“En la marcha de Moyano con la izquierda y los K solo faltaba Cristina bailando en el escenario”

“En la marcha de Moyano con la izquierda y los K solo faltaba Cristina bailando en el escenario”

Así lo aseguró, el diputado nacional Martín Medina, uno de los principales laderos del ministro Jorge Triaca, en un reportaje con Noticias Urbanas.


El diputado nacional Martín Medina, uno de los principales laderos del ministro Jorge Triaca, dialogó con Noticias Urbanas sobre Hugo Moyano, el Partido Justicialista y su propia agenda parlamentaria en el Congreso, al que ingresó último por la lista oficialista en el territorio bonaerense. Además fue concejal en Lanús hasta que decidió no renovar su banca por las diferencias que mantuvo con el intendente Néstor Grindetti, con quien dice que se “debe una charla” aunque no repara en elogiarlo. En paralelo a su labor parlamentaria, trabaja activamente en una construcción política en la ciudad de San Vicente, donde descansan los restos de Juan Domingo Perón.

–¿Qué lectura hace de las consignas y del acto encabezado por Hugo Moyano?

–Fue una marcha en blanco y negro. Primero porque es a destiempo de lo que piensa y ve la sociedad. Y porque no hay un justificativo real. Pero a mí me preocupan ciertas fotos, una foto en blanco y negro; las mescolanzas nunca son buenas. Yo no sé si me preocupa que la izquierda marche con Moyano o que Moyano acepte marchar con la izquierda. Yo no marcharía con la izquierda, porque no tengo nada que ver con el Partido Obrero. Vengo de una familia peronista y creo que el peronismo no tiene nada que ver con la izquierda, con algunos sectores de los movimientos sociales. Ver a Máximo Kirchner, a Aníbal Fernández… faltaba la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner bailando arriba del escenario y era un acto de hace tres años. Es una pena, porque desde la historia lo valoro mucho a Moyano, no así a sus hijos. A Hugo Moyano lo respeto mucho como dirigente sindical. No se supo por qué hicieron la marcha, y después, finalmente, el porqué lo terminó de confirmar Moyano con su discurso, pese a que, con sus palabras, fue prudente: quedó claro que fue por una cuestión judicial y, mientras tanto, quiso hacer algo de presión. No tuvo nada que ver con las discusiones que el sindicalismo argentino tiene que dar con el Gobierno.

–¿Por qué piensa que fue “prudente” su discurso? ¿No quiso romper del todo los canales de diálogo con el Gobierno? ¿Ve un posible retorno en esa relación?

–El problema es que vos estás frente a un Gobierno que dialoga pero hacés una marcha. Y después, cuando hacés la marcha, en tu discurso tratás de ser moderado para no romper los puentes. Nosotros nunca vamos a romper los puentes del diálogo y no se han roto tampoco. Por ahí no habla Moyano con Macri o con Triaca, pero siempre hay interlocutores que siguen dialogando, porque es nuestra forma de hacer política y de gobernar. Siempre con el diálogo. Moyano, con su discurso, trató de mantener esos puentes de comunicación para lo que se le viene; pero no sé por qué el Gobierno debería hablar con él. ¿Sobre sus causas judiciales? ¿Sobre OCA? ¿De qué quiere hablar? Si el Gobierno quiere mantener un diálogo con él es por la agenda que mantiene con todo el sindicalismo argentino.

–¿Qué va a pasar con la reforma laboral, que de a poco se fue diluyendo de la agenda política del Gobierno?

–El ordenamiento laboral lo tenemos que llevar adelante porque el país necesita previsibilidad y un escenario para generar trabajo. Hoy tenemos una gran ventaja, porque el país dejó de perder empleo y desde los últimos dieciséis meses el trabajo se crea sostenidamente. Ahora hay que ir por generar cada vez más empleo de calidad, especialmente para los jóvenes, que son los más afectados, y eso depende de poder generar capacidades para ellos. La Argentina tiene un gran problema: estamos con una gran dificultad de capacidades para acceder a los nuevos empleos del futuro, que ya están presentes y vigentes y muchos todavía no los conocemos. Esto va a estar en el proyecto, y eso fue lo que toda la CGT avaló, con el hijo abogado de Moyano (por Huguito Moyano, que participó del anteproyecto) que avaló la creación de una agencia de formación profesional. También, otros puntos, como el de crear una agencia de salud, o revisar y hacer un blanqueo para darles la oportunidad a aquellos que no tuvieron la oportunidad de tener los aportes en blanco por parte de sus patrones. Esa es una discusión que la debe dar el país, no solamente el Gobierno. Y, en su momento, en la CGT no estuvieron en desacuerdo; es más, estaban todos contentos hasta que Pablo Moyano empezó a hacer presión para que no se trate. A mí lo que diga cualquiera de la familia Moyano me tiene sin cuidado, pero fue uno de ellos que, como representante legal de su sector sindical, avaló el proyecto. Hay que tener coherencia y respeto a la palabra. Hay que sostenerla. Para nosotros esta reforma es uno de los mecanismos para generar mayor empleo.

