señaló un legislador.

En medio de este escenario, la situación del jefe del bloque, Carlos Tomada, es difícil. Al tironeo entre ambos sectores se suman ciertas críticas al accionar del exministro de Trabajo de la Nación. A pesar de que en un principio ambos grupos estuvieron de acuerdo en que era el mejor postulante para dirigir el bloque, ahora su accionar recibe críticas. “Nadie duda de su capacidad de trabajo, de su experiencia y de lo que viene haciendo en la Legislatura, pero en algunos casos todavía se sigue manejando como si fuera un ministro y no consulta a los demás”, manifestó un integrante del FpV.

El panorama de la Legislatura se completa con los estertores de lo que fue el interbloque de ECO. En principio sumaban 14 legisladores y eso los hacía más que interesantes frente a las necesidades del Pro. Ahora cada fuerza negocia lo suyo. Y tampoco pasa por su mejor momento la relación entre el Pro y el jefe del bloque de Suma+, Hernán Rossi.

La enumeración de datos no hacen más que mostrar que en la Legislatura todas las reglas, en especial las no escritas, están en duda. Sin embargo, esas son las que más se respetan.

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