La Gloria o Devoto

La Gloria o Devoto

Opinión


Sergio Massa es uno de los tipos más movedizos de hoy y quizás el que más trampa hace en la grieta detrás de la grieta. El hombre juega en las dos “grietas”, en un delicado equilibrio al que recurre porque sus pasadas épocas de esplendor triunfante ya no cotizan firme en el presente.

Le alcanza -o al menos él cree eso- una foto en una cena sindical a la que convocó Gerardo Martínez, de UOCRA, para mantener viva la “puja amistosa” que mantiene con Roberto Lavagna, su gran rival si la postura anti grieta tuviera una expectativa realista de llegar al poder, porque es un proceso aún sin escenarios claros, al que todavía le faltan tantos días como movidas de tablero.

Con indefiniciones, o con afirmaciones contradictorias en el tiempo, Massa es un artista que ya ha probado y aprendido casi todas las reglas del juego grande. Aunque esa conducta conlleva costos, de los cuales está pagando algunos ahora.

Sus reuniones con Máximo Kirchner un día son para repartirse diputados provinciales, otro para que los K le bajen la lista en Tigre para que gane Zamora, otra para que Barrionuevo, Lavagna y Pichetto sepan que los puede traicionar en cualquier momento y otra para hacerle entender al joven diputado santacruceño que si bien mucho no suma en su espacio -más bien pide- puede hacer algo más de daño si se sumara con fuerza y ganas al bando de los “No alineados”.

Si gana Cristina, Massa estará -por la lógica de CFK cuando gobierna- tan lejos del poder como está ahora -o más- y si pierde Cristina, se convertirá en la peor versión de “Ventajita” -tal como lo apodó Mauricio Macri- y quedará border con su vida útil.

Igualmente Massa sabe que tiene que esperar a que salga de su provincia Juan Schiaretti, después de arrasar (seguramente) en la elección. Éste definirá con más precisión que ninguno cuál es el camino que más conviene tomar. El tigrense ya fue un adelantado en todos ellos, lo que le produjo un desgaste que su compañero de mesa (de los 4) no tuvo.

Además, Massa no tiene el triunfo provincial que Schiaretti sí agitará para plantarse como gran elector de hacia dónde va el peronismo no K. Hasta incluso si van todos unidos.

Massa sabe que mientras no haya certezas, él es el límite y el personaje que busca Cristina para hacer daño del otro lado. Y entre encuesta y encuesta, se presta gustoso a cumplir ese rol. Intuye -y esta es la parte mala del acuerdo- que difícilmente logre aportarle algo su futuro político acompañando a Cristina Fernández en su seguro intento a la Presidencia.

El zigzagueo de Massa, de wing endiablado se puede topar con un marcador o marcadora de punta de esas con pocas pulgas. Es cierto que la política es el arte de lo posible, que el pragmatismo será el que ordene las grillas del 22 de Junio, y que Massa integrará algunos de los equipos que jueguen en la Superliga de la política de acá a octubre. No se sabe ni el equipo y si va de titular o suplente.

Es raro que pese a su juventud, con la experiencia acumulada, necesite caminar senderos tan sinuosos cuando una acumulación en un sector que le indulte las macanas y lo proyecte al futuro sería mucho más lógico.

Quizás sea que ese sector no existe, quizás sea que la voluntad de crearlo choca con sus ambiciones de poder, o quizás tenga la vista nublada -como a veces le pasa- y no distinga bien las caras y los gestos de las personas.

Te puede interesar

Qué se dice del tema...