El 3 de enero de 2012 no fue un día más en la vida de los más de 1 millón de pasajeros que viajan diariamente por la Ciudad, a través de la red de subterráneo.
Ese día, el jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri formalizó el traspaso del subte a la Ciudad de Buenos Aires junto con el vicepresidente Amado Boudou. De la firma del convenio también participaron los ministros porteños Néstor Grindetti y Daniel Chaín y el polémico dúo Julio De Vido – Juan Pablo Schiavi, en representación del gobierno nacional.
Si bien durante el primer año Nación se comprometió a hacerse cargo del 50 por ciento de los subsidios a la tarifa del boleto, a cuatro días de haberse efectuada la cesión, de forma arbitraria y violando el artículo 13 de la ley 210, que establece que la suba de tarifas no pueden ser definidas por el Poder Ejecutivo sino mediante una audiencia pública, el gobierno porteño decretó un incremento del 127 por ciento sobre el valor del pasaje. Por lo que el boleto del subte pasó a valer de $1,10 a $2,50.
Tras la aplicación de este incremento, durante el primer trimestre de 2012 viajaron en subte 56.113.000 pasajeros, nueve millones menos que los 65.436.000 que lo habían empleado durante el primer trimestre de 2011.
Esta tarifa se mantuvo durante los primeros veintidós meses de gestión macrista al frente del servicio. Ya que el 12 de noviembre de 2013 aumentó un peso, escalando a los $3,50. Redondeado así una suba del 218 por ciento en menos de dos años.
Finalmente, el 13 de marzo de este año, a cuatro meses de haber ajustado la tarifa, el gobierno porteño decidió volver a subir el valor del pasaje. Nuevamente, en un peso.
Según SBASE, la tarifa técnica del servicio es de $10,26. O sea, un 72,8 por ciento más alta que la que tuvo vigencia hasta el último viernes, cuando el gobierno porteño oficializó la cifra a través del Boletín Oficial. Por lo que hoy en día, el abono de un viaje cubre el 43,85 por ciento de la misma.
Sin embargo, este cuadro tarifario presentado por el oficialismo porteño no coincide con el que el 25 de octubre de 2013 dictaminó la Auditoria General de la Ciudad. Para el organismo de control público, el cálculo del costo del servicio sin subsidio dividido por la cantidad de pasajeros fluctúa entre los $4,89 y $5,65.
La noticia de la modificación en el cuadro tarifario planteada por SBASE se conoció este miércoles, aunque fuentes de la empresa aseguraron que esto no tendría incidencia en las boleterías. A pesar de ello, este jueves, se conoció la posibilidad de que “en el corto plazo”, y a cinco meses del último ajuste sobre el bolsillo del usuario, la tarifa podría aumentar ubicarse en los $6,15. Lo que redondearía un aumento 75,7 por ciento al finalizar 2014. Una cifra muy superior, por ejemplo, a la inflación acumulada –según el INDEC porteño- durante el primer semestre del año, la cual fue del 22,6. Y que representa un traslado directo del incremento en la tarifa técnica al pasajero, con un plus del 2,9 por ciento.
Vale destacar que en la actualidad, quien tenga la suerte de sólo necesitar de dos viajes diarios (ida y vuelta) de subte para desempeñar sus actividades, destina $198 al mes. El equivalente al 5,5 por ciento de un salario mínimo, vital y móvil o un día y medio de alimentación de una familia porteña tipo.
De enero de 2012 al día de hoy, el gobierno de Macri aumentó el valor del pasaje un 309 por ciento, que podría llegar a ser del 459 por ciento antes de fin de año.
