La deuda crece y comienza a gravitar sobre las cuentas públicas

La deuda crece y comienza a gravitar sobre las cuentas públicas

Argentina es el país emergente que más deuda tomó desde 2016. Ya significa el 11% del PIB y el 41% de los vencimientos de 2017. Llegó a 290 mil millones de dólares y hay vencimientos hasta 2046.


Desde que Mauricio Macri asumió el Gobierno, un año y medio atrás, su administración descargó de gravámenes a las actividades empresariales ligadas a la actividad agropecuaria y a la minería, en especial. Esta falta de apetito recaudatorio obligó al Gobierno a colocar letras del Tesoro por un total de 45.591 millones de dólares desde que asumió, que ubican a la Argentina como el país emergente que más se endeudó en ese período. Tan grande fue la toma de deuda que suma ya un 263 por ciento más que Arabia Saudita, el segundo país que más deuda tomó, hasta alcanzar los 17.500 millones.

Según un estudio de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), estos 45.591 millones de dólares están conformados por los 22.351 millones tomados por el Estado nacional en el año 2016, más los 23.600 millones de dólares que se tomaron en lo que va del año, sólo entre títulos públicos y letras en dólares. Si a éstas cifras se les agregan las emisiones en pesos y la deuda colocada por las provincias argentinas y por las empresas, la cifra trepa hasta unos casi impagables -en condiciones normales- 81.972 millones de dólares.

A los títulos públicos que se colocaron el año pasado, que totalizaron 22.051 millones de dólares, más los 10.962 millones de la misma moneda ubicados en los primeros cinco meses de 2017 suman 33.013 millones. Éstos deberán ser saldados a una distancia promedio de 10,7 años. Por otra parte, se colocaron 300 millones de dólares en Letes (Letras del Tesoro) el año pasado, a las que hay que sumarles otros 12.638 millones más este año, también en Letes. Estos 45.591 millones de dólares se adicionan a los 17.274 millones de dólares emitidos en moneda argentina por el Estado nacional y a los 10.381 millones de dólares que colocaron las provincias -con garantía del Estado nacional- y a los 8.366 millones de dólares que tomaron en los mercados externos las empresas privadas.

La suma de la deuda pública y privada argentina alcanza la cifra escalofriante de 81.972 millones de dólares, de los cuales casi el 90 por ciento fue tomada por el Estado y apenas algo más del diez por ciento por los privados.

Por otra parte, las provincias, que reciben la coparticipación con cuentagotas, también salieron a colocar deuda para evitar crisis sociales. La actitud de la gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner, que se negó a hacerlo en solitario, expuso los problemas que sufren las provincias que no reciben la “copa” ni salen a los mercados a cubrir sus necesidades de caja. En 2017 emitieron deuda bajo legislación extranjera por 3.376 millones de dólares, que, sumados a lo que tomaron el año pasado suman 10.381 millones, que deberán ser rescatados a un promedio de 8,25 años. Los nuevos deudores incluyen a Neuquén, Ciudad de Buenos Aires, Mendoza, La Rioja, Chubut, Tierra del Fuego, Córdoba, Provincia de Buenos Aires, Salta, Entre Ríos, Chaco y Santa Fe.

En lo que transcurrió del 2017, 13 empresas tomaron deuda por 2.675 millones de dólares. Entre ellas se encuentran Los Grobo Agropecuaria, Capex y Eletronic Systems, que en mayo colocaron 483 millones de dólares bajo legislación local.

Los especialistas que redactaron el informe de UMET advirtieron que ningún sobreendeudamiento público se puede sostener en el tiempo en una economía en recesión, menos aún si se les otorgan ciertas exenciones impositivas a los sectores más pudientes, que además reciben el beneficio de ver reducidos sus aportes en el impuesto a las Ganancias y a los Bienes Personales.

La UMET evalúa que en octubre de 2015 la deuda pública argentina sumaba 235 mil millones de dólares y en mayo de 2017 había crecido hasta los 290 mil millones. Este preocupante incremento de 55 mil millones en moneda norteamericana significa un once por ciento del Producto Interno Bruto.

Ante tantas emisiones de deuda, los vencimientos comenzaron ya a afectar las cuentas públicas, como ocurría en otros tiempos, que parecían haber sido superados. Del total de los vencimientos en moneda extranjera de 2017, hay 2.124 millones de dólares de intereses y otros 10.388 millones corresponden exclusivamente a la deuda tomada por Macri desde su asunción. Esto significa el 41 por ciento del total de los vencimientos de 2017. Además, esta nueva deuda incluye el 27 por ciento (71.229 millones de dólares) de los vencimientos de deuda pública entre este año y el 2046, es decir, de 30 años de historia argentina.

Lo más peligroso es que el crecimiento de la deuda se acelera cada vez más y las autoridades económicas no dan pistas de que se dispongan a limitar el peligros reflejo que los anima a bucear en los mercados cada vez que es necesario financiar el gasto público. El problema es que el otro camino posible es el del crecimiento, la reactivación industrial y la inversión productiva. No parece la construcción de un futuro productivo e industrial sería la decisión de un gobierno que generó su propia recesión ni bien comenzó. Más aún si sus mejores relaciones -y la procedencia de sus ministros del área económica- tienen que ver con el mundo de las finanzas.

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