–En el Gobierno admiten que no supieron comunicar bien los beneficios de la reforma jubilatoria y ahora, desde sectores opositores, uno escucha repetidamente que la reforma laboral viene a bajar sueldos y costos laborales para beneficiar a las patronales. ¿Qué piensa sobre este argumento?

–Bajar los costos laborales no significa bajar los sueldos. Y en el proyecto original, en ningún momento se habla de bajar los sueldos. Sobre eso quiero darle tranquilidad a la gente, porque no tiene nada que ver. Bajar los aportes patronales impacta en la generación de empleo, pero bajar los sueldos no impacta en la creación del empleo. Esto es claro. Nosotros no somos tontos y lo tenemos estudiado. Hay algunos que hacen la mitad del análisis, al asegurar que durante el gobierno de Carlos Menem, por el año 1994, se quiso hacer una baja de los aportes patronales y que eso no generó empleo. Pero no dicen que la pérdida de empleo, en esa época, fue producto de la crisis del efecto Tequila, que impactó directamente en nuestra economía, que era la única similar a la economía mexicana. Y el mundo, al caerse México, creyó que la Argentina se caía también, y esa expectativa impactó y generó desempleo. Tampoco las privatizaciones generaron desempleo. Generan desempleo los efectos en la economía argentina. Ese es un análisis ideologizado y parcial, para nada objetivo. Acá tenemos que discutir cómo generamos empleo. Yo hablo con empresarios para instarlos a que a través de los programas del Ministerio de Trabajo puedan darles oportunidades a jóvenes y no tan jóvenes. Y ellos siempre te dicen lo mismo: que el costo de crear una fuente de trabajo es muy alta en este país, porque nos hemos llenado de impuestos al trabajo y esa es una gran barrera. Si no cambiamos eso, le estamos quitando oportunidades a la gente.

–La creación de empleo está atada al crecimiento de la economía. ¿Cuáles son sus perspectivas para este año en esa relación?

–El empleo sigue creciendo sostenidamente y la economía sigue creciendo. Hoy la dificultad que tenemos es que estamos en la generación de empleo en áreas de servicios, aquellas áreas que tienen muchísima rotación, pero es recién el primer paso. Cuando empieza la construcción como ha empezado a generar empleo y ya de forma muy amplia, empieza a mover las demás actividades. Veníamos de una etapa en la que solo se creaba empleo en el sector público y nosotros dimos vuelta la ecuación. Hoy solo se crea empleo en el sector privado, que es el del trabajo digno. Lo otro, con el Estado solamente generando oportunidades, era pan para hoy y hambre para mañana. Eso está claro y nadie me puede decir que por pensar eso sea un neoliberal, porque no tiene que ver con una visión ideológica, tiene que ver con el sentido común y nada más.

–¿Cómo lo ve al ministro Jorge Triaca, habiendo estado tan cerca de él en estas últimas semanas en las que estuvo en el ojo de la tormenta por el caso de su empleada doméstica? Hubo quienes, dentro del Gobierno, querían precipitar su salida del gabinete.

–A Jorge lo veo fuerte y con el apoyo del Presidente. Más allá del apoyo que le damos sus colaboradores y amigos, vemos que fue importante para él que lo bancara Mauricio, su jefe. Estamos hablando de un ministro de Trabajo que ha tomado la decisión de dar las peleas que no se querían dar con el reordenamiento de algunos sindicatos, y eso tiene sus consecuencias en la Argentina. Hay algunos que hablan de capacidades morales, como lo escuchamos a Hugo Moyano, pero que dan una pelea por abajo del cinturón, como decimos en el barrio los que tenemos otros códigos. Triaca es un ministro joven, de 43 años, que es la primera vez que ocupa ese lugar como ministro y lo hace excelentemente bien. Saco mi sentimiento personal y lo digo objetivamente por el trabajo y el tiempo que le dedica a su función. Lo veo fuerte y con ganas de seguir adelante en las peleas que está dando, porque está más firme que nunca en su cargo.

