En el momento en que la brutal represión contra los médicos y los internos del Hospital Neuropsiquiátrico José Tiburcio Borda se desataba, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires publicó, a través de su cuenta oficial de Facebook, un comunicado que indicaba que en el nosocomio se estaba “trabajando con normalidad”.
En un texto que llevaba por título “Situación en el Hospital Borda”, el Gobierno porteño indicó que “La situación se inició cuando un grupo de sindicalistas ocupó ilegalmente un antiguo taller en desuso del hospital Borda. Las actividades que se desarrollaban en el taller fueron discontinuadas, porque esa construcción se encontraba contaminada con asbesto, una sustancia cancerígena peligrosa para la salud de los pacientes”.
“Actualmente el taller protegido funciona con normalidad en una nueva ubicación a 100 metros de la anterior”, rezaba el texto, que agregaba que “Los terrenos ocupados de manera ilegal son de la Ciudad, y están destinados a la construcción del Centro Cívico, un proyecto votado por la Legislatura porteña. En el hospital Borda hay cinco sindicatos y sólo uno se opone al proyecto del Centro Cívico. Respecto de este tema, la justicia falló en dos ocasiones a favor del proyecto”.
Finalmente, para describir el accionar de los policías, que agredieron a los médicos, a los periodistas, a los fotógrafos de prensa, a los pacientes, a los familiares de los pacientes y a los militantes sindicales, los redactores del comunicado, escribieron, sin ironía aparente, que “Las acciones tomadas por la Policía Metropolitana tienen como objetivo garantizar la seguridad de los pacientes y proteger el patrimonio de la Ciudad”.
