La interna en el Senado recrudece: peronistas vs cristinistas

La interna en el Senado recrudece: peronistas vs cristinistas

Carlos Caserio busca bloques por separado, pero José Alperovich busca la unidad. Las preferencias de CFK.


¿Juntos o por separado? Ese es el dilema que divide aguas en el Senado de la Nación entre peronistas y cristinistas, ahora que la vicepresidenta electa Cristina Fernández de Kirchner presidirá, ocupando el lugar de la saliente Gabriela Michetti.

El también elegido presidente Alberto Fernández no se acercó aun a gestionar las nuevas autoridades de la Cámara, a pesar de que se reunió con su compañera de fórmula, el lunes en su departamento de Recoleta, para repasar los nombres del Gabinete de la Nación, de la provincia y los jefes del Congreso.

Por eso, el peronismo en el Congreso saca cuentas y especula. En este marco, el jefe de los senadores, Carlos Caserio, rechazó unificarse con el kirchnerismo, mientras que José Alperovich exigió la unidad. Pero los gobernadores prefieren esperan una indicación de Alberto para bajar instrucciones.

Por otro lado, en Diputados, Agustín Rossi podría dejar la jefatura vacante si lo confirman como ministro de Defensa, un área sobre la que ya comparte informes con Alberto.

Su lugar podría ser ocupado por Máximo Kirchner, nadie se lo disputa y en el último asado que compartieron los diputados José Luis Gioja sorprendió con la sugerencia de hacer un bloque único peronista y abandonar la fragmentación entre kirchneristas duros y peronistas ortodoxos, la mayoría leales a sus gobernadores.

“Yo tengo un profundo respeto con Cristina. La voté, trabajé para ella. Pero nunca trabajé con ella. Así pasa con muchos de los senadores que están acá”, sostuvo Caserio.

“La vice tiene el poder por haber triunfado”, se diferenció Alperovich, quien junto a su coterránea Beatriz Mirkin se alejó del PJ hace un año por su enfrentamiento al gobernador Juan Manzur, de los más cercanos a Alberto.

Quiere volver en diciembre pero para recibir órdenes de Cristina. “Es la que ganó y a ella entonces corresponde poner a las autoridades. No hay que pelearse por los cargos, hay que estar todos juntos”, le dijo este lunes al diario Clarín.

“Creemos que la vicepresidenta tiene el poder, por haber triunfado, de establecer las cuestiones en el Senado”, agregó Mirkin, en diálogo con el diario La Gaceta.

Los cálculos y especulaciones no concluyen ahí. Cristina quiere como jefa a su protegida Anabel Fernández Sagasti y si hay un solo bloque quedaría al mando de los históricos. Caserio descartó esa posibilidad y garantizó que habrá dos bancadas oficialistas separadas, una de “Alberto (Fernández) y gobernadores, y otro a Cristina Fernández de Kirchner”.

“No estamos desunidos: es una cuestión organizativa. Somos todos parte del mismo proyecto. Somos dos bloques, tenemos que ver cuáles son las coincidencias para funcionar en el Senado. Dos bloques que van a apoyar lo que mande el Gobierno nacional, estamos todos en el mismo barco”, garantizó en declaraciones a radio El Destape.

Así es como la tirantez entre los senadores peronistas y los “cristinistas” crece.

“Somos dirigentes. Siempre hay una diferencia entre dirigente y empleado: nos gusta dirigir nuestras ideas, es la base de la política. Si yo fuese una persona que sólo acata órdenes, no hubiese aceptado trabajar con Alberto Fernández”, completó Caserio.

Entre sus pares hubo reacciones de todo tipo. Hay quienes están dispuestos a resistir con él, quienes como Alperovich prefieren no pelearse con Cristina, mientras que los cercanos a los gobernadores están expectantes e intuyen que llegará una inapelable orden del presidente ya acordada con su vice.

El menú de senadores que tiene Alberto incluye 16 kirchneristas duros y el mismo número de peronismo ortodoxo, pero cuenta además con la dupla de tucumanos que se declaró kirchnerista, la de misioneros y la el trío de santiagueños; la puntana María Eugenia Catalfamo y la neuquina Silvia Sapag. Nadie quiere llegar a una votación.

Las autoridades se completan con las vicepresidencias y en el Senado es clave la provisional, que define la línea sucesoria y queda a cargo de la sesiones cuando el presidente viaja el exterior y el vice lo reemplazo. Podría ser un premio para el peronismo más reacio a recibir órdenes de Cristina. Ese que Alberto busca contener.

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