–¿Lo sorprendió su ingreso al Congreso?

–Fui el último de los posibles en entrar. Después de las PASO, realmente creí que podía entrar. Antes de las primarias era posible pero había que hacer un esfuerzo. La verdad es que los bonaerenses me sorprendieron gratamente porque no esperaba que reconocieran tanto el trabajo que veníamos haciendo, y también me puse feliz, no tanto por mí, sino por aquellos que vienen militando hace muchos años en el Pro: es un mensaje de que realmente se puede y que hay que acompañar sin especular. Ahora hay que sentirse orgulloso y devolverles todo eso a los millones de bonaerenses que nos siguen acompañando.

–Además de los asuntos laborales, su agenda parlamentaria tendrá que ver con temas militares y de seguridad nacional. ¿El interés viene por razones familiares, verdad?

–Sí, mi viejo es un militar retirado, veterano de la guerra de Malvinas. Me crié entre las armas, no literalmente, pero sí dentro de las fuerzas armadas, y siempre me interesó el tema. Nunca pensé en seguir la carrera militar porque me gustaba demasiado la política y a mi papá tampoco le hubiese gustado mucho, porque para militar en la familia ya estaba él. El bicho de la política también viene por otro lado: mi abuelo fue dirigente sindical. Siempre me interesó la parte militar y, sobre todo, la recomposición de las fuerzas armadas. Yo crecí sin poder ver a mi viejo con el uniforme en la calle. Antes de ser mi papá, es un héroe de este país, porque puso su vida, como la de muchos otros, a disposición de la Patria. Y querer integrar la Comisión de Defensa Nacional tiene que ver con recomponer la relación de las fuerzas armadas con la sociedad y también con empezar a trabajar en un sistema de defensa nacional moderno e integrado al mundo, como hace muchos años la Argentina no tiene. Obviamente, después de tantos años al lado de Triaca, los temas laborales también van a estar presentes, porque tienen que ver con la vida propia de uno y de sentirse cómodo hablando de esos temas. Esos van a ser mis ejes parlamentarios, al igual que las cuestiones municipales, porque vengo de ser concejal de Lanús y me interesa mucho el progreso del primer y segundo cordón del Conurbano.

–Siempre se definió como peronista, aunque nunca haya militado dentro del PJ, ¿cómo ve desde el Pro al justicialismo de los últimos años?

–El PJ no logra ser una alternativa, y mientras no logre ser una alternativa y un partido moderno, va a seguir perdiendo elecciones. Es una lástima porque todos tenemos familiares que han dado mucho por el movimiento nacional justicialista. Yo nunca milité ahí, y ese fue un consejo de mi abuelo, quizás porque los viejos y los que dejaron tanto vieron lo que iba a pasar. Hoy se está dando un debate que es bueno para el peronismo, que es el de buscar la unidad. Y los que estamos en frente políticamente, estamos esperando ver si se reordenan o no, porque la política es atractiva cuando es competitiva. Hoy el PJ no es una opción de gobierno para la sociedad y por eso pierde elecciones. La política se tiene que modernizar, y modernizar es estar a favor de la boleta única electrónica, es no creer que haciendo actos masivos llegás a la gente. Yo soy testigo en el Conurbano de que se nos reían y nos cargaban cuando hacíamos los timbreos o poníamos sombrillas, globos o nos divertíamos haciendo política. Es que para algunos la política es solo un medio de vida y no un lugar de disfrute y pasión. Veo a muchos compañeros del justicialismo que lo sufren porque están en un lugar falto de debate, y el debate no tiene que ver solamente con sentarse sectorialmente, sino con permitir las discusiones que se tienen que dar. Hoy el PJ no es competitivo porque está alejado de lo que realmente pasa en los barrios. Nosotros podemos tener muchos errores, pero no nos pueden decir que estamos lejos de la gente, y seguimos recorriendo los mismos barrios a los que les fuimos a pedir los votos. El Pro es un partido político moderno y el último creado con tanta fuerza en la Argentina, con once años ganando elecciones. Somos una opción que gana elecciones porque entendemos lo que le pasa a la gente.

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