La Casa Rosada define su normalidad: la de la araña o la de la mosca

La Casa Rosada define su normalidad: la de la araña o la de la mosca

Apuntes e intimidades desde la Casa Rosada.


Todo aparenta ser normal. Así lo simulan tanto en público como en privado. La Casa Rosada sigue adelante con el ritmo cotidiano de la gestión, como si nada hubiera pasado. Entre las grietas de la normalidad institucional se cuela el llamativo gesto del Gobierno, que por un lado sostiene en público la autonomía del Banco Central pero por el otro negocia –a través de funcionarios del Ministerio de Hacienda– con los operadores del Fondo Monetario Internacional (FMI), a quienes les prometió metas de inflación y una variación cambiaria libre, que solamente Federico Sturzenegger puede garantizar.

Esta es una rareza más del discurso oficial, que entra en cortocircuito con la realidad en una semana en la que el presidente Mauricio Macri intentará reflejar responsabilidad en la gestión y normalidad en su relación con los gobernadores del noroeste argentino. El jueves, el salteño Juan Manuel Urtubey será anfitrión en Cachi de un nuevo encuentro, en el que el primer mandatario y un grupo de gobernadores le aportarían a Macri una base para el anhelado Gran Acuerdo Nacional.

Con un futuro incierto, tanto desde lo económico como desde una alta conflictividad social que empieza a despertar, los seis gobernadores del norte argentino harán con Macri un seguimiento de todos los temas que involucran la relación entre la Nación y las provincias, repartidos entre una primera jornada en Salta y otra en Santiago del Estero.

La elección de Salta como sede del encuentro fue confirmada días después de que Urtubey fuera recibido en Buenos Aires por el Presidente, en una reunión en la que el salteño acercara un nuevo proyecto sobre tarifas en los servicios públicos, que incluye reducciones en el IVA para compensar las subas. El Gobierno ya lo hizo propio esta semana, promoviéndolo y negociándolo como alternativa, incluso en una reunión fuera de agenda, organizada por Federico Pinedo y encabezada por Macri con un grupo de senadores del bloque peronista, que lidera otro ex gobernador salteño, Juan Carlos Romero.

Al cierre de esta nota, el oficialismo todavía realizaba gestiones y diálogos informales, de los que muchos tuvieron como sede a la oficina del viceministro del Interior, Sebastián García de Luca. El único objetivo era frenar el proyecto opositor, que propone retrotraer los aumentos al 1 de noviembre de 2017.

Macri, entonces, llevará la normalidad de su gestión al interior del país para reunirse con, además de Urtubey, los gobernadores peronistas Domingo Peppo (Chaco), Juan Manzur (Tucumán), Sergio Casas (La Rioja), Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y Lucía Corpacci (Catamarca), a quienes el mandatario ya había recibido en los días posteriores al anuncio del futuro acuerdo con el FMI, cuando empezaba a configurarse la estrategia de un Gran Acuerdo Nacional para repartir los costos políticos del ajuste, que consiste en una invitación formal de involucrarlos en el diseño del Presupuesto para 2019.

No será de la partida el jujeño Gerardo Morales, quien tras los cambios internos se ganó un lugar en la mesa de coordinación del Gobierno y estará de viaje oficial en China, aunque enviará a su vice, Carlos Haquim, según confirmaron a Noticias Urbanas desde la Secretaría General de la Presidencia, a cargo de Fernando de Andreis, que está organizando la actividad.

Las reuniones se realizarán desde el jueves hasta el viernes al mediodía en Salta y luego continuarán en Santiago del Estero, entre ese día y el sábado. Tendrán un formato bilateral, porque Macri irá recibiendo por separado a cada uno de los gobernadores, acompañado por ministros de ambos gobiernos. El formato es similar al utilizado en la cumbre con los gobernadores del NEA realizado en marzo pasado, que se llevó a cabo en Misiones y Chaco.

“Ya habíamos dicho que íbamos a replicar las reuniones de gestión por regiones”, señaló un funcionario cercano al ministro del Interior, Rogelio Frigerio. Macri empezará la ronda con el anfitrión Urtubey y su equipo de gobierno. Después habrá una reunión de la mesa de turismo de la región y luego será el turno del tucumano Manzur.

Por estas horas se analizaba la posibilidad de que haya una conferencia de prensa con medios salteños esa misma tarde, aunque todavía no trascendió quiénes serán los protagonistas. También en Salta, Macri recibirá el viernes al vicegobernador Haquim y luego al mandatario riojano Sergio Casas, para luego volar a Salta capital y encabezar una mesa de producción sobre energías renovables. Ese mismo día volará a Termas en Santiago del Estero, donde seguirá con la segunda ronda de reuniones, primero recibiendo a la catamarqueña Corpacci y luego encabezando una actividad de desarrollo social.

Macri dejará para el sábado la reunión bilateral con el local Zamora. Al cierre de esta edición, no se descartaban nuevas actividades. La apuesta es apoyarse en los gobernadores, quienes ya habían garantizado en distintas reuniones gestionadas por Frigerio, el nuevo protagonista de la mesa chica de Gobierno, que esta semana le llevó a Macri a la mayoría de los intendentes de ciudades capitalinas.

La etapa del ajuste va a necesitar que todos pongan la cara. Así lo afirmaba Lucas Delfino, el subsecretario de Relaciones Municipales, tras el encuentro en el que hubo solo cuatro faltazos. El más llamativo y obvio fue el del exjefe de Gabinete de Cristina Kirchner, Jorge Capitanich, quien ni siquiera respondió a la invitación, al igual que su par Walter Vuoto, de Tierra del Fuego.

“El Presidente les transmitió que ese esfuerzo para sacar adelante a la Argentina requiere de un compromiso de todos los dirigentes de la clase política y que la responsabilidad no es solamente del Gobierno nacional, sino también de los gobernadores y de los intendentes”, explicó Delfino, en declaraciones a los periodistas acreditados de Casa Rosada.

Delfino explicó además que a Macri le interesaba “conocer de primera mano” el “impacto o no” y la “realidad económica” de esos distritos. “En general fue muy productiva la reunión, en la que ellos plantearon que necesitaban certidumbre porque veían que, más allá de las complejidades de cada una de las ciudades, había temas que no quedaban resueltos con respecto a esta incertidumbre que se había generado en la gente”. Explicó luego sobre la reunión, en la que Macri se llevó no solamente garantías sobre la responsabilidad de gestión, como les gusta repetir a los voceros gubernamentales, sino que también ratificó su postura tanto sobre los aumentos tarifarios y su rechazo al proyecto opositor, como sobre la vuelta a los créditos del Fondo Monetario Internacional (FMI).

El Presidente dejó en claro que para encontrar el equilibrio que necesitamos, poner en valor a la Argentina y recuperar la potencialidad de cada una de las ciudades, el trabajo es en conjunto y les pidió a los que todavía no han hecho de manera responsable el reacomodamiento de sus plantas municipales y de las tasas que cobran, que realmente han sido demasiadas en los últimos años.”

El sacrificio, una vez más, repartido entre todos. “El ajuste lo debe hacer la política”, les dijo textualmente a los intendentes. Todo aparenta ser normal, pero la normalidad es una ilusión: lo que es normal para una araña es el caos para una mosca.

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