“El kirchnerismo se jugó muy fuerte a robarse las banderas de la izquierda en el país”

“El kirchnerismo se jugó muy fuerte a robarse las banderas de la izquierda en el país”

En exclusiva, Guillermo Kane, diputado bonaerense por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores y militante del Partido Obrero dialogó con Noticias Urbanas.

Guillermo Kane

La polarización política busca condenar a otras alternativas políticas a la minoría y marginalidad. Aún así, en las últimas elecciones legislativas del 2017, la izquierda logró su mejor resultado y, poco a poco, suma un modesto pero fiel caudal de sufragios en un entorno donde la dupla Pro/PJ no deja espacio en el tablero para fichas de otro color.

Qué espacio queda en la provincia de Buenos Aires queda entonces para la izquierda tras este proceso de polarización es una de las máximas que Guillermo Kane, único diputado por el FIT en la Legislatura bonaerense, explicó en exclusiva a Noticias Urbanas.

La acostumbre al “porteñocentrismo” permite que, cruzando la General Paz, las penumbras mediáticas no dejen ver o distinguir las necesidades de quienes menos voz tienen y, ante esto, el legislador provincial aseguró que “muchas cosas no salen a la luz” desde hace “decenas de años”.

Y, por otra parte, develó algunos “mitos” sobre los llamados barones del Conurbano y el peronismo, a quienes tildó de “socios del ajuste”, al igual que al Frente Renovador y hasta a la CGT.

El bloque que representa a la mayoría de los intendentes del PJ en la Legislatura bonaerense liderado por Julio Pereyra, hoy es el mejor aliado de Vidal. Es el que ha garantizado el quórum y los votos en proyectos de ajuste y endeudamiento”, disparó Kane, quien comparó esta situación con el Congreso Nacional, donde los proyectos de “ajuste” no hubiesen sido aprobados sin el acompañamiento de sectores del peronismo.

A la hora de hacer un mea culpa por la “marginalidad” actual de la izquierda en la Argentina y, en especial, en la Provincia, Kane aseguró que desde una visión histórica, la izquierda se vio quebrantada por el peronismo, lo que la llevó a tomar “políticas equivocadas” al unirse u oponerse a esta nueva fuerza a la que, de alguna manera, se volvió funcional por acto u omisión.

 

-¿En qué estado se encuentra la izquierda en la Provincia de Buenos Aires?

–En el caso del Partido Obrero y el Frente de Izquierda, estamos organizados en 100 de los 135 municipios de la Provincia, y la fuerza del movimiento obrero viene creciendo en este territorio. Hace dos años recuperamos el Sindicato Único de Trabajadores del Neumático Argentino, tenemos una participación muy importante en las direcciones combativas del sindicato docente, dirigimos el sindicato de construcción Sitraic y tenemos también una participación muy importante en el movimiento juvenil y en los movimientos de lucha por los derechos de la mujer.

Así que si bien la representación de la izquierda a nivel parlamentario viene muy desfasada con nuestra presencia en los movimientos militantes y en la lucha, diría que tenemos una inserción importante en la provincia de Buenos Aires.

-¿Está satisfecho con la participación de la izquierda en la Legislatura bonaerense?

-Es el segundo periodo que somos un monobloque. El acceso del Frente de Izquierda a las legislaturas y al Congreso Nacional es un hecho relativamente reciente pero viene creciendo y, de hecho, en la última elección metimos dos diputados nacionales por la Provincia de Buenos Aires, lo cual marcó una evolución importante. A veces nos sentimos voceros únicos de lo que le sucede a miles de bonaerenses, como los conflictos obreros. Por ejemplo, el proyecto del aborto nos tiene como único bloque con una posición clara en la Legislatura provincial.

-¿En qué puntos la izquierda se diferencia del peronismo en el parlamento provincial?

