Fernández- Fernández: 30 sí-30 no

Fernández- Fernández: 30 sí-30 no

Las encuestas miden un crecimiento de la imagen del Presidente, mientras que el bajo perfil de Cristina comienza a jugarle en contra.


En unos días se cumplirá un año de una de las decisiones electores más inesperadas y sorprendentes desde la vuelta de la democracia. El 18 de mayo de 2019 Cristina Kirchner avisó que se bajaba de la pelea por la presidencia y nominaba para ese cargo a su ex jefe de Gabinete, Alberto Fernández.

Pero había más: ella misma iría como candidata a vice, para traccionar votos y garantizar una fórmula competitiva. El final de la película ya es conocida: ese movimiento, osado, facilitaría la vuelta de Sergio Massa al kirchnerismo y la disolución de una alternativa peronista con volumen para ganar. Aún hoy, el propio Fernández repite en la intimidad que sin aquel impulso y sin el nombre de la ex presidenta en la lista, la victoria sobre el macrismo hubiese sido una quimera. Sin embargo, así como el coronavirus cambió profundamente la vida cotidiana de los argentinos y empujó un al país económicamente más abajo todavía, también configuró un nuevo escenario político.

Y así como el Presidente se llenó de una popularidad inédita, con número comparables a los mejores momentos de Raúl Alfonsín, Carlos Menem o Néstor Kirchner, Cristina entró, cuanto menos, en una meseta de la que será complicado salir.

Dos estudios de opinión pública de los últimos días advierten sobre este brecha de la dupla presidencial, con Alberto sostenido por su centralidad y el aval de la sociedad a las medidas para combatir la pandemia y la vice en segundo plano y claramente con más rechazos que adhesiones.

Uno de los sondeos es de la consultora Synopsis; un relevamiento nacional de 1.287 casos. Una parte central de informe de la firma que conduce Lucas Romero advierte sobre este fenómeno. Lo explica así:

•“La crisis provocada por la Pandemia del Covd-19, y las decisiones adoptadas por Alberto Fernández para enfrentar la amenaza, tuvieron una repercusión positiva en la imagen pública del Presidente. A fines de marzo la imagen positiva de Fernández se disparó casi 20 puntos porcentuales y si bien a mediados de abril esa suba se morigeró por una pérdida de casi 6 puntos porcentuales, el Presidente goza de una imagen positiva de 53,2%, con una imagen negativa de 22,4% mientras un 22,9% tiene una imagen neutra (ni buena, ni mala)”.

•“Esta situación no se replicó en la imagen pública de la vicepresidenta. Mientras Fernández mejoraba su imagen de la mano de la crisis, Cristina Kirchner continuó registrando un deterioro en su imagen, tendencia que veníamos viendo desde septiembre del 2019, luego de la victoria de Frente de Todos en las PASO”.

•“La cuestión es que ambos fenómenos han configurado una situación bien particular en el escenario político, porque consecuencia de aquellos cambios en sus respectivas imágenes, hoy las dos principales figuras del oficialismo muestran una composición de imagen bien contrastante: un Presidente con un saldo positivo de imagen de poco más de 30 puntos porcentuales y una Vicepresidenta con un saldo negativo de imagen de casi 30 puntos porcentuales”.

•“Esta novedad representa un dato político novedoso, que pudiera alterar las condiciones bajo las cuales ambos actores construyen su relación de cooperación y construyen su sociedad política al frente de la coalición de gobierno. Si al comienzo de su gestión, la principal fuente de legitimidad de Alberto Fernández (es decir, la legitimidad de origen por la elección ganada), estaba ciertamente condicionada por el hecho de que su candidatura había sido elegida unilateralmente por Cristina Kirchner, hoy su principal fuente de legitimidad ha pasado a ser su propia popularidad, que no proviene de la legitimidad que pudiera transferirle su vicepresidenta, sino de lo que el propio Presidente está haciendo al frente de esta crisis por el coronavirus”.

•“Habrá que ver cómo ambas figuran metabolizan esta novedad y redefinen su relación interpersonal. Ya que quien era la fuente de poder y legitimidad del Presidente hoy pudiera estar viendo que el propio Presidente encontró una fuente de legitimidad alternativa, su propia popularidad. No quiere decir esto que pudiéramos empezar a ver un proceso de emancipación política del Presidente de su vicepresidenta, pero que esta situación le ofrece otros márgenes de acción y mayor autonomía política es indudable. Claro está, deberá salir airoso de los riesgos que implica gestionar esta crisis tan profunda que está generando la Pandemia del Covid-19. Un desafío de mucho riesgo que pudiera arrastrar esa legitimidad ganada en estas primeras semanas a un escenario completamente adverso”.

Hoy su principal fuente de legitimidad ha pasado a ser su propia popularidad, que no proviene de la legitimidad que pudiera transferirle su vicepresidenta, sino de lo que el propio Presidente está haciendo al frente de esta crisis por el coronavirus”.

Otra encuesta, en este caso en el ámbito metropolitano (Ciudad de Buenos Aires y conurbano) también advierte sobre una merma en la imagen de Cristina. Se trata de una encuesta de 1.200 casos de Federico González y Raúl Aragón. Ente otras cosas concluye:

•“El Gobierno del presidente Alberto Fernández, a pesar de la crisis se encuentra en una particular posición de solidez en la consideración de la opinión pública. Básicamente la ciudadanía le reconoce al Presidente haber tomado a tiempo y sostenido con firmeza las medidas de cuarentena que, hasta ahora, estarían permitiendo mantener la situación de un modo relativamente controlado, y con apreciable ventaja relativa respecto de lo ocurrido en otros países, donde se retrasaron las decisiones”.

•“En contraposición, tanto la vicepresidenta Cristina Kirchner y el ex presidente Mauricio Macri ha mermado en sus índices de valoración ciudadana, acaso por razones cuyo análisis desborda lo que permiten sugerir los datos del presente estudio. De todos modos, al momento de indagar sobre el bajo perfil que estaría adoptado la actual vicepresidente respecto del tema del coronavirus, las opiniones son disímiles y abarcan tanto razones positivas (bajó su perfil por “prudencia”) como negativas (“indiferencia hacia el tema”)”.

•“Adicionalmente, se indagaron los imaginarios acerca de los posibles vínculos entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidente Cristina Kirchner. Los resultados indicarían cierta diferencia al momento de la elucubración ciudadana respecto de cada uno de los nombrados. En efecto, los imaginarios relativos al rol de Cristina dentro del Gobierno oscilan entre la cooperación constructiva y la injerencia intencional y desmedida. En cambio, al presidente Alberto Fernández tiende más a atribuírsele un rol de receptividad positiva y propensión dialoguista ante eventuales sugerencias que pudiera aportar Cristina Kirchner”.

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