Es una serie de duración y final incierto, por lo que vaticinar el futuro de su principal protagonista puede sonar arriesgado. Pero la causa de los cuadernos de las coimas, la saga de corrupción más obscena desde la vuelta de la democracia, va configurando un nuevo escenario judicial y político para Cristina Fernández de Kirchner, con datos concretos del presente y muchas dudas sobre lo que vendrá.
Aquí, unas claves a modo de crónica para darle dimensión al tema.
Cómo estaba Cristina
El momento en que se destapó el escándalo de los sobornos, a partir de las confesiones del remisero escritor, encontró a la expresidenta quizás en su punto más alto desde su salida del poder. A contramano de su naturaleza, Cristina se había disciplinado en un silencio táctico, mientras la economía empezaba a dar señales negativas. Así, con el solo hecho de dejar que el agua corriera debajo del puente averiado del macrismo, la exmandataria había logrado lo que ningún otro opositor: capitalizar al menos una parte de la sostenida caída en la imagen e intención de voto de Mauricio Macri.
Con ese poco, más la base durísima que Cristina nunca perdió, reabría al menos la posibilidad de una vuelta al poder en 2019. Aun con un rechazo electoral alto, los límites se corrían un poco a su favor.
Cómo le pegó el caso de las coimas
Aunque su vértigo pueda sugerir otra profundidad, el caso de los cuadernos lleva apenas un mes de desarrollo. Pero su intensidad no trajo buenas noticias ni judiciales ni políticas para Cristina. Por un lado, a partir de la letra de los cuadernos pero sobre todo de los testimonios de empresarios y exfuncionarios, se cayó el mito de la prescindencia de la expresidenta en el circuito de coimas que el kirchnerismo circunscribía al padre de la criatura, el difunto Néstor Kirchner.
La contundencia de los testimonios y el volumen del robo al Estado le quitaron ese velo irreal a Cristina, casi como un ser superior y ajeno a las trapisondas de sus subordinados. Ahora lo que se discute es si efectivamente la expresidenta estaba a cargo de la asociación ilícita para estafar a los argentinos o si era una partícipe de rango menor. La hipótesis del juez y el fiscal, ambos cuestionados por el kirchnerismo, abona lo primero.
Este golpe, de algún modo, devolvió a la exmandataria a su lugar original. Es decir, con un grupo duro de militantes y devotos que la sigue apoyando en cualquier caso, pero con chances limitadas de crecer. En paralelo, otra vez se habría reactivado el rechazo a su figura, lo que la dejaría en una posición muy complicada para un eventual balotaje.
La duda sobre su candidatura
Una de las preguntas que desvela hoy a analistas (y también a los antikirchneristas) es si en este escenario Cristina tiene chances de volver a postularse. Podría darse una contradicción, típica de la política. A medida que avanza la investigación y el futuro judicial se pone sombrío, la expresidenta da más señales de que podría ser candidata. O al menos hace trascender eso. Un modo particular de escudarse.
A favor, cuenta con las mismas encuestas que dicen que difícilmente pueda ganar una segunda vuelta. Esos sondeos la ponen primera o segunda en intención de voto, alternando con Macri. ¿Por qué prescindiría de ese caudal político justo ahora que está acosada judicialmente?
La figura taquillera de la exmandataria es la que hace dudar a gobernadores y sobre todo a intendentes bonaerenses, que podrían depender de una figura presidencial para tener buena suerte en 2019. La anunciada variante a Cristina del PJ Federal no termina de madurar: ni se presenta formalmente este espacio ni sus candidatos posibles (Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey) miden como para entusiasmarse.
Qué pasará de ahora en más
Casi imposible predecir cómo seguirá la puja. Simplemente porque la dinámica de la causa que la involucra, pero sobre todo la incertidumbre económica, plantean dudas no solo sobre candidatura sino sobre el futuro de Macri y del país en general. Un dato para entender el momento: mientras se escribía esta nota, la cotización del dólar cambió varias veces. Siempre para arriba.