–Nuestro diferencial con el resto de los bloques es que tenemos una conciencia de clase y no estamos sometidos a los grandes grupos económicos que vienen gobernando el país. Como mencionaba, con el tema del aborto somos el único bloque con una posición clara en todos los parlamentos.

En cambio, el peronismo tiene una postura mayoritariamente sometida a la Iglesia católica, más allá de algunos legisladores que mantienen alguna posición individual con un planteo divergente. Algo similar pasa con el tema de investigar a la Policía Bonaerense y denunciar los casos de gatillo fácil y de represión. Algunas veces tenemos acompañamiento de diputados puntuales y a veces no.

En cuanto a los problemas ambientales, somos el único bloque que no plantea el desarrollo del modelo sojero de Monsanto, que no solo se trata de un monocultivo sino que es un problema ambiental y de salud enorme en la Provincia; donde están aumentando los casos de cáncer y enfermedades respiratorias.

 

-¿Sentís que los medios de comunicación dan visibilidad suficiente a las temáticas que se desarrollan en la Provincia?

-Hay un montón de temas de la Provincia de Buenos Aires que no están llegando a los medios nacionales y da la impresión de que la gobernadora Vidal tiene un blindaje fuerte, pero también pasaba antes con Daniel Scioli.

En el tema policial, por ejemplo, hemos hecho audiencias en la Legislatura, durante el periodo anterior, para hablar de que en los últimos años vinieron creciendo los casos de detenciones arbitrarias por parte de una Policía que estuvo ligada en muchísimos de los delitos más sonados de la última época. Y ahora estas fuerzas vienen creciendo en términos de fondos y libertad de acción, en especial luego de la concepción de la “doctrina Chocobar”, tal como la llama la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, o sea disparar primero, preguntar después.

Hay otros temas que no están saliendo a luz, como el cierre de Ferrobaires, que puede dejar sin servicio a 105 localidades de la Provincia y no se está discutiendo en los grandes medios nacionales a pesar de que esto significa 1300 despidos y aunque se están haciendo muchas movilizaciones y reclamos. Y después, el Gobierno provincial sale a decir que está mejorando la conectividad de este territorio, es un cinismo que sólo puede existir porque tiene esta cobertura mediática y política.

-¿De qué trata el proyecto de Ferrobaires que usted presentó?

-Este proyecto plantea que se dé marcha atrás con el traspaso a Nación de Ferrobaires, que se  respeten los puestos de trabajo y el servicio a las localidades que están atendidas por esta empresa, que se revise la frecuencia de transporte y que haya una comisión de usuarios y trabajadorxs del ferrocarril que garantice que no vayamos a un nuevo proceso de vaciamiento como el que se viene dando desde los gobiernos anteriores.

Es cierto que el Gobierno de Vidal llega a algo que está vaciado, roto y pasado por las privatizaciones, entonces piensan que esto ya no sirve y quieren ir al cierre final. Pero creo que lo ideal es revertir esto. Si no, podemos llegar a tener de nuevo pueblos fantasmas en la Provincia, como los que se crearon en los años 90 por los cierres de ferrocarriles e industrias. Un poco nos están haciendo vivir un dèjá vu.

 

-Si bien la izquierda aumentó su caudal de votos en las últimas elecciones, no llega al golpe electoral necesario y queda como un partido minoritario. ¿Qué mea culpa pueden hacer al respecto?

-Yo creo que, para tener una lectura más histórica del problema, gran parte de la izquierda argentina, desde el Partido Obrero por lo menos, tuvo una política equivocada frente al peronismo. Hubo una división muy fuerte en las clases dirigentes argentinas y esto logró, de alguna manera, cautivar a una gran parte de la clase obrera por muchas décadas, y ante esto la izquierda no tuvo una política apropiada: o se subordinó al peronismo entendiendo que para llegar a los trabajadorxs había que sumarse a este movimiento, o se sumó a sectores antiperonistas de la burguesía. Esto, desde ya, golpeó para siempre la autoridad de esos partidos como el socialista o comunista que llegaron a ser agrupaciones muy importantes y pasaron a ser formaciones políticas casi marginales.

