El diputado nacional por el Frente para la Victoria-PJ y presidente del Partido Justicialista, José Luis Gioja, señaló que “si la Justicia lo pide, hay que hacerle caso a la Justicia”, en referencia al desafuero de su compañero de bloque Julio De Vido, solicitado por la Cámara Federal porteña este martes.
Sin embargo, aclaró que “la otra vez fue un capricho de Elisa Carrió y otros”, en referencia al fallido intento de desafuero llevado adelante por la coalición oficialista de Diputados en la última semana de julio.
Más allá de lo que expresó anteriormente, el sanjuanino aclaró: “No estoy bien al tanto de por qué se pide el desafuero”.
Gioja forma parte del bloque del FpV-PJ, aunque mantiene diferencias internas con sus pares ultrakirchneristas, especialmente con la veintena de diputados de La Cámpora.
La sesión en la que, supuestamente, se tratará el tema está prevista para el miércoles 25 de octubre y si el Gobierno logra los dos tercios de los presentes, el exministro se iría en patrullero desde el Congreso de la Nación. De hecho, desde el oficialismo prevén llegar sin problemas al número de legisladores necesarios.
En tanto, otro que se sumó a la decisión de Gioja, fue el gobernador sanjuanino, Sergio Uñac, quien aseguró que “nunca nos hemos opuesto a lo que indica la Justicia y esta no será la excepción”. Ahora sólo resta ver la actitud que adoptarán quienes optaron por apoyar en julio al exministro: como la gobernadora de Catamarca, Lucía Corpacci; el gobernador de Tucumán, Juan Manzur; y el riojano Sergio Casas. Además, se estima que el salteño Juan Manuel Urtubey ya le habría quitado su apoyo a De Vido, al igual que su colega pampeano, Carlos Verna, quien ya dispuso el retiro de sus diputados del recinto.
“Esta tarde se rumoreaba en el Congreso, que los gobernadores de Misiones (Hugo Passalacqua) y Santiago del Estero (Claudia Abdala Ledesma, esposa del senador Gerardo Zamora) habrían sondeado a Gioja para forzar la renuncia de De Vido y evitar su detención. Si lo hace, iría preso sin lidiar con una sesión y asumiría Jorge Rivas, el exsocialista leal a Cristina”, afirmaron fuentes cercanos.
Sin embargo, el exministro no parece dispuesto a rendirse. “Detrás de esto está Macri, sus mandantes y alguna embajada, ya que el objetivo es amedrentar a quienes criticamos las políticas de ajuste y empobrecimiento del Gobierno”, se defendió.