¿Evoluciona Cambiemos? La estrategia del Pro para 2019

¿Evoluciona Cambiemos? La estrategia del Pro para 2019

Podría reabrirse el armado de un Cambiemos en la Ciudad. Las candidaturas se definirían en las PASO locales.


Si hubo un distrito en el que oficialismo revalidó credenciales en la elección de 2017, ese fue el de la Ciudad. Con una potente Elisa Carrió a la cabeza, la boleta superó los 50 puntos y quedó entre los triunfos más holgados del oficialismo para una legislativa en el distrito.

Aquel resultado no solo mostró la efectividad de la líder de la Coalición Cívica, sino que pareció despejar el escenario para la reelección del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. No solo por los números propios, sino porque se consumó como una jugada a varias bandas: el peronismo K quedó relegado, Martín Lousteau hizo su peor elección en el distrito y el massista Matías Tombolini no alcanzó su banca para diputado nacional.

Hoy, si bien las proyecciones electorales siguen siendo muy optimistas para Larreta, hay algunas decisiones clave para ser definidas en el corto plazo, que terminarían de configurar el tablero.

¿Habrá Cambiemos, finalmente, en la Ciudad? Esta es una de las grandes contradicciones políticas de la coalición gobernante. En el territorio que dio origen y sustento al Pro sigue aún sin conformarse la alianza local como espejo de la coalición nacional. La vuelta anticipada de Lousteau desde la embajada de los Estados Unidos para competir en suelo porteño llevó la tensión al máximo y en 2017 hubo boletas separadas. Para 2019, aseguran las máximas autoridades porteñas, este defecto de origen se corregirá. ¿Se corregirá?

En los próximos días, quizá semanas, deberían reencaminarse las negociaciones entre el Pro, la Coalición Cívica y la UCR (con Lousteau) para armar Cambiemos en la Ciudad. Las dos primeras fuerzas ya funcionan en tándem. La duda es cómo se acoplarán los radicales. Las negociaciones las llevarán adelante, entre otros, Diego Santilli por el Pro, Maximiliano Ferraro por la Coalición Cívica y Emiliano Yacobitti por la UCR. La idea original es que esta vez Larreta y Lousteau se enfrenten en una interna, en las obligatorias PASO locales. No se descarta, como ocurrió con el match Larreta-Michetti, que compartan en esta instancia la lista de legisladores.

Justamente, en este tramo de la boleta podría producirse la negociación más dura. Por la muy buena elección que hicieron el Pro y Lousteau en 2015, entre todas las fuerzas que le darían forma al oficialismo (si se concretara el nacimiento de Cambiemos en la Ciudad) tendrán que renovar 19 bancas, sobre 30 en juego. El récord hasta ahora llegó fue de 16 bancas, por lo que parecería casi imposible que lo consigan.

 

¿Larreta repetirá la fórmula con Santilli o llevará a una mujer?

Otra de las dudas dentro del oficialismo es quién acompañará a Larreta para la vicejefatura. Las opciones no son demasiadas. Si él está de acuerdo o se concluye que es lo mejor para la estrategia nacional, se repetirá la opción Santilli. Las principales dudas provienen de este último, por una limitación conocida: si fuera reelecto como vice, no podrá candidatearse para jefe de Gobierno en 2023, su gran aspiración.

Si no fuera Santilli, quien más suena hoy como eventual compañera de Larreta es la ministra de Educación de la Ciudad, Soledad Acuña. Se conocen desde hace mucho tiempo, trabajan con confianza y, como ocurrió con Michetti en 2007 con Mauricio Macri, se cree que una figura femenina sería un buen complemento para el jefe de Gobierno.

 

¿Habrá elecciones separadas o unidas con las nacionales?

Desde 2003, la Ciudad de Buenos Aires tiene como particularidad que sus elecciones para jefe de Gobierno deben ser separadas de las nacionales. Larreta ya avisó que analiza un cambio en la legislación para tener la posibilidad de juntarlas, lo que –aclaran en el Pro– no implica que si sale la norma necesariamente irán juntas.

El oficialismo ya está en conversaciones con las principales fuerzas opositoras (como el PJ y los K) para aprobar el cambio (se necesita una mayoría especial, por ser una ley electoral) y desatarle las manos al jefe de Gobierno.

La incógnita en el oficialismo es simple: ¿conviene un triunfo previo en la elección porteña para llegar con mejor ánimo a la elección nacional, donde se jugará la reelección de Macri, o, por el contrario, conviene juntarlas para que ese día haya un impulso fuerte a la candidatura del Presidente desde la Ciudad? La incógnita está abierta.

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