Creo que hoy el peronismo está en la mayor crisis de su historia, y en las últimas tres elecciones en la Provincia mostraron una división muy grande, y la burocracia sindical peronista está también en un nivel de desprestigio importante.

La izquierda está en esa dinámica de la posibilidad de superar la conducción del peronismo sobre el movimiento obrero argentino. Y está el desafío de si la izquierda puede transformarse en un nuevo movimiento histórico de lxs trabajadorxs en Argentina o no.

-Ahora, en un análisis al contexto, ¿qué factores considera que desviaron potenciales votos a la izquierda?

-Desde el 2001 hasta la actualidad, la izquierda viene teniendo otro protagonismo. El kirchnerismo se jugó muy fuerte a robarse las banderas de la izquierda en el país. Incluso, en el balotaje que surgió en el 2015 en las elecciones presidenciales, Cristina hizo una campaña con un hincapié especial en tratar de quedarse con los votos de la izquierda, haciendo demagogia de todo tipo y color.

El Partido Obrero y algunas de las organizaciones que conformamos el Frente de Izquierda no entramos en esa subordinación al kirchnerismo que otras agrupaciones sí, como el partido comunista que hoy está disuelto en el apoyo al kirchnerismo.

Al Partido Obrero no lograron absorberlo, tuvo una intervención independiente, una personalidad propia y creo que esta ha sido la base para este ascenso modesto pero que nos tiene plantados como una de las cuatro fuerzas políticas del país. Este es un capital que logramos desarrollar contra todo un fenómeno de polarización política que viene marcando muy fuerte las últimas elecciones y que por ahí nos ha puesto, de alguna manera, un techo.

Aunque no es para descorchar champagne, la izquierda tiene una consistencia en situaciones que han sido de mucha polarización política.

Un mérito nuestro es que la izquierda no es un movimiento pasajero o puramente mediático como fue tal vez Luis Zamora, Pino Solanas o Elisa Carrió en su momento, en un país donde los partidos políticos están casi extinguidos como organizaciones con continuidad en el tiempo. Más allá de la llegada que puedan tener algunos de nuestrxs dirigentes, hay una organización real.

Tenemos un desafío en la Legislatura y en el Congreso para intervenir por todas estas reivindicaciones populares que están en juego. Y nos juzgarán por nuestra participación en la defensa de los derechos de lxs trabajadorxs; hoy si hablamos de los despidos del INTI, por ejemplo, es porque nos organizamos desde el movimiento obrero.

 

-El peronismo invitó a la izquierda a una alianza de cara a las próximas elecciones. ¿Por qué se negaron a esta propuesta?

-La lógica del mal menor ha llevado a lxs trabajadrxs a una frustración tras otra y, en general, la falta de una independencia política o alternativa propia de los trabajadores viene llevando a la clase obrera argentina a un retroceso histórico en sus conquistas. Y en este retroceso hay varios protagonistas.

Incluso en las leyes negativas para el sector trabajador que se aprobaron con Macri o Vidal han tenido socios necesarios en gran parte del PJ y Frente Renovador, incluso de muchos diputadxs que entraron con Cristina en su última campaña contra el ajuste.

Ni hablar de la colaboración de gobernadores del PJ y la dirección de la CGT. Entonces, la realidad es que nosotrxs necesitamos una alternativa política que no aparezca condicionada por todo esto. Queremos ofrecer la alternativa política que no sea responsable del fracaso que se ha vivido todos estos años, sino que pueda abrir algo nuevo.

 

-¿Cuál es su posición al respecto del aborto seguro, legal y gratuito?

