Juan Carlos Schmidt, jefe del Sindicato del Personal de Dragado y Balizamiento, es uno de los señalados como el sucesor de Hugo Moyano frente a la CGT. En el medio del tarifazo, el ajuste y los despidos, el dirigente analizó las medidas de Gobierno y se mostró reticente a apoyar un paro nacional.
En una entrevista con el diario La Capital, aclaró que “a seis meses todavía no podemos decir con certeza cuál es el rumbo de las políticas económicas. Necesitaríamos un poco más de tiempo”.
Consultado sobre si estamos en presencia de un plan neoliberal, Schmidt reflexionó: “no lo tengo claro todavía, a pesar de que aparezcan los primeros síntomas en todos los lugares, con problemas de ordenamiento de la economía. Lo que ellos llaman sinceramiento. De todos modos, se trata de un gobierno poblado por hombres que vienen del sector empresarial, que tal vez sepan sobre el éxito de conducir una compañía pero no tienen la vara social para saber qué ocurre con esas medidas en los sectores más vulnerables de la Argentina. Le hemos dicho al gobierno que está actuando sobre un país desigual, que viene desde hace años y no desde hace seis meses”.
Ante el rechazo de la CGT de hacer un paro nacional tras la derogación de la ley antidespidos, el dirigente aclaró que “es cierto que hubo un veto, pero también es cierto que aparecieron algunas medidas como la convocatoria al consejo del salario, que estaba programada para agosto, y que se adelantó”.
“Nuestra visión es tratar de influir en los acontecimientos políticos del segundo semestre, y eso no se resuelve con un paro. Aunque tampoco está totalmente descartado”, argumentó. Sin embargo, consideró que “ahora estamos en recesión y un paro perjudicaría más las cosas, sobre todo al sector informal”. Es por eso que pidió construir una “alternativa” y que se adopten medidas políticas para cambiar el rumbo.
En esa misma línea, remarcó que hoy la CGT está enfocada en lograr su unificación y que antes de iniciar un plan de lucha deben hacer un diagnóstico concreto, económico y social. “Necesitamos un diagnóstico confirmado, ver qué ocurre con las mediciones de despidos porque venimos de un apagón informativo y luego, si amerita, un plan. Que no es un paro de 24 ó 48 horas. Con una huelga sola no hacemos nada”, explicó.
“Hay datos de despidos en muchas partes, pero las partes no hacen un todo. No me animo a decir si tenemos 300, 400 mil despidos o más. No lo sabemos todavía, pero nuestra percepción es que se acrecientan”, agregó.
Por último, opinó sobre el fallo de la Corte Suprema de Justicia en el caso Orellano, que restringe el derecho a huelga, y subrayó que “hay una ofensiva global” contra este derecho de los trabajadores.