-El debate es despenalizar el aborto o que siga siendo clandestino, porque el aborto ya existe. Somos partidarios de la educación sexual y la disposición gratuita de los anticonceptivos para que la planificación familiar pueda minimizar la cantidad de casos de embarazos no deseados. Lo clave para nosotrxs es que la decisión esté en la mujer y como mucho en la pareja; pero definitivamente esa decisión no puede ser tomada por el Estado ni mucho menos por la Iglesia por las creencias que puedan sostener. Tienen todo el derecho a llevar sus vidas de acuerdo a sus valores pero no de imponerle al resto de la sociedad las prohibiciones que entiendan que correspondan. Lo que no puede seguir habiendo son las miles de muertes por abortos clandestinos.

Hoy en la Provincia de Buenos Aires ni siquiera está garantizado el acceso al aborto previsto en el Código Penal llamado aborto no punible. El protocolo del aborto no punible –que se efectúa en caso de que esté en juego la vida de la madre, que el embarazo sea producto de una violación, que la embaraza tenga problemas de deficiencia mental o sea menor de edad- que presentó en su momento la ministra de Salud fue vetado por María Eugenia Vidal a pedido de dos de sus ministros que pertenecen al reaccionario movimiento Opus Dei, la ultraderecha de la Iglesia Católica. Acá no se cumple ni lo que ya es legal.

 

-La izquierda mantiene algunas disidencias con el cupo laboral femenino. ¿Qué posición toma frente a este tema?

-Estamos a favor del cupo laboral femenino y del cupo laboral por discapacidad, estamos a favor de la igualdad de salario de todxs lxs trabajadorxs. En lo que no estamos de acuerdo es el cupo femenino en la formación  de las listas políticas que se presentó como una gran conquista. En muchas de nuestras listas las mujeres son mayoría, pero entendemos que lo que importa son las posiciones de los partidos políticos frente a temáticas de género, por ejemplo, y no su composición en sí. Cristina fue presidenta y en 12 años no habilitó el tratamiento del aborto. O Vidal es gobernadora y sucede esto que menciono. Es que lo que valen son las fuerzas políticas con mujeres y hombres en sus filas que fijan determinada posición sobre el tema.Este cupo parece una buena noticia falsa que no llega a la profundidad de los temas.

-Si el “ajuste” afecta el bienestar del pueblo, ¿por qué en Argentina se sigue votando al Pro?

-En cuanto a la izquierda, creo que evidentemente tenemos un programa que a una parte de la población le genera dudas de que sea de aplicación inmediata y que también tiene dudas sobre ir a una transformación más de fondo. La izquierda tiene que dar un salto en masividad. No creo que porque la mayoría haya votado a Elisa Carrió en la última elección eso signifique que sea una Ciudad de derecha. Es una Ciudad donde la movilización contra el 2×1 de los genocidas o los cacerolazos, o la de Santiago Maldonado fueron tremendamente masivas,  entonces más bien habrá que ver cómo actúan los medios y qué estamos ofreciendo las distintas alternativas políticas para ganarnos ese apoyo en la calle.

Lo mismo vale para la Provincia, los que votaron a Vidal para sacarse de encima a Aníbal Fernández y los barones del Conurbano, no entendemos que sean partidarios del fascismo ni parte del nivel de ataque que se está viviendo al sector obrero.

También hay que entender que este Gobierno escondió muchas de las medidas que hoy están tomando durante la campaña electoral. Creer que hay una derechización lineal de todo el pueblo argentino es un error.

La asociación del kirchnerismo que ha hecho una verborragia de izquierda tenía un país precarizado y donde había grandes sectores económicos concentrados que recibían subsidios millonarios y tenían grandes beneficios, lo cual puede haber dado lugar a una serie de confusiones y contradicciones que el macrismo todavía está explotando a su favor. Cuando hay problemas todavía tiene procesos judiciales del kirchnerismo para realizar un contraste con la historia reciente del país y tratar de valerse de ese mecanismo para salir adelante.

Que hayan votado al macrismo para que no gane de nuevo el kirchnerismo es una razón muy importante para no querer disolvernos en un frente con el pejotismo o el kirchnerismo contra Macri. Entendemos que hoy para los trabajadores tener que levantar el muerto de Boudou, De Vido o cualquiera de ellxs no es un refuerzo a la lucha de lxs trabajadorxs.

Que nosotrxs nos opongamos a al tren de este ajuste no quiere decir que apoyemos el esquema que venía antes.

 

-¿Considera que esta “verborragia” de la que habla se reflejó en la Legislatura bonaerense?

-El bloque que representa a la mayoría de los intendentes del PJ en la Legislatura bonaerense, que fueron a Unidad Ciudadana con Cristina, encabezado por Julio Pereyra, hoy es el mejor aliado de Vidal en la Legislatura. Es el que ha garantizado el quórum y los votos en proyectos de ajuste y endeudamiento, para que se reduzca la jubilación del Banco Provincia, para que se vote una ley de ministerios que ha preparado despidos masivos, y en el acuerdo que se ha cerrado ahora con las comisiones.

Hoy se ve es que se los ha privilegiado justamente por jugar ese rol: lxs que mejor articulan las negociaciones con Vidal y Hernán Lacunza de conseguir partidas financieras a lxs intendentes a cambio de acompañar este plan de ajuste del Gobierno. Estxs kirchneristas que dan este apoyo político al Gobierno, fueron parte del Congreso del PJ bonaerense que se hizo en Hurlingham, esto les quita las credenciales para liderar un frente que derrote este ajuste, ya que ellxs son parte.

 

-La izquierda suele ser asociada automáticamente con el corte de calles y reducida a la imagen de un “sector minoritario reaccionario”. ¿De dónde cree que viene esta construcción?

-Hay una campaña de un sector de la Justicia y del Gobierno para mostrarnos como una minoría violenta. Esta campaña de desprestigio ha tenido editoriales muy fuertes en diarios como Clarín, La Nación o Infobae planteando que somos, más o menos, un grupo de guerrillerxs financiados desde el exterior y un montón de cosas que no tiene nada que ver con nuestra realidad.

Somos una organización militante. En el caso del Partido Obrero tenemos una dirección colectiva que no existe en otras formaciones políticas del país, y tenemos medidas y una forma de funcionar contraria al carrerismo. Es decir, no hay lugar para quienes quieren meterse en una organización política y presentarse en una elección para tener un progreso personal, por eso no tenemos agrupamientos políticos que respondan a individuos.

Tenemos una militancia que tiene que ver con la organización de base de lxs trabajadorxs, de la juventud y la mujer a lo largo y ancho del país. Tenemos posiciones fijadas que se mantienen en el tiempo y que no varían por el lobby político, ubicándose cerca de la riqueza o el poder. Esto lo demostramos en los hechos.

En el caso del PO, entendemos que lxs trabajadorxs somos mayoría y que sin embargo somos una minoría a la hora de decidir sobre el rumbo del país. La riqueza que generamos le daría a la Argentina la posibilidad de sacarnos de encima el sometimiento al atraso que tenemos, pero hay una política dirigida por algunas pocas fuerzas políticas que vienen hace muchas décadas en nuestro país que obstruye el camino del desarrollo.

Tenemos un programa que prácticamente no ha sido puesto a prueba en la Argentina, y que en un país que produce alimentos para más de 400 millones de personas pero no puede alimentar a 44 millones, busca cortar la lógica del lucro como la única forma de distribución de la producción o la riqueza.

La Provincia de Buenos Aires es una de las regiones más ricas en el continente a nivel industrial, agrícola y de concentración de recursos humanos y la imposibilidad de resolver esos problemas estructurales tiene que ver con estar atados a una estructura de impuestos regresiva, donde cada vez pagan menos los que más tienen a no destinar los recursos a solucionar los problemas de vivienda, transporte, infraestructura. La izquierda es la fuerza política que pone eje a estas problemáticas que, de alguna manera, están fuera de agenda